Promesas rotas

27 7 6
                                    

Los días seguían avanzando, y cada vez que Ray se cruzaba con Emma y Norman, una mezcla de tristeza y determinación crecía en su interior. A pesar de que aún lo atormentaba lo que sentía por ella, decidió que lo mejor era alejarse. En su mente, la idea de irse de la ciudad se convirtió en un refugio, una forma de escapar de una realidad que le resultaba demasiado dolorosa.

Ray se volcaria en su música como una vía de escape, componiendo nuevas canciones. Comenzó a tocar en bares locales, donde el ambiente desenfadado le permitió desahogar sus emociones. Cada acorde que rasgueaba y cada letra que cantaba eran una forma de dejar salir el dolor y la frustración. Sus actuaciones atrajeron a un pequeño público, y poco a poco se hizo un nombre en la escena musical de la ciudad.

Ayshe le enviaba audios de sus nuevas composiciones y él compartía fragmentos de sus propias canciones. Cada mensaje, cada nota de voz, fortalecía su conexión. Aunque aún no se conocían en persona, Ray sintió que estaba construyendo algo especial, una amistad.

- Me alegra que quieras empezar de nuevo.

- Te soy sincero, necesito un cambio. Aquí me siento estancado, pero contigo creo que podré encontrarme a mí mismo.

- Ya veo. ¿Te confieso algo?, con los audios que me has enviado de tus composiciones me haces darme cuenta que tienes un talento único. Me gustaría hacer una colaboración contigo, Ray.

- ¿En serio?, ¿un dúo?

- Sí, tú voz es única y la forma que tocas la guitarra hace darme cuenta de tu pasión.

La idea de mudarse se volvió más real con cada conversación. El joven se hizo muchas ilusiones con lo que le dijo Ayshe. Con determinación empezaría a componer una parte de una maqueta. Una despedida.

Ray empezó a hacer una lista de cosas que necesitaba organizar antes de irse: vender sus cosas, cancelar sus suscripciones y, lo más difícil, despedirse de Emma y Norman. Sabía que no podía prolongar más esa despedida.

Una noche, mientras tocaba en un bar íntimo, el lugar estaba lleno de luces tenues y risas. Ray sintió la energía del público, lo que le dio un impulso extra. Estaba siendo grabado por su amigo Nat, ya que se lo iba a enviar a su nueva amiga, sin embargo, en medio de su actuación, cuando comenzó a tocar una de sus nuevas canciones, alzó la vista y, en la esquina del bar, la vio: Emma y Norman. Su corazón se detuvo por un instante. Con la pena de su corazón cantaría la nueva maqueta que tiene como un primer contacto con el público.

"Hoy cierro un capítulo,
con el peso del adiós,
las promesas que hice
se desvanecen en mi voz.
Estoy perdiendo el control,
me siento tan solo,
y no puedo encontrar
el camino hacia ti.

Lo que soñé a tu lado,
aunque rompa mis promesas,
mi corazón sigue atado,
estoy cayendo, alejándome de ti,
y no puedo detenerme,
sigo perdido en este mar.

Las noches se vuelven frías,
sin el eco de tu risa,
mi guitarra guarda historias
de momentos que no olvido.
Aunque busque nuevos caminos,
no hay refugio para este amor,
siempre habrá una parte de mí
que te llevará en el corazón.

Lo que soñé a tu lado,
aunque rompa mis promesas,
mi corazón sigue atado,
estoy cayendo, alejándome de ti,
y no puedo detenerme,
sigo perdido en este mar.

Así que cierro este capítulo,
sin querer dejarte atrás,
cada nota es un suspiro,
que nunca se irá.

Lo que soñé a tu lado,
aunque rompa mis promesas,
mi corazón sigue atado,
estoy cayendo, alejándome de ti,
y no puedo detenerme,
sigo perdido en este mar."

Entre la música y el corazón. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora