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Al día siguiente, aunque trataste de concentrarte en el entrenamiento, te era imposible olvidar el gesto de Rin. Cada vez que tus miradas se cruzaban, parecía que había algo en su expresión que antes no estaba, una especie de complicidad compartida en silencio.
Después de la práctica, mientras te refrescabas en las gradas, notaste que Rin se acercaba, esta vez con una expresión más relajada, aunque mantenía su usual seriedad.
—He notado que te esfuerzas mucho... más de lo que la mayoría. ¿Siempre has sido así? —preguntó de repente, rompiendo el silencio.
Te tomó por sorpresa que él iniciara la conversación, y al ver que te observaba con interés genuino, decidiste abrirte un poco.
—Supongo que... sí. El fútbol es importante para mí, y no puedo permitirme fallar —respondiste, mirando hacia el campo para ocultar la intensidad en tus ojos.
Rin asintió en silencio, como si entendiera lo que significaba esa presión. Durante unos segundos, ambos se quedaron en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos. Finalmente, él habló de nuevo, esta vez con una voz apenas audible.
—Yo también sé lo que es eso... querer algo tanto que parece que te consume.
Sorprendido por su sinceridad, lo miraste, y en ese instante, notaste una vulnerabilidad en él que no habías visto antes. Era como si, poco a poco, ambos se fueran revelando aspectos de sí mismos que habían mantenido ocultos, comprendiendo que compartían una misma pasión, una misma lucha.
—Quizás... podríamos ayudarnos —sugeriste, sabiendo que era arriesgado, pero sintiendo que valía la pena intentarlo.
Rin te miró, y por primera vez, una pequeña sonrisa asomó en sus labios.
—Quizás... —respondió, y aunque su tono seguía siendo serio, había una promesa tácita en sus palabras.
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Unos días después de ese momento especial con Rin, notaste que Bachira empezaba a acercarse cada vez más a ustedes dos durante los entrenamientos. Aunque al principio parecía casual, te diste cuenta de que observaba con curiosidad la nueva conexión que se estaba formando entre tú y Rin.
Durante una práctica de pases, Bachira se acercó con su típica sonrisa traviesa y lanzó una mirada rápida entre los dos.
—Vaya, vaya... —dijo en tono juguetón—. No sabía que se estaban haciendo tan buenos amigos. ¿O hay algo más que no me están contando?
Rin rodó los ojos y suspiró, claramente incómodo con la insinuación de Bachira, pero no dijo nada. Tú, por otro lado, no pudiste evitar reírte, contagiado por la energía de Bachira.
—No es nada, Bachira. Solo… nos estamos conociendo un poco mejor, ¿no es así, Rin? —intentaste suavizar el ambiente, mirando de reojo a Rin para ver su reacción.
—Hmph. Solo estamos entrenando —respondió Rin, con su típico tono serio, pero había algo en sus ojos que delataba una pequeña incomodidad. Tal vez no estaba acostumbrado a la atención que Bachira le estaba poniendo al asunto.
Bachira, por supuesto, no dejó pasar la oportunidad de molestar un poco más.
—Entonces, ¿puedo unirme a esta… dinámica de entrenamiento especial? Prometo no estorbar —dijo con una sonrisa de oreja a oreja, dándote un codazo y guiñándote un ojo.
Antes de que pudieras responder, Rin frunció el ceño, pero esta vez su tono fue un poco más relajado.
—Haz lo que quieras, Bachira. Solo no pierdas el tiempo.
A partir de ese momento, Bachira se convirtió en una especie de puente entre tú y Rin, haciendo que las interacciones fueran menos tensas y creando una atmósfera de camaradería. Empezaron a entrenar juntos más a menudo, y aunque Rin seguía siendo reservado, era evidente que se sentía un poco más cómodo con ustedes dos alrededor. De alguna forma, Bachira lograba sacar el lado más humano de Rin, y eso hacía que los tres formaran un equipo inesperadamente sólido.
Desde que comenzaron a entrenar juntos, Bachira se había vuelto cada vez más cercano, hasta el punto de que empezó a abrazarte en cada oportunidad que encontraba. Al principio era solo una broma o una muestra de afecto, pero con el tiempo se volvió algo más frecuente. Cada vez que hacías un buen pase, te envolvía en un abrazo espontáneo y te daba palmaditas en la espalda. Otras veces, se acercaba despreocupadamente y te colgaba el brazo por encima del hombro mientras hablaban, como si fueras su persona de confianza.
No podías evitar reírte de su entusiasmo; era contagioso. Sin embargo, pronto te diste cuenta de que Rin parecía más… distante, y cuando tus ojos se cruzaban con los suyos, podías ver algo distinto en su mirada: una mezcla de frustración y, quizás, ¿celos?
Un día, después de un entrenamiento particularmente intenso, Bachira te rodeó con sus brazos por la espalda y apoyó la barbilla en tu hombro, riéndose mientras compartía alguna broma. Cuando miraste hacia Rin, notaste que estaba observando la escena con el ceño fruncido, sus puños apretados a los costados.
Finalmente, no pudo contenerse más y se acercó, con una expresión seria en su rostro.
—¿Tienes que abrazarlo todo el tiempo, Bachira? —preguntó con un tono cortante.
Bachira lo miró con una sonrisa burlona, sin soltar su agarre sobre ti.
—¿Por qué? ¿Te molesta, Rin-chan? —dijo en tono juguetón, dándole a Rin una mirada pícara—. No sabía que eras tan territorial.
—No soy territorial —respondió Rin, visiblemente incómodo. Bajó la mirada y añadió, en un tono casi inaudible—. Solo… es molesto. No puedes concentrarte en el entrenamiento si estás… abrazando a alguien cada dos segundos.
Te sentiste atrapado en medio de la situación, sin saber si intervenir o simplemente observar cómo se desarrollaba. Podías notar la tensión en el ambiente, y te diste cuenta de que, detrás de esa irritación de Rin, había algo más profundo. Él estaba sintiendo algo que no sabía cómo expresar.
Para calmar las cosas, decidiste dar un paso hacia Rin, alejándote un poco de Bachira.
—Tranquilos, chicos. Solo es una broma, ¿verdad, Bachira? —dijiste, intentando que el ambiente se suavizara.
Bachira sonrió, aunque esta vez fue una sonrisa más suave, como si entendiera la situación mejor de lo que aparentaba.
—Claro, claro. Rin-chan se pone muy serio con estas cosas. Pero bueno, te dejo por ahora, ¿eh? —te dio una palmadita en la espalda antes de alejarse, lanzándole una última mirada a Rin antes de irse.
Una vez que Bachira se fue, te quedaste a solas con Rin. Él permaneció en silencio, mirando hacia el suelo, como si estuviera debatiendo algo en su interior. Finalmente, habló, con voz baja.
—Es solo que… no me gusta cuando alguien… cuando alguien está tan cerca de ti.
Te sorprendió su confesión, y, aunque intentaste ocultarlo, tu corazón dio un vuelco. No sabías si debías reírte o tomártelo en serio, pero en ese momento, decidiste acercarte un poco más a Rin.
—Entonces… ¿quieres ser tú el que esté cerca de mí? —preguntaste, probando sus reacciones.
Rin te miró, y aunque no respondió de inmediato, el leve rubor en sus mejillas fue suficiente para confirmarlo. Asintió apenas, con una seriedad que, en lugar de intimidarte, te hizo sonreír.
—Bueno… tal vez podamos entrenar juntos, solo los dos, de vez en cuando —propuso, tratando de sonar casual, aunque sabías que sus palabras significaban mucho más.
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𝐂𝐇𝐎𝐎𝐒𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄⎯ 𝐁𝐥𝐮𝐞 𝐥𝐨𝐜𝐤.
Random𝐂𝐇𝐎𝐎𝐒𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄 ♡! ━━ ᴄʜɪᴄᴏꜱ ꜱᴇ ᴘᴇʟᴇᴀɴ ᴘᴏʀ ᴛɪ. ¿ᴀ ǫᴜɪᴇɴ ᴇʟɪɢᴇꜱ? ¡♡! ʙʟᴜᴇ ʟᴏᴄᴋ ꜰᴀɴꜰɪᴄ ʙʏ ʙᴀᴄʜɪʀᴀᴍᴇɢᴜʀᴜ_ᴜᴡᴜ --- 𝑪𝑨𝑹𝑶 ୨♡୧