Capitulo I

42 3 6
                                    

—Creo que será mejor dejar las cosas aquí, Dob —Sus ojos se encontraron con los del ajeno al alzar la vista en una abrumadora espera por alguna respuesta, pero rápidamente, apartó la mirada de ellos, sentía cómo la tristeza lo consumía aún más cuando los veía—. Consideró que las cosas se pusieron difíciles para ambos durante este tiempo.

—¿Por qué dices eso de repente? —murmullo con la voz algo quebrada por aquello tan directo—. ¿Ya no me quieres?

—No es eso, tu sabes que si...

—¿Entonces por qué? —Interrumpió el can se pelaje negro—. ¿Qué hice mal ahora?

—Nada, Dobie, nada —Musitó bajo, esta vez se armó de valor para alzar el rostro y hacer contacto visual con su pareja, consideró esa acción reconfortante para ambos, después de haberla visto difícil en un comienzo—. A pesar de estar juntos en el ámbito laboral, la química fue decayendo, no nos hemos tomado un tiempo para nosotros desde hace mucho, además parece que prefieres pasar tiempo con Papillon antes de venir a saludarme, considera esto como un ejemplo de lo sueles hacer.

—¿Solo por eso cambiaste de opinión respecto a ambos? ¿Estás celoso, Labrador? —Dobie ya estaba fastidiado, pero se tranquilizó al ver a su chico negar con la cabeza en movimientos ligeros—. Simplemente me da miedo acercarme y causarte incomodidad al interrumpir con tus labores, no es como si no me importaras, sabes que este mes fue y esta tornándose horrible al tratar de ubicar a los criminales involucrados en la trata de órganos, estás malhumorado desde que  comenzó la investigación.

—No lo sé, Dobie, pero mi carácter parece estar interponiendose entre ambos; además note que... —Un silencio amargo se hizo presente, mientras que el labrador pensaba en lo que vendría a decir a continuación—. Me tienes miedo, y eso que nunca llegué a gritarte o a ser grosero contigo.

—Soy conciente de ello, Labrador, de igual manera sigo sin entender tu motivo de dejar lo nuestro aquí ¿No creés que es mejor tomarnos un tiempo? —Resoplo, esperanzado.

—Creeme, pensé en eso, pero consideró que esa es la peor manera de acabar con un vínculo amoroso, porque inevitablemente, es una forma de dejar ahí las cosas.

—Ya entendí, no sigas —Suspiro pesadamente, mientras dejaba de ver al que se supone que ahora es su "Ex"—. ¿Podemos ser amigos al menos?

—No lo veo posible, Dobie, sabes que todavía te quiero...

—A veces no te entiendo —Dijo por último volviendo a interrumpir la oración, antes de dar medía vuelta e irse, no podía evitar sentirse mal, entendía que Labrador necesitaba espacio, y del mismo modo, sabía que para los dos, era difícil mantener la "misma" rutina de su relación (si así se le podía decir) pese a quererse mutuamente.

A partir de aquél momento las cosas cambiaron "drásticamente", o eso le decía Papillon a su compañero en forma de consuelo, para hacerle creer que la relación aún era buena, evitando que sienta los huecos hallados dentro del vínculo amoroso que se mantuvo durante meses.

—Ustedes se amaban, se suponía que las cosas iban tan bien entre ambos...

—No, tal vez te diste cuenta tarde, pero dejamos de vernos seguido, y si lo hacíamos, el silencio incómodo formaba parte de nuestra compañía —Añadió el doberman, fustrado—. Creo que el Sheriff se cansó de la rutina, o talvez sólo buscaba una escusa para dejarme y salir con alguien más sin ser sospechoso.

—No creo que el general sea así Dobie, es mejor pensar que solo necesita espacio o un cambio en su día a día, además, ahora tienes la oportunidad de conocer a alguien nuevo —Dijo la perrita, tratando de sonar calmada, para consolar al otro.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

"Eso" fue inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora