Era Erinjar. No cabía duda. El cielo estrellado, donde predominaba el azul oscuro, bloqueaba gran parte de la luz tiñendo la meseta verde de una noche que se notaba artificial, la primera en lo que llevaba de viajes. Izuku no podía ver detalles de importancia en el paisaje salvo la línea de montañas a lo lejos y unas pocas pendientes y árboles que se asemejaban a manos esqueléticas emergiendo de las profundidades. Podría haber criaturas peligrosas cerca y no darse cuenta de su presencia hasta que fuese demasiado tarde.
Le recordaba mucho a la primera vez que visitó Erinjar. Una versión siniestra del páramo donde escapó del escorpiés y conoció a Melissa.
Ahora bien. La burbuja, la cúpula transparente que los rodeaba. No alargó la mano para rozar la superficie porque temía que fuese peligroso tocarla. En aquel mundo las cosas raras tendían a albergar sorpresas desagradables que pocos querrían manosear. Lo prudente era mantener las distancias hasta averiguar qué era y que hacía exactamente a parte de atraparlos con el peor villano de la historia.
—¿Qué es todo esto? —Kiroshima preguntó más desconcertado que asustado, mirando en todas direcciones como si quisiera grabar cada detalle paisajístico en su memoria—. ¿Es una ilusión? ¿Estamos en una zona natural?
Se había olvidado del pelirrojo.
La presencia de Kirishima volcó las leyes de aquel mundo que Izuku había aprendido hasta la fecha. Le costaba horrores contener un "¿qué hace aquí?", escogiendo mantener la calma. Todo lo que veía podría tratarse de una mera ilusión reflejada en las paredes de la burbuja. Nada real y tangible. Esta idea creció ya que su compañero pelirrojo no había mostrado cambios visibles al verse expuesto a Erinjar teniendo un quirk.
«Sí, es una ilusión —se dijo viendo crecer una sonrisa en el reflejo de la cúpula—. Seguimos en el estadio bajo toneladas de escombros. No hay peligro de que secretos de vital importancia sean revelados».
Y a parte de la sonrisa, su reflejo mostró inquietud. Pensamientos intrusivos le susurraron que no estaba en lo cierto. Algo en el ambiente se sentía fuera de lugar, fuera de Japón y la Tierra, la sensación que se había acostumbrado a experimentar cada vez que cerraba los ojos. Además, ¿que otra explicación había para el retraso del equipo de rescate a parte de que habían dejado atrás el estadio? Ninguna. Se encontraban en Erinjar. Negarlo era darse cabezazos contra una pared.
Akatani se aclaró la garganta.
—Esto es... —Miró a Kirishima de reojo y, lo que estuviera a punto de decir, fue aplastado bajo un comentario cualquiera—: ¡Es muy bonito! ¡Una ilusión preciosa!
La sonrisa tirante del gólem no hacía pensar que estaba ocultando algo... Claro que no. Izuku optó por buscar explicaciones a la fuente de información que menos quería tener cerca. Había un metro y medio de separación entre el villano y él, pero el tamaño reducido de la cúpula le hacia sentir apretujado.
—¿Quieres una explicación? —terció All for One expresando su deleite mediante una sonrisa diminuta—. Puedo ofrecer un par de respuestas gratis.
—¿Sabes dónde estamos? —preguntó Kirishima a toda velocidad, e Izuku deseó que estuviese mudo y sordo, lo que haría muy fácil la conversación.
—Claro que sí, joven Kirishima —el villano contestó con el matiz característico de All might—. Nos hallamos en una tierra que mezcla los sueños y la realidad.
«Dios, cállate», pensó Izuku. Abrió la boca con el fin de expresar dicha orden en voz alta, cerrándola recordando que tenía en frente a un tipo sumamente poderoso que no mostraba arrepentimiento a la hora de matar.
Kirishima meditó las palabras en silencio mientras Izuku rezaba para que las desestimase. Aizawa les había enseñado a no confiar en los villanos con lengua de plata (plomo en este caso), lección que Kirishima debería acatar en el acto en vez de indagar en los secretos más preciados de Izuku. El peliverde rezó a la diosa suerte... Y la diosa le enseñó el dedo medio.
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Más allá de los sueños
FanfictionIzuku Midoriya no era el adolescente con mejor suerte del mundo... mejor dicho: No tenía nada de suerte. Nació bajo la estrella más pequeña, deprimente y bastarda del universo. Sin quirk, despojado de su sueño de ser héroe y abandonado por su padre...