Felix no se podía mover o al menos no a menos que resistiera el dolor punzante en su costado. Estaba debajo de las sábanas blancas pegadas a su cuerpo sudoroso y seguro que más abajo, fuera de su campo de visión, estaría manchado de sangre. Tenía un miedo horrible, su cuerpo temblaba, se sentía frío, sus labios estaban secos y sus ojos hinchados de tanto llorar, la garganta era como una puerta oxidada en dónde siempre que la intenten abrir sonaría un chirrido molesto para los oídos.
Sus manos con la poca fuerza que aguantaba su cuerpo, las movió hasta dónde estaba el final de las mantas blacas y poder ver lo que había al otro lado...
Pero era en vano.
Por mucho que sus dedos se escurrieran a su alrededor, nunca llegaban a un término y el frío contraste de una habitación, como si el destino quisiera que todo terminara para él en ese calor falso y temporal que da una cama.
Su vista empezó a menguar, cada tanto cataratas aparecían y desaparecían, luego la luz que estaba del otro lado -porque la habitación estaba iluminada y por eso veía todo blanco- desaparecía y aparecía de una forma molesta que le obligaba a cerrar los ojos, pero el miedo lo atacaba en esos pequeños lapsus de inconciencia obligándose a abrirlos y afrontar su realidad. Felix no pensaba mucho, toda señal de su cerebro se dirigía a las súplicas mudas de que su vida no se acabara, todo lo que quería era eso pero... a veces si podía ver algo más y aunque no le gustara era su cerebro el que lo obligaba a ver el causante de todo este dolor, su profesor.
Aquel hombre de buen porte, educado con una voz fuerte pero una gran sonrisa, carismático con llegada a cualquier corazón que lo requiera. Esa forma de caminar que sonaba por todos los pasillos hasta dentro de las aulas, esa cabellera castaña clara bien peinada, esos lentes dorados que tan bien le quedaba, los hoyuelos...
Era perfecto, era su hombre perfecto y Felix creía que era lo más normal del mundo caer a los encantos de aquel guapo profesor.
Quizás ...
Solo quizás estaba tan equivocado, le costó años darse cuenta de aquella equivocación y ahora la estaba pagando así.
El dolor en su pecho se hizo presente otra vez, una presión punzante que le hizo rechinar los dientes e incluso llamó al miedo contenido en la punta de su lengua, sus lagrimas cayeron a cantaros y sus pupilas se achicaron violentamente dando paso al gran temor animal. Su mano dejó de buscar salida y la llevó a la herida que había vuelto a sangrar con furia, manchando de rojo todo su vientre desnudo. Quizo gritar pero su garganta se cerró impidiendo que emitiera algún ruego de ayuda.
Tenía miedo.
Empezó a moverse bruscamente mientras el sonar de sus latidos le rodeaban su audición completa, como si estuviera su cuerpo ansioso de verlo terminar su existencia, Felix se movió tan fuerte que su columna sonó de preocupante manera, sus cabellos rubios se pegaron a su sudorosa frente y sus dientes mordieron sus labios haciéndo que sangraran y llenaran su boca al sabor carmesí de un futuro cadáver, su propio cadáver.
Tenía demasiado miedo.
Al ver como la sábana desaparecía y solo quedaba en sus ojos los recuerdos de aquel hombre galante que lo recibía todos los días en su oficina con alegría, como si su trabajo fuera robarle el puesto al psicólogo escolar y le solucionaba cada duda sobre su miserable existencia. Recordaba con dolor cada pulso de sobra en ese pequeño espacio y como su piel ni se esforzaba en acompañarlo.
Tenía una cantidad inmensa de temor a tan solo la idea de que todo acabaría allí cuándo la verdad es que su vida nunca cobró sentido. No quería morir y esa era la verdad de todo, por mucho que su corazón rogara por correr a los brazos firmes de su profesor, a ese mismo lo quemaría en una mismísima hoguera si eso significara que la herida se cerraría y él pudiera salir de aquellas asfixiantes sábanas como si nada olvidando todo lo sucedido.
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《CRISIS》 Felix Solo
Fanfiction??? ??? ??? HISTORIA ORIGINAL • Felix solo • oneshot • terror psicológico ☆ [041124]