"No diré 'no lloréis', pues no todas las lágrimas son amargas" (Gandalf).
Para Marina, que es probablemente la persona con más y menos ganas al mismo tiempo de leer este capítulo. Gracias por sumarte incondicionalmente a esta aventura. Espero estar a la altura.
Capítulo 9 de Canciones para Fina: Cuéntame al oído.
Seguramente este sea el capítulo angular de toda la historia. Ha sido un viajazo para mí escribirlo, y espero que podáis disfrutarlo de la misma manera. No quiero decir nada más, os dejo descubrirlo. Gracias siempre.
Nos leemos pronto.
--------------------
BANDA SONORA: Cuéntame al oído - La Oreja de Van Gogh (1998)
--------------------
Cuéntame al oído, muy despacio y muy bajito:
¿por qué tiene tanta luz este día tan sombrío?
Cuéntame al oído si es sincero eso que ha dicho,
o son frases disfrazadas esperando sólo un guiño.
Cuéntame al oído: ¿a qué sabe este momento?
¿Dónde quedan hoy los días en que aquello era un sueño?
Cuéntame al oído: ¿dónde duermen hoy tus miedos?
Si aún guardas sus caricias en la caja del recuerdo.
Cuéntame, cuéntame.
Toledo, 3 de enero de 2005
Hola, Amor,
No he podido. Y no sabes cuánto lo siento. Aunque te enfades porque lo diga, pero es que lo siento de verdad. Yo quería que cerrásemos esta Navidad tan bonita juntas y en casa, pero la realidad se ha impuesto. Y si antes de Nochevieja me encontraba un poco débil, el día de Año Nuevo el cansancio apenas me dejaba respirar. Y claro, tú lo notaste, porque era demasiado evidente. La noche fue tan larga y tan angustiosa para ti, que a primera hora ya me habías traído al hospital. Y aquí estamos. Porque, evidentemente, no te has separado de mí ni un instante. De hecho, ahora he tenido que enfadarme contigo para obligarte a salir a comer algo, porque el aire no alimenta, por mucho que te empeñes en hacerme creer que sí. Y lo último que nos falta es que tú te enfermes por cuidar de mí. Mira que lo hemos discutido veces a lo largo de estos últimos años, pero a veces eres tan testaruda que es imposible contigo. Si encima ha venido Julia para quedarse conmigo y que tú puedas irte tranquila. Por supuesto, en cuanto has salido por la puerta yo la he obligado a hacerse con papel y un bolígrafo, porque hoy siento por primera vez que el tiempo de verdad apremia, y no puedo perder ni un minuto. Yo no puedo escribir, pero ya sabes que ella es fiel a mis palabras. Y creo que te he convencido de que vayas a casa para poder cambiarte de ropa y descansar un poco, así que tal vez tengamos algo más de tiempo a solas.
Que en diez minutos estabas de vuelta, te has atrevido a decir. Y claro, he tenido que amenazarte con que si te veo aparecer antes de una hora voy a llamar a la enfermera para pedirle que saque de mi habitación a la desconocida que me persigue. Nunca hemos jugado esa carta, pero seguro que sería muy divertido. Al fin y al cabo y a efectos prácticos, para nuestra desgracia no hay ningún documento legal que nos relacione. Como si quererte como te quiero desde hace casi 50 años no significase nada. Como si no te hubiera visto en mi vida. Yo, que sé leer en el tamaño de tus pupilas exactamente lo que estás pensando. Que domino con maestría cada milímetro de tu piel, que he besado millones de veces tus lunares, que distingo en tu forma de desperezarte si vas a tener un buen día. Se atreverían a decirme a mí que no te conozco, después de haberte escuchado reír y llorar de todas las maneras posibles, de haberte abrazado hasta casi fundirme contigo, y de haber celebrado y compartido a tu lado cada instante. Puede que para este mundo absurdo y ridículo sea así, que no seamos más que dos mujeres cuyos caminos han transcurrido en paralelo, pero, Amor, no tienen ni idea. Mi vida está tan íntimamente entrelazada con la tuya, que vivo en tu sonrisa, y en esa manera tan adorable que tienes de fruncir los labios cuando algo no te gusta, y en la ilusión reflejada en tu mirada, y en la forma en la que me escrutas en silencio cuando quieres decirme que me quieres sin palabras, y yo distingo claramente en tus ojos ese anhelo que confiesa que te mueres por mí. Lo sé todo de ti, Fina, y todavía me parece que no es suficiente. Sigo queriendo más. Más tiempo, más sonrisas, más miradas, más amor. No quiero que se acabe, y por primera vez voy a reconocerte que tengo miedo. Pero no por ti, porque sé que vas a estar bien. Lo tengo por mí, porque la vida sin ti no tiene ningún sentido. Y no me va a quedar más remedio que esperarte en alguna parte que desconozco hasta que pasen muchísimos años y vuelvas a acompañarme.

ESTÁS LEYENDO
Canciones para Fina
FanfictionToledo, 3 de julio de 2005. Unos pasos azarosos resuenan sobre la grava del camposanto. Junto al pecho de quien camina, apretada con fuerza, una caja de contenido todavía desconocido, que tal vez aporte algo de consuelo al dolor que ha destrozado su...