Capítulo 1: Revelaciones y Destinos Cruzados

6 1 0
                                    


La noche había caído sobre Konoha. Las sombras de los árboles bailaban en las paredes del pequeño cuarto donde Naruto se encontraba, completamente ajeno a lo que estaba a punto de suceder. Los cinco años que había vivido hasta ese momento habían sido solitarios y dolorosos, criados bajo la severa tutela de Danzo y Hiruzen. Desde que tenía memoria, siempre había sentido una presencia oscura y turbulenta en su interior, una energía que latía como un segundo corazón. Pero a pesar de los susurros y el rechazo de los aldeanos, nunca le habían dicho nada sobre su origen ni sobre esa fuerza contenida en su interior. En otro rincón de la aldea, su hermana Naruko estaba bajo la misma custodia, sometida al mismo entrenamiento estricto y al mismo desdén por parte de la aldea. Aunque sabía que tenía un hermano, nunca había llegado a sentir una conexión profunda con él. Ambos llevaban en su interior al Kyubi, el zorro de nueve colas que había traído destrucción a la aldea y, a causa de esto, estaban maldecidos con la desconfianza de quienes los rodeaban. Sin embargo, aquella noche sería diferente.---Era una fría mañana cuando Hiruzen convocó a ambos al despacho del Hokage. Sus rostros infantiles, aunque marcados por la dureza de sus jóvenes vidas, mostraban una ligera curiosidad y un dejo de esperanza al ver a su cuidador. Con un gesto solemne, Hiruzen los invitó a sentarse frente a él, y sus ojos se suavizaron por un instante al observar a los pequeños, recordando los tiempos en los que cuidaba de sus padres. El Tercer Hokage tomó una respiración profunda y comenzó a hablar.

—Naruto, Naruko... es hora de que conozcan su historia y su legado —comenzó, mientras ambos lo miraban fijamente 

con ojos llenos de intriga y confusión.Los niños se miraron entre sí antes de que Hiruzen prosiguiera, relatándoles los secretos que les habían sido ocultados hasta ahora. Naruto y Naruko eran los nietos de los dos ninjas más legendarios de todos los tiempos: Hashirama Senju y Madara Uchiha. Madara había tenido un hijo secreto, Minato Namikaze, quien se convirtió en el padre de Naruto. Por otro lado, Hashirama había tenido una hija, Kushina Uzumaki, quien fue la madre de Naruko. Ambos niños portaban en sus venas no solo la herencia de dos clanes rivales, sino también la maldición y el poder de ambos. Naruto escuchaba en silencio, sin apartar la vista de Hiruzen. Una mezcla de asombro y rabia crecía en su interior mientras absorbía cada palabra. Había pasado años en el olvido, rechazado y despreciado, mientras que sus padres y su legado habían sido mantenidos en secreto. Por primera vez, sentía que esa furia en su pecho tenía una razón de ser. Naruko, por otro lado, experimentaba una emoción diferente. La revelación de su linaje la llenaba de un orgullo silencioso. Ella, quien siempre había buscado la aceptación de su hermano y de la aldea, ahora sabía que en sus venas corría la misma sangre que los ninjas que habían cambiado el mundo. Se prometió a sí misma que demostraría su valía, no solo a su hermano, sino a toda la aldea que la había menospreciado. 

—Entonces... —susurró Naruto, mientras cerraba los puños con fuerza—, ¿quiénes fueron mis padres? ¿Por qué me abandonaron?La mirada de Hiruzen se tornó triste, y el Tercer Hokage le explicó cómo Minato y Kushina habían dado sus vidas para proteger a la aldea de la amenaza del Kyubi. Les relató cómo ellos, siendo aún bebés, fueron elegidos como los nuevos recipientes de la bestia de nueve colas, una carga que, aunque cruel, era necesaria para mantener a salvo la aldea.

—Esa es su herencia —dijo Hiruzen finalmente, con una expresión solemne—. Ustedes dos son los últimos eslabones de una historia de poder, conflicto y esperanza. Depende de ustedes cómo utilizarán ese poder. Naruto y Naruko permanecieron en silencio, procesando las revelaciones. Al salir del despacho, Naruto apenas pudo mirar a su hermana. Una parte de él deseaba abrazarla 

y compartir ese dolor que ambos ahora entendían, pero otra parte, más oscura, lo impulsaba a distanciarse. En su mente, la semilla de la ambición había empezado a germinar. Quería poder, fuerza suficiente para no depender de nadie, para no ser el "arma" de nadie.

---Con el paso de los días, la relación entre Naruto y Naruko empezó a mostrar una clara división. Naruko trataba de acercarse a él, deseando que pudieran enfrentar juntos su destino y su poder. En cada entrenamiento, buscaba superar sus propios límites, siempre esforzándose más para que Naruto pudiera verla y aceptarla como su igual. Sin embargo, cuanto más se esforzaba ella, más distante se volvía él. Naruto sentía que cada vez que ella lo alcanzaba, una especie de orgullo y rencor 

en su interior crecía, obligándolo a empujar sus propios límites aún más, siempre en una dirección solitaria y cada vez más sombría. Finalmente, en su quinto cumpleaños, Naruto tomó una decisión. Sin decir nada a nadie, abandonó la aldea. Estaba decidido a volverse más fuerte, a superar a todos los que alguna vez lo habían despreciado o subestimado, y sobre todo, a ser más poderoso que sus propios abuelos, Hashirama y Madara. En su mente, el rostro de Orochimaru, el misterioso sannin que una vez había escuchado hablar sobre técnicas prohibidas, se perfilaba como la persona ideal para guiarlo en ese oscuro camino. Naruko, al enterarse de la partida de su hermano, sintió una profunda herida en su corazón. La sombra de su ausencia se cernió sobre ella, impulsándola a entrenar aún más duro, con la esperanza de que algún día podría enfrentarlo y demostrarle que ella también había heredado el poder de sus ancestros. Para ella, este camino ya no era solo una búsqueda de aceptación; era una promesa que haría todo por cumplir.

---Así, el destino de los gemelos Uzumaki-Namikaze se bifurcó en aquel fatídico quinto cumpleaños. Dos almas marcadas por una herencia colosal y una rivalidad que ahora los llevaría por caminos diferentes. Naruto, bajo la tutela de Orochimaru, se adentraría en el arte de las técnicas prohibidas y los secretos del Kyubi, dispuesto a superar a todos en su camino. Naruko, en la aldea, se convertiría en un pilar de fortaleza y disciplina, siendo la viva imagen de la voluntad de fuego.El tiempo pasaría, y mientras Naruto caminaba por las sombras, Naruko encontraría consuelo en el equipo que la rodeaba, fortaleciendo sus lazos y su espíritu. Ambos estaban destinados a enfrentarse en algún momento, dos caras de una misma moneda, forjados en el poder y el orgullo de sus legendarios abuelos.

los hermanos uzumaki dos caminos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora