35. Todo ocurre por una razón (Epílogo)

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NARRA ALI

Tras varios minutos de espera, los médicos confirmaron que tanto el bebé como yo estábamos bien, aunque necesitaríamos bastante reposo y cuidados, lo que me hizo sentir una oleada de alivio al escuchar las palabras del doctor.

- Vamos a estar bien - le dije a Daniel, sintiendo una nueva esperanza.

- Sí, lo estaremos.

--------------------------------------- Unos meses después ---------------------------------------

NARRA MARIE

Decidí quedarme en la ciudad por un tiempo ya que había mucho que necesitaba arreglar, tanto en mi vida como en mi conciencia.

Desde lo ocurrido en la cabaña y el pasado, decidí empezar a trabajar con una organización para ayudar a víctimas de maltrato y secuestro, usando mi experiencia para ayudar a otros. Cada día era un paso hacia la redención, un paso hacia la paz interior.

- Es un nuevo comienzo en mi vida, me dije a mí misma en voz alta frente al espejo.

Sentía que finalmente estaba en el camino correcto. Salí del baño y a mi alrededor, podía ver a las personas que ayudaba y cada vez que los veía sentía una conexión profunda con ellas que no sabía cómo expresar.

NARRA AARÓN

Tras salir del hospital, estuve varios días encerrado en casa hasta que decidí por mi bienestar ir a reuniones de apoyo. Así fue como conocí a Laura, tras un par de sesiones empezamos a hablar y juntos encontramos consuelo y esperanza en nuestras experiencias compartidas. Cada conversación con Laura era un recordatorio de que no estaba solo, de que había esperanza incluso en los momentos más oscuros.

- Tal vez las cosas realmente suceden por una razón - le dije un día nada más acabar la reunión de esa misma tarde.

- Tal vez - respondió ella, sonriendo.

NARRA DANIEL

Nuestras vidas habían vuelto a la normalidad, Ali y yo estábamos felices, esperando la llegada de nuestro bebé. Cada día era una bendición, una oportunidad para construir nuestro futuro.

- Gracias por estar aquí y conmigo - le dije una noche mientras nos íbamos a dormir.

- Siempre - respondió ella, y supe que lo decía en serio. 

Dulce venganza decían ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora