luz en mi oscuridad

soledad

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Sollozos insonoros y llenos de tristeza escapaban de sus labios. Sus pasos lentos se detuvieron en aquel salón que estaba sumido en la oscuridad. Con su cámara en mano se sentó en el suelo frío. Miro con lentitud el lugar donde había compartido con sus amigos sin fin de recuerdos y momentos que ahora mismo, parecían pertenecer a otra vida.

El lugar era solo iluminado por la luz tenue de la luna que se filtraba a través de la ventana y el silencio era tan opresivo que incluso podía escuchar su respiración.

Tomó la cámara entre manos temblorosas mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas cuando la grabación capturó entonces su rostro pálido y ojeroso, sus ojos rojos de lágrimas contenidas.

La infección había cambiado todo. La ciudad que una vez había sido vibrante y llena de vida ahora estaba desierta, estaba muerta... La gente que había conocido y amado había desaparecido, se sentía realmente solo.

— No sé si alguien va a escuchar esto. —comenzó con voz ronca apenas audible, como si temiera que alguien pudiera escucharlo — pero necesito hablar. Necesito dejar constancia de que existí, de que viví, de que amé.

Dijo en melancolía, la luz tenue de la cámara dejaba ver su rostro lleno de desesperanza, miedo y tristeza.

Detuvo un momento sus palabras, respirando profundamente mientras cerraba los ojos. La imagen de su familia, sonriendo y abrazandolo apareció en su mente. Los recuerdos de su infancia, de sus padres, de sus amigos, de el... todo se mezcló en un torrente de emociones que lo ahogaba y que no lo dejaba asimilar que ahora no tenía a nadie.

— Hace semanas, todo cambió... —continuó con lágrimas que ahora resbalaban por sus mejillas y su voz finalmente se rompió. Necesitaba realmente de su familia, amigos, de quien fuera para darle esperanza, por que, estaba tan mal que en ese momento sólo se derrumbó. — La infección... No sé cómo empezó, pero se propagó rápidamente.

Se limpió las lágrimas con la manga de su camisa, y miró hacia la cámara con ojos rojos.

Su corazón y cuerpo le pesaban.

— extraño a mi familia... extraño a mis amigos. A Félix... — sonrió débilmente entre el llanto. — Sobre todo, extraño sus brownies.

rió débilmente, aunque rápidamente se convirtió en un nuevo sollozo de tristeza. Los recuerdos que tenía le abrumaban en estas situaciones. No sabía realmente con exactitud cuando fue que perdió comunicación con todos, cuando perdió a sus padres ni cuanto tiempo llevaba solo.

—La infección... avanza en etapas. Primero, la irritación. La gente se vuelve agresiva y nerviosa. Luego, el insomnio. No pueden dormir, y su cuerpo comienza a debilitarse. Después, el desecho de sangre... —se estremeció—. Es horroroso. Ver a una persona retoserse al punto de escupir o llorar sangre es traumante.. Finalmente, la muerte termina con ellos, pero, en realidad su cuerpo sigue moviéndose, como si su cerebro no lo asimilara... Como si se designará a morir, entonces se vuelven Infectados.

Suspiro antes de apagar la cámara y levantarse para así caminar hacia la ventana con lentitud.
Miró hacia fuera por unos instantes, viendo la ciudad desierta y oscura. Recordándole que había pasado un día más sin saber de algún otro sobreviviente.

"No sé qué va a pasar mañana. O si habrá un mañana. Pero necesito aferrarme a la esperanza."

Pensó mientras en la oscuridad, rodeado de su miedo y su soledad nacía una chispa de esperanza, una chispa que lo mantenía vivo.

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