¿Es así?

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Sus botas resonaron con el duro golpe contra el suelo. El estruendo daba alerta de su llegada, para poco después alzarse con total indiferencia. El flequillo tapa cada rastro de su mirada, solo deja su característico rostro inmutado... pero dejando esas cosas de lado: Kris avanzó a través del oscuro camino hasta llegar a la Villa, un sitio prospero que él y sus amigos consiguieron con gran esfuerzo y valentía. En ese instante: nota que, la mayoría de seres oscuros yacían en sus hogares, probablemente descansando. Con su andar relajado llega hasta las gigantescas puertas de un palacio.

— ¡Voooy! El suave grito se escuchó a lo lejos.

Las puertas se abrieron frente a Kris que es recibido amablemente por un caprino de cuernos rosas.

— ¡Ah, Kris! ¡bienvenido! Es muy bueno tenerte aquí, ¿pero no es algo tarde? ¿cómo has llegado...? La curiosidad le invade, pero el humano no parece dispuesto a contestarle.

Alza la diestra para agarrar la patita de su contrario y obligarlo a caminar. Sin decirle ni una palabra: el caprino de lentes le sigue a todos lados y avanza con una sonrisa, como si no hiciese falta palabras del humano para comunicarse.

Cuando se alejaron un tanto del castillo y prosiguieron por las calles de la villa, encontraron un buen sitio en el cual sentarse y relajar los músculos. Ha decir verdad, Kris siempre se sintió bien al lado de Ralsei... a lo mejor y por el simple hecho de que aquél monstruo era todo lo que estaba bien en su existencia.

— ¿Y por qué has venido, Kris? ¿tanto nos extrañabas? No quería preguntarle exactamente si al que extraña es a él, pues... a pesar del nivel de confianza, no es capaz de creerse algo tan importante.

— Podría decirse. Exclamo de una manera repentina, pero que agarro por sorpresa a la cabrita.

— A-Ahm, pues, eso es bueno realmente... jaja. Su voz nerviosa desprendió una sutil carcajada.

Un breve silencio, algo que para Kris era indiferente y para Ralsei una tortura. Aún así: el monstruo toma una bocanada de aire y suspira antes de retraer las piernas con los brazos envueltos alrededor para abrazarlas.

— ¿Eres así de silencioso siempre, Kris? Preguntó con curiosidad.

— Ahhh... mmh, algo así. No le veo el interés a gastar saliva todo el tiempo. Deja de lado un poco su lado reservado para seguir la charla.

— Vaya, ¿es así? Tienes una buena voz, tendrías que usarla más seguido en mi opinión. Sus ojos se cierran con su semblante sonriente.

— Ha, si, el día en el que Susie me haga una torta será cuando hablaré más seguido. Poniendo retos tan imposibles, pero quién sabe.

Ralsei ríe ante tal comentario, la zurda se lleva a la altura de la boca para tapar esas risitas hasta detenerse. Volvió a su posición original mientras permite que el humano visualice el cielo estrellado y oscuro. Para el caprino era algo tan normal que no le sorprendería, pero entiende que para la percepción del oji-carmesí era tan distinto y nuevo, simplemente no puede molestarlo.

— Todos necesitamos despejar nuestra mente un rato, ¿cierto? Se te veía en los músculos de la cara. Parece tener muy buenos ojos a pesar de usar lentes.

— ¿Tan atento eres? Ni de coña te creo. 

— Ey, el vocabulario, Kris. Levanta la diestra con el dedo índice alzado en señal de: ''no, no''.

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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Eternas noches. || Kris x Ralsei ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora