La puta madre...que día de mierda.
Otra vez solo? Si fuese por mi, no voy.
Pero como soy el conejo de indias de esta cafetería de mierda!…
Abrió la cafetería. Luego se dirigió al mostrador, se colocó su delantal de jean y se dedicó a hacer un restock en las tortas, galletitas, pastelitos, tartas, café, etc.
También, limpió todo lo sucio y con polvo. Para luego decorar un poco el lugar en festividad. Su jefe le dijo que en un par de días habría una colaboración. Con un corredor bastante famoso. El chico ya sabía quién era. Lewis Hamilton corredor de Mercedes. Aunque el era más de Williams.
Este ya conocía al corredor, cliente bastante conocido en la cafetería.La campana de la puerta alborotó un poco su pensamiento, pensando que era un cliente.
Dios escuchó sus lamentos. Era su compañera de trabajo. Una chica de Ecuador. A él le gustaba tener la compañía de otra latinoamericana en Monaco. También le gustaba el no estar solo hoy.—Franquito! Somos solo dos?-
Preguntó ella, algo decepcionada.—Vic! Si. Lastimosamente, si. Justo hoy en un día bien ocupado, viernes. Cerca del fin de semana...-
Franco sabía que este día era uno en el cual el alboroto se volvía una avalancha. Venían demasiados clientes. Solo desea que cuando la colaboración se anuncie, no esté él solo allí.—Pero que bárbaro. Dios nos libre de algún cliente fuera de las casillas.-
Ella ya tenía su delantal puesto.Ambos se dedicaron a hablar mientras esperaban y arreglaron algunas cosas. Casi inundan todo el lugar por culpa de la llave del agua. Pero lo lograron arreglar.
Unas horas después, la gente comenzó a llegar.
Franco preparaba. Victoria atendía al público y tomaba órdenes.
Si franco pudiera elegir un puesto fijo, sería fuera del público. Si bien se comportaba como un caramelito con el público y dejaba comentarios fluir sobre él, deseaba estar más en la otra parte del trabajo, ocupado haciendo orden tras orden.La cafetería estaba llena. De adolescentes, de trabajadores...gente que parecía encantarle mostrar sus cosas elegantes y caras. O eso piensan los dos trabajadores dentro de aquel bar.
La puerta se abrió, campanilla sonando, pensando en un cliente cualquiera.
Se dirigió al mostrador y alzó la mirada. Una chica...
—Yes, um...puede darme un helado Chocomint con un cappuccino? Por favor. Y una torta con chocolate y cerezas?-
Lewis pidió por primera vez una torta, pero la pidió simplemente porque le apetecía llevar una a casa.
Lo que no le apetecía es que aquella chica le atendiera. Por qué no está ese... venadito? Ese que tanto le llamó la atención...que sabe cuánto quiere? Las chispas exactas y como decorar?Allí.
—Franco, un cappuccino por favor.-
—Voy.-
Detrás del mostrador...en la cocina...haciendo su aburrido y siempre café...él no quiere que esté ahí. Él quiere que esté atendiendole. Decorando su helado y demostrando esa sonrisa...
Lewis sabía perfectamente de la próxima colaboración. Simplemente le quedaba esperar.
Pero deseaba que aquel ojo de espejos le atienda.Recibió su helado y cappuccino. Aburridos. No siquiera la cuchara. O chispas. El pote de helado no estaba lleno tanto como cuando aquel chico lo llenaba.
Que asco. Sabía...simple. El chico le ponía azúcar a su cappuccino...
Le ponía amor. Esto parecía un helado y un café. No, un helado y un café..luego observé la torta.Franco la estaba preparando.
—Desea colocarle algo?-
Victoria, mientras anotaba.—Si, un mensaje que diga, "Felicidades."-
Aquel pastel era para su mamá. Agradece que Franco la esté preparando.
Franco recibió la orden e inmediatamente comenzó a decorar, detalladamente, con el mensaje.
Quedó limpio y delicioso.
La colocó en su caja, con una bolsa de papel, le metió todo allí.—Para que se le haga más fácil. Gracias.-
Dijo franco rápidamente, ya que recibió otra orden de Victoria.
Lewis quería conversar un poco más. Pero...tal vez no es el momento. Desea volver en la noche y encontrarlo nuevamente. Poder hablar.—Gracias.-
No dejó propina...no sabe por qué..tal vez, sentía asco por el tratamiento que recibió? Solo espera que la torta hecha por Franco no le arruine el día.
Los clientes iban y venían. Les parecía un día bastante ocupado.
La noche llegó. En Monaco, la noche? Es su día.
Había demasiada gente esperando. Fuera y dentro de la cafetería, uno que otro influencer, pero siempre con respeto, Franco solo pensaba en irse y en la próxima colaboración.
Agradece no trabajar los sábados y domingos, porque se mata. Se tira de un puente, como dice él.
Dios, tiene más de 300 órdenes en papel.
Tener está cantidad de clientes, no había mucha propina, tal vez unas monedas o billetes de dos. Casi nada.
Le pareció extraño que Lewis no haya dejado una propina. Pero, no le dió mucha importancia. Estaba muy alborotado por toda la gente que había y más de la mitad ni siquiera pensaron en qué pedir.Fué hacia el mostrador. Colocó, varias tazas y comenzó a llamar. La gente iba y recibía su pedido, también habían delivery. Así que debían meter pedidos en bolsa. Solo agradece que todo salga bien y no ocurre ningún inconveniente o error en los pedidos.
También, tenía ganas de comer. No había cenado, y ya eran más de las diez. Victoria no era de dar demasiadas sonrisas a la gente. Simplemente hacia su trabajo. Franco se preguntaba; cómo?Cómo no podía simplemente hacer aquel gesto dulce? Simplemente tomaba la orden, preguntaba si necesitaba algo más y seguía con otro cliente.
Luego de unas horas, alguien más. Lewis, otra vez.
El de cabello trenzado se sintió decepcionado al ver que debía ser atendido por esa chica otra vez. Y no por el chico que está viendo...
Franco llamaba a las personas con su orden y también decoraba tortas, pies, que pedían.
Ugh. Pidió un helado Chocomint y una leche caliente con canela... El segundo pedido más aburrido desde que fue atendido por aquel hermoso.
Ojalá lo atienda...
El día de franco se la pasó apurado.
Como si fuese un inicio de carrera.
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La cereza de la torta.
FanficLewis Hamilton x Franco Colapinto. «Te pido...La cereza de la torta?...» Quien lo diría, terminaria de esta forma. Al principio, lo odiaba, causando repulsión en mi, rodar los ojos era lo mínimo. Ahora... él es el causante de mi rodar de ojos. No s...