Un au en donde Sergio se atreve decirle lo que siente a Max sobre su estadia en el equipo
La temporada aún no había terminado, pero el fin de semana en Brasil estaba siendo el más intenso y caótico hasta ahora. Desde el viernes, cuando el equipo dejó a Checo fuera de la clasificación de la sprint por un error de cálculo, todo parecía haber ido en su contra. Luego, el domingo, bajo una lluvia torrencial, Red Bull había cometido el mismo error, dejándolo fuera de Q2 nuevamente. Max también fue afectado, pero eso no era consuelo para Checo, quien llevaba tiempo sintiendo que el equipo nunca estaría completamente de su lado.Sin embargo, Max, con una impresionante remontada desde la posición 17, logró lo impensable y ganó la carrera. Mientras tanto, Checo tuvo una jornada complicada: perdió posiciones en la salida, sufrió un trompo y terminó fuera de los puntos, en la posición 11. Exhausto y con el ánimo por los suelos, se encerró en la pequeña habitación del hospitality de Red Bull, intentando encontrar algo de calma antes de enfrentarse al equipo y a la prensa.
Estaba sentado en el borde de la camilla de masajes, los codos apoyados en las rodillas y las manos frotando su rostro en un intento por liberar la tensión. La frustración y el cansancio se acumulaban como una pesada carga sobre sus hombros. El sonido de la lluvia golpeando la ventana y el eco de las celebraciones de la victoria de Max se mezclaban en un ruido de fondo que Checo no podía ignorar. Sabía que, aunque él había tenido un fin de semana desastroso, Max había hecho una remontada impresionante desde la posición 17 y había terminado ganando la carrera. Sabía que la prensa y el equipo estarían eufóricos por el logro de Max, pero él apenas podía reunir la energía para enfrentar otro día lleno de preguntas, de comentarios insinuantes y de miradas que lo hacían sentir más pequeño.
Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos, y aunque no quería ver a nadie, algo en su interior le hizo levantarse y abrir. Sabía quién estaba detrás de esa puerta incluso antes de ver a Max, con el cabello todavía húmedo por la lluvia y los ojos fijos en él con una mezcla de preocupación y determinación. Cerró la puerta tras él y se quedó en silencio, observando a Checo como si quisiera elegir cuidadosamente sus palabras.
"Checo, esto no puede seguir así," dijo Max finalmente, su voz baja pero decidida. "No es justo lo que te están haciendo. Te mereces algo mejor."
Checo sintió que algo en su interior se rompía, una mezcla de tristeza, enfado y una extraña sensación de resignación que se acumulaba en su pecho. Dejó escapar un suspiro y apartó la mirada, incapaz de sostener los ojos de Max en ese momento.
"¿En serio crees que no es justo, Max?" Las palabras de Checo salieron con una amargura que él mismo no esperaba. "¿Recién ahora te das cuenta de que no es justo? Cuando faltan tres carreras para que termine la temporada... basta de tanta hipocresía."
Max pareció sorprendido por la dureza en la voz de Checo, pero él continuó, incapaz de detener el torrente de pensamientos y sentimientos que llevaba acumulando durante tanto tiempo.