Tumbada en la cama mirando el techo, mi mente divaga sin cesar en busca de algo para hacerme sentir viva.
Decido intentar olvidarme de ti, y cambiar un poco mi monótona noche.
Navego por mi música y encuentro varias canciones con telarañas. ¿Quiénes sois?¿Por qué os tengo? Cojo los cascos y decido dejar que me invada. Gran error.
Suena nuestras canciones.
Suena a tu risa, a tu felicidad, a tu vida, a tu salvación. Sueno en ellas. Suena nuestra historia, detalle por detalle.
Cierro los ojos y aun puedo ver el momento en el que sonó por primera vez.
Miradas cómplices y sonrisas tímidas.
Toda esa felicidad acabó siendo una canción. Se quedó guardada en ese rinconcito.
No puedo evitar que cada letra de esa canción se me clave como una daga en el alma.
Me fallan las palabras, quiero arrancar esa melodía de mi cerebro, quiero dejar de repetirla, de recordarte.
Pero no, por esta noche, seguiré tumbada mirando al techo.
