Capitulo 4: Desnudando el deseo (Parte 2)

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CONTINUACIÓN...

Colin y Eloise estaban separados en la mesa del comedor y Colin tuvo la desgracia de compartir la atención de Penelope, porque mientras él estaba sentado a un lado de ella, ese hombre estaba al otro lado. Lord Kenworthy parecía decidido a entablar conversación con Penelope. Colin casi maldijo a su madre y a Lady Danbury por su interferencia en asuntos que no eran de su incumbencia.

Colin intentó mantener su cortesía cuando Lord Kenworthy se ofreció a ayudar a Penelope con su silla. Lady Danbury lo miró con astucia, pero estaba sentada demasiado lejos para hablarle cortésmente. "Gracias a Dios", pensó Colin para sí mismo.
Él sonrió encantadoramente mientras inclinaba la cabeza hacia ella y luego volvió su atención a la conversación entre Penelope y su antiguo compañero de cena.

—Oh, adoro leer. ¿Ha visitado Hatchard's alguna vez cuando está de visita en Londres?— preguntó Penelope.

—No he tenido el placer. Si hubiera sabido que en ese lugar podría encontrarme con una dama tan hermosa, habría ido antes— respondió Kenworthy.

Penelope se sonrojó. —Es usted muy amable—.

El hueco en el pecho de Colin se expandió cuando escuchó el tono complacido en la tímida voz de Penelope. Podría haberle dicho que era hermosa y, de hecho, lo habría dicho en varias ocasiones.
Fingió ajustar la servilleta de su mesa para poder rozar subrepticiamente el costado del muslo de Penelope. Sus ojos se dirigieron hacia un lado pero ella trató de mantenerse concentrada en su comida.

—Tu charla sobre libros me recuerda todos los maravillosos volúmenes que guardamos en el estudio— le mencionó Colin a Penelope durante un lapso en su conversación con Lord Kenworthy.

—¿El estudio?— Penelope cuestionó con una voz ligeramente aguda.

—Si, el estudio es una habitación muy cómoda. El lugar perfecto para disfrutar de placeres tranquilos. Cómo leer, por supuesto—.

Colin nunca había visto a Penelope realmente enojada, pero sus ojos brillaron como advertencia.
—Por supuesto. Confieso que prefiero leer en el salón. Especialmente cuando hay gente cerca— comentó Penelope intencionadamente.

—Prefiero la soledad a la compañía, en ocasiones, lo anhelo— Colin tomó su vaso de agua justo cuando Penelope dejo el tenedor y pudo rozar su mano sin llamar la atención.

—Que desafortunado para ti que está noche no se te proporcione esa paz— dijo Penelope.

—No estaría tan seguro. Cuando me siento decidido, uno se sorprendería de lo que puedo llegar a arreglar— respondió Colin con una sonrisa pícara.
Ante eso, derramó su vaso de agua, volcando también el de Penelope en el proceso y provocando que el contenido de ambos vasos salpicara el borde de la mesa sobre su vestido de noche.

Penelope jadeó cuando el líquido frío comenzó a empapar su vestido.

—Que torpe de mi parte. Le pido disculpas señorita Featherington—.

—No es nada Colin. Por favor, le ruego me disculpe un momento mientras me refresco— murmuró Penelope a Lord Kenworthy.

Pocos invitados habían notado el ligero disturbio, pero Colin notó que los ojos de su madre seguían a Penelope fuera de la habitación. Colin seco el líquido de su traje de noche y se percató con alivio cuando su madre llamó a las damas para que se retiraran del salón.

Mientras los hombres disfrutaban de unas copas de buen vino y unos puros, Colin se disculpó por un momento. —Caballeros, me temo que tuve un percance durante la cena el cual debo solucionar—.
Rápidamente camino hacia el estudio, entró pero dejó la puerta entreabierta.

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