‡Lo prometo‡

0 0 0
                                    

En un movimiento rápido me alejo, y lo rodeo, me coloco detrás de su espalda, y lo acorralo en la pared, y él suelta un jadeo cuando presiono mi cuerpo al suyo, y su mejilla toca la fría madera.

—No sabía que tenías buenos reflejos— asombrado, pronuncia con dificultad.

— Solo sabes mi nombre, no tuviste la delicadeza suficiente para conocerme mejor, Zack.

Mi respiración se acelera, y mi sangre hierve al recordar lo que me hizo aquel día. Sus sucias manos sobre mi piel desnuda por haber desgarrado mi ropa con total libertad, torturándome con cada toque, con cada supiro sobre mi oído.

— Lárgate de aquí y terminarás con tu cuerpo entero.

— ¿Amenazas con matarme? — forzejea para soltarse, pero se lastima al hacerlo— Arreglemos las cosas, cariño. Pero suéltame. Prometo que no te haré nada.

— Así dijiste hace dos años, y me lastimaste.

— Bueno, entonces, no te haré nada que no quieras—susurra, en tono coqueto y burlón.

Como el perverso que es, con lentitud posa su trasero contra mi polla, provocando un leve temblor de mi parte.

Lo solté, sintiéndome asqueado, y me alejé de él.

¿Que susece conmigo?

No puedo reaccionar así ante la persona que me ha hecho daño.

Mi corazón da un vuelvo al ver su sonrisa lasciva al voltearse y mirar mis ojos fijamente. Tiemblo ligeramente al escuchar el crujir de la madera bajo sus pies, al acercarse paso a paso hacia a mi.

— Si escapas, tendré que perseguirte, y estoy muy cansado de resistir tanto ante tu belleza, así que iré detrás de ti.
Querido mío, ¿por qué tan asustado? ¿No ves que me provocas con solo ver lo agitado que estás?

La rabia me recorre al pronunciar tales palabras, me provoca repulsión y asco.

— Eres un puto enfermo— escupo las palabras con odio.

Me dan ganas de quitarle esa sonrisa tan estúpida de los labios. Miro a los lados, buscando algo con que defenderme.

El miedo me recorre al ver que está a solo un paso de mi cuerpo.

No puedo rendirme, no puedo dejar que sus asquerosas manos me toquen. No otra vez.

Mis ojos captan un destornillador, está detrás de él, en una mensa de madera.

Tengo que hacer algo rápido.

Solo si lo rodeo podré hacerlo, pero me tomará, y no creo poder hacer algo después de eso.

Y sí...

Una idea cruza por mi mente.

— Te dejaré tocarme, dónde tú quieras. Solo si me prometes...que te irás después de eso. ¿A eso viniste, no? ¿Querías tocarme? ¿Me extrañabas, cierto?

Sus ojos se achican, mostrando confusión, pero ladea una sonrisa al sentirse complacido, pero no difícil de engañar.

—¿Es una trampa, verdad, cariño? — da un paso hacia mí, pero coloco mis manos sobre su pecho, y lo hago retroceder. Su respiración se acelera por la excitación. Choca contra la pared, y gime, cuando siente mis labios sobre su cuello— Sabía que caerías, cariño— susurra en mi oído.

Logro visualizar el destornillador, y lo distraigo tocando su bulto, y cierra los ojos, disfrutando del momento.

Es mi seguridad primero, no puedo dejarme llevar por su delicioso aroma. Es arriesgado, pero lo lograré.

De un segundo a otro, tomo el objeto, retrocedo, y apunto hacia él.

— Lárgate antes de que te mate —ordeno, con la furia recorriendo mi cuerpo, nublando mi mente, y me siento capaz de hacer cualquier cosa para protegerme.

Escenarios de sangre recorriendo su cuerpo llegan a mi mante de repente.

Y él se acerca, con las manos en alto, en son de paz, pero no le creo ni mierda.

— Está bien, me iré. Pero sabes algo, siempre estaré cerca, vendré mañana, espero que no me recibas con eso estaré tus manos, solo vendré a conversar, solo eso. Lo prometo, y, te prometo, que de ahora en adelante cumpliré mis promesas. Habías dicho que no te conozco lo suficiente, bueno, quiero hacerlo, quiero conocerte, acepto que me equivoqué. Pero quiero que sepas algo, sí te quiero, y no me cansaré de luchar hasta que logre ganarme tú amor, cariño, es una promesa.

Cada palabra se clava en mi alma, y se filtra una duda en mi mente, no puedo caer tan fácil.

Pero...¿Y sí dice la verdad? ¿Y sí luego me arrepiento?

— Cariño, di algo, me tienes mal con eso en tus manos, baja eso ya, no haré nada que no quieras. Y he cumplido eso hasta ahora. No me costaría nada quitarte el destornillador, pero no lo he hecho, y no lo haré. Bájalo ya, por favor — Susurra la última palabra.

Lo pienso por un largo tiempo, dudando de sus intenciones. Se muestra calmado, y sonríe levemente. Sin rastro de maldad o perversidad en su mirada.

—Ok...— bajo el objeto— confiaré en tí, pero no del todo. Tienes que demostrar que vas a cambiar. No todo es fácil en esta vida.

— Ok ok, te prometo que voy a cambiar. Me comportaré de una mejor manera contigo, cariño— sonríe como niño pequeño— Me iré, fue un placer verte de nuevo, Elijah. Vendré mañana— se acerca, toma mis manos y lanza el destornillador al suelo, y en un susurro, dice— a pesar de lo que sucedió...¿Puedes regalarme un beso?

Que descaro, acaba de decir que cambiará.

— Dijiste que tú...

— Solo uno, por favor, y me iré— su respiración choca con la mía, y mira mis labios, al igula que yo miro los suyos— sabes que lo deseas, pequeño pecador— susurra, y lo tomo de sus cabellos, e inesperadamente, poso mis labios sobre los suyos, y los devoro con ferocidad y deseo, con anhelo, demastrandolo en cada suspiro por la falta de oxigeno.

Me doy cuenta de lo que estoy haciendo y me separó, sintiendo mis mejillas arder.

— Te comería esa boca por el resto de mi desgraciada vida si me lo permitieras— con voz ronca y cansada, me dice al oído.

— Debes irte — me separo.

Abro la puerta para él y sale de la casa, se detiene para mirarme.

— Hay un pequeño acosador escondiéndose entre los arbustos, ten cuidado— susurra bajo, y miro hacia el bosque, pero no hay nada.

Arrugo el entrecejo, y miro a Zack.

— Estás alucinando— suelto una risa— No hay nada.

— Había un chico, lo juro. O tal vez es la droga de tus deliciosos besos, cariño— se sonroja, y sonríe.

— Adiós, Zack.

— Es un hasta pronto, mi amado Elijah.

Y se aleja, perdiéndose por los suelos verdes del lugar.

Una sensación de ser observado me hace voltear hacia el lago, pero lo único que veo es el agua moverse, como si algo se hubiese undido, y nadado en el agua.

Antes de volverme loco, entro a la cabaña, y cierro la puerta.

Esto es extraño.













Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 12 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor Del Mar 🌊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora