Capitulo 4-Amabilidad

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Las cosas buenas desaparecen sin que yo lo permitiera, como aquellos dias en que recibía cada año un pastel en la cual no entendía porque me lo mandaban ya que los guardias se lo comían en frente de mis ojos, estando solo y aislado de todo encerrado en un cuarto entre cuatros parees, la comida estaba putrefacta y tal perdido no lograba distinguir que era lo bueno y lo malo.

—Hola. _*Voz femenina* —Mira lo que traje.

(AH! Ella... volvió) Un grato sentimiento de felicidad hizo que mis sentidos volvieran, pero al querer pronunciar algo mi voz no salía.

—.....! ....! ......!!

—Vamos! ¡Vamos! No tienes que esforzarte intente llegar antes, pero hay que tener cuidado con los guardias.

(¿Porque...? ¿Por qué es amable conmigo?)

—Te traje pan y leche. ¿Te gusta?

*Asiente con la cabeza*

—Muy bien cómelo despacio.

(Ahh! Se ve delicioso) Piensa el joven con una mirada hambrienta tras observar el pan lo toma entre manos y se lo come en varios mordiscos sin llegar a beber la leche logrando asi atragantarse, haciendo que la joven entrara en pánico

—Waa!! ¡Espera! Come despacio, ¡Bebe la leche despacio!

*Tomar* _ *Tragar* _ *Tragar*

—Uff! Que buen chico además.... ¿No crees que es muy oscuro aqui? No hay sol y huele a musgo, pero a pesar de todo poder conocer a un compañero de celda se siente genial, ¿no lo crees?

Una amabilidad tan grande hizo sentir un raro sentimiento que hizo que las lágrimas del joven brotaran de sus ojos.

—Ugh! Hick! Hick! _*Termina llorando*

—Waa!! _*La chica entra en pánico* —Vamos no llores, un chico tan grande y llorando, ja, ja debo tener un dulce por aqui.

Al revisar entre sus bolsillos de repente había salido rodeando una especia de canina con muchos colores brillantes impregnando una sensación de querer comerla al tomarla confundido la toma, (¿Estará... bien si la cómo?) piensa al quedar hipnotizado se la traga de un solo jalón.

—Ahh! _ *Grito agudo* —¿Acaso te comiste la bola?

El chico pone una cara confusa, pero al sentir el enojo de la chica pone una cara triste de cachorro regañado

—Vamos chico, tranquilo no te estoy culpado ya te la has tragado una fuente de poder... ¡Quiero que me hagas un favor!

La vida en este oyó oscuro con un vasto olor a mugo y oscuridad por todos lados continuo su curso en curso con el mismo tiempo, pero además de la oscuridad la presencia de esta chica que extrañada mente me daba calma su compañía.

—Mira! Te traje un caramelo

Poco a poco empezó a entender que era sonreír, ser cuidado por alguien tan amable como ella nunca imagine que conocería a alguien.

—Bueno

—Waa!! ¡Espera! Come despacio, ¡Bebe la leche despacio!

*Tomar* _ *Tragar* _ *Tragar*

—Uff! Que buen chico además.... ¿No crees que es muy oscuro aqui? No hay sol y huele a musgo, pero a pesar de todo poder conocer a un compañero de celda se siente genial, ¿no lo crees?

Una amabilidad tan grande hizo sentir un raro sentimiento que hizo que las lágrimas del joven brotaran de sus ojos.

—Ugh! Hick! Hick! _*Termina llorando*

El hijo despreciado del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora