Capítulo 2

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❛❛ ¡La nave espacial! ❞

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❛❛ ¡La nave espacial! ❞

Había faltado un día completo por ocuparse de algo, y esperaba que fuera la última vez que esto sucedía.

Nuevamente no había logrado dormir bien, cuando llegó a su casa y abrió la puerta se dió cuenta de que algo andaba mal.
En su casa, sus padres desde siempre dejaron algún talismán en esa habitación para proteger de todo mal y que ese algo estuviera para siempre encerrado pero cuando vió que muchos estaban quemados, todo se fue a la mierda. El objeto de su hermano mayor muerto que solía estar en esa caja, misteriosamente había desaparecido. Y ahora, tendría que hablar con la señora Ayase sobre esto, ya que eso era un gran problema.

— Que dolor de cabeza pensar tanto en esto, enserio.. — Agarrándose un poco la cabeza mientras llegaba a la casa. Escuchó unas voces y gritos, eso lo puso en guardia.

Hizo el amago de abrir la puerta, pero esta se abrió sola antes, haciendo que se llegará asustar, recibiendo un abrazo de parte de Momo, quién se mostraba feliz de volver a verlo.

— ¡Chico exorcista, de verdad si viniste! Eso es bueno, la vieja bruja me dijo que vendrías. — Dijo la pelicafe ahora separándose, sonriendo alegre.

Yoshiro sonrió un poco por eso escuchándola, ahora más tranquilo. Ambos entraron a casa.

— ¡¿Que demonios hace este idiota aquí?! — La pelirosa lo miró disgutada, y el castaño solo sacó la lengua como una burla de ella.

— Tampoco creas que estoy feliz de ver.. esa cara de serpiente, otra vez. — Sonrió al final cerrando sus ojos, después miró sorprendido al extraterrestre que estaba sentado y vendado. — Eh?! Por qué está ese tipo extraño aquí? No estaba muerto o algo así?

— Ayase-san y Shiratori-san lo encontraron herido.. creímos lo habíamos derrotado por completo pero bueno. — Respondió el de lentes quedándose a su lado, cruzando los brazos y mirando al castaño quién asintió comprendiendo.

Soltó un suspiro del cansancio que le vino de golpe.

— ¡Ven aquí, mocoso! Come, que te lo preparé apenas llegarás. — La señora Ayase lo miró esperando a que se sentará y comiera, ella odiaba aveces que no supieran comer.

— Ya voy.. Señora Ayase.

Mientras casi todos hablaban de cualquier tema, el castaño seguía comiendo tranquilo sintiendo la mirada de alguien más y eso lo hacía sudar de los nervios aunque de igual manera también lo hacía enfadar un poco.

— ¿Tienes algo que decirme? Por qué me miras tanto? — Mirando a ese gato, con una expresión seria. No le parecía algo extraño que un gato hablará, pues, la señora seiko también le había contado quien era.

— Siento que te he visto en algún lado, te me haces conocido. — Gruñió un poco mirándolo fijamente, como si estuviera tratando de recordar.

— No lo creo. — Dijo desviando su mirada a la comida, no tenía apetito por lo que decidió dárselo a la turbo abuela.

"I hate you.. but not that much.." Okarun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora