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Alguien "normal" podría decirle a Aquino que esta demente, pero a el le importa una mierda.
Anotarse como ayudante del equipo del fútbol (lo que implica lavar sus apestosas camisetas y toallas) solamente para ingresar sin impedimento alguno a sus vestidores y observar de cerca sus posibles siguientes presas, era algo que sus mejores amigos amigos habían calificado como " descabellado". Pero, como anteriormente se ha mencionado, a Aquino le importa una mierda.
No era absolutamente nada divertido tener que cargar con una asquerosamente maloliente mochila llena de toallas y camisetas sudadas por todo el pasillo de la universidad y en su auto para la lavandería mas cercana, pero todo era grafíticamente recompensado en el momento en que sus compañeros ingresaban a las duchas después de jugar y a medio vestir.
Aquino sabia como disimular a la hora de pasar cabina por cabina en busca de sus prendas sucias y al mismo tiempo, echar un vistazo a los musculosos cuerpos de cada uno de los jugadores.
Andreh no había recibido información falsa. Todos estaban consideradamente bien dotados... pero ninguno llegaba a sorprenderle.
Incluso había tenido qué descartar a Farfa de su lista en el momento en que supo que empezó a salir con un chico de intercambio recién ingresado. Así que su búsqueda continuaba tranquilamente... o al menos así fue hasta que apareció Conterstine.
¿Quién demonios era Conterstine? Conterstine, era otro más de aquellos estudiantes de intercambio que habían ingresado a la universidad a aquellas alturas del año.
Un chico bueno, educado, inteligente, aburrido, en exceso respetuoso... un cerebrito, conejillo de biblioteca, Sheldon Cooper 2.0... entre otros calificativos algo mas graciosos. Usaba unos grandes lentes redondos, pantalones muy anchos y se abotonaba la camiseta hasta el cuello. También usaba suéteres increíblemente grandes y con cuello de tortuga. Conterstine era el típico tipo de chico que jamás mostraba mas piel de la necesaria.
Aquino no tuvo absolutamente nada que ver con el chico (de hecho desconocía de su existencia) hasta que Conter se vio obligado a formar parte del equipo de futbol americano. Contrariamente a lo que todos pensaban, Conter era increíblemente bueno en los deportes, tan solo odiaba practicarlos, pero las chicas de la universidad enloquecieron cuando el muchacho se dejo ver por primera vez con el uniforme del equipo puesto.
¿Quién diría que un simple conejillo de biblioteca podría tener tales muslos gruesos y fibrosos y brazos dignos de un modelo a la altura de marcas como Armani?
Si, ni siquiera Aquino se habría dado cuenta de ellos de no ser porque el chico necesitaba ganar puntos extras en el área de gimnasia y educación física, ya que era en lo único en lo que no destacaba.
Desde ese día, Conterstine no pudo tener sus momentos a solas en la biblioteca cada tarde, pues las chicas lo perseguían hasta en el almuerzo.
Sin embargó, Aquino, aunque podía admitir que el chico tenía una cara que podía derretir los polos y unos brazos en los que te quisieras morir lentamente, no lo encontraba demasiado llamativo y éso era debido a qué era un mojigato; el chico esperaba a que todos sus compañeros de equipó salieran de las duchas para poder ingresar él y hacer su aseo privadamente. Aquino no lo entendía, pero no le importaba. O al menos así fue hasta ese insignificante día en el que tuvo que quedarse hasta tarde recogiendo la ropa sucia de los jugadores.
El día anterior había faltado a la universidad y, por lo tanto, a sus horas extras como ayudante del equipo, por lo que la ropa sucia se acumulo y se vio obligado a buscar formas creativas de poder llevar dos tandas a la lavandería sin morir en el intento, así que decidió (por mucha flojera que le diese) hacer dos viajes.
Y justo ahí, cuando volvía de la lavandería por la segunda tanda, que vio por primera vez lo que se convertiría en el mayor de sus deseos mas oscuros. Conterstine se desnudaba de espalda, sin tener la mas mínima idea de su presencia y sin ser pudoroso como Aquino se había a acostumbrado a verlo. Y, oh, santa mierda.
Conter era jodidamente lo mas delicioso que Aquino había visto en mucho, mucho tiempo.
Aquino ahora se podía sentir identificado con aquellas chicas que no lo dejaban en paz ni en el almuerzo. Porque el chico era... era sublime.
Joder, se había quedado sin palabras. Su piel era blanca y se veía verdaderamente tersa y apetecible. Cada vez que se movía, incluso en lo mas mínimo, los músculos de su espalda se flexionaban y salían a la vista, viéndose imposiblemente exquisito que Aquino estaba empezando a delirar; se podía ver a si mismo lamiendo con dedicación cada uno de esos preciosos músculos pliegue a pliegue, quería pasar su lengua por todo ese perfecto tonificado cuerpo de dios griego que le estaba causando un dolo horrible en la...
⚊¡AAAH!
Aquino salto en su lugar, asustándose de modo que avanzo un par de pasos al frente y se resbalo gracias al agua regada por todo el lugar. Cerro los ojos un segundo, intentando recomponerse y cuando los abrió, creyó haber sido totalmente muy buena persona en su otra vida pues el enorme ⚊realmente enorme⚊ miembro de Conterstine era lo que estaba frente a su cara en el momento que abrió los ojos.
"Madre santa, esos son mínimo veinticinco..."
Sin embargo, tan pronto como el chico termino de ayudarle a levantar, se cubrió con lo primero que encontró; la ropa que recién se había quitado. Sus mejillas y las de Aquino coincidieron para ponerse como tomates tan pronto como se miraron a los ojos, la diferencia era que Aquino tenia un par de pensamientos poco santos en su cabeza que eran la razón del calor de sus pómulos, pero Conter estaba en un situación totalmente diferente preocupándose mas por cubrir su cuerpo que por otra cosa.
⚊L-lamento haberte asustado...⚊susurro el chico, apartando la mirada lo mas rápido posible⚊. P-pero... en mi defensa, tu me asustaste primero.
El menor suelta una pequeña risita torpe que hace que el estomago de Aquino se sienta extraño. El chico era una preciosidad... y tenia un gran, gran, graaaan amigo ahí abajo. Aquino empezaba a mirarlo con otros ojos.
Estaba sin palabras, no sabia que decir. Lo único que quería era arrodillarse de frente al peli blanco semi desnudo frente a el y rogarle que le dejara exprimir hasta la ultima gota de orgasmo que Aquino estaría complacido de causarle con sus propias manos... quizá su boca podría ayudarle.
⚊¿E-estas bien? ⚊pregunta Conter, mirándolo con ojos preocupados. No traía sus lentes y sus preciosos ojos le estaban haciendo sentir estúpido. Había conquistado extranjeros desde Alemania hasta Boston y no podía abrir la boca frente al cerebrito nuevo de la universidad.
Cuando estamos nerviosos decimos tonterías, lo primero que se nos viene a la cabeza en la mayoría de los casos quizás pasamos las mayores vergüenzas de nuestras vidas... pero Aquino sobrepaso el limite.
⚊¿Me dejas chapártela?
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Mañana iba a subir capítulo pero me acabó de despertar generosa, de nada muchachas.
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𓆩♡𓆪 𝐅𝐚𝐥𝐨𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚╰┈➤𝐂𝐨𝐧𝐭𝐞𝐫𝐪𝐮𝐢𝐧𝐨 ˚₊· ͟͟͞͞➳❥
Fanfic▶︎ •၊၊||၊|။||||။၊|• 0:10 ── . "Donde diecisiete centímetros no son suficientes para Aquino." 𓆝 𓆟 𓆞 𓆝 - Contenido +18. 𓆝 𓆟 𓆞 𓆝 - Créditos correspondientes a la escritora original: @thebunnyshiteu...