Un cielo nublado

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Escrito en algún momento del 2019
(Dedicado a mi primer amor platónico: F. H.) (⁠*⁠˘⁠︶⁠˘⁠*⁠)⁠.⁠。⁠*⁠♡

Iba caminando por las calles de Londres. Me parece muy confuso ya que no logro entender en qué momento llegué aquí. Pero debo admitir que en ocasiones los sueños parecen ser muy reales y a la vez son tan extraños.

Comprendo que cada país tiene su propia belleza, pero la verdad no encuentro comparación. Desde donde estoy puedo ver el gran reloj distintivo de esta ciudad. Hace un poco de frío; aún así, para mi gusto el clima parece perfecto.

   De repente, mis ojos se iluminan y me lleno de gran emoción. Puedo sentir que todo lo que me rodea pierde importancia. Mi respiración se ha pausado y no puedo evitar que mi asombro me deje boquiabierta…

  Mis labios susurran despacio:
— Es él…
Además de que me siento como una estatua, en realidad: soy invisible para el que mis ojos aprecian…

  Está allí, caminando al otro lado de la calle. ¡Es impresionante! Lleva un abrigo largo y camisa blanca; de verdad que le queda muy bien el negro. De un brazo le cuelga una mochila y lleva unos audífonos. Me maravilla que con cosas tan sencillas parezca el rey de la elegancia…  Y yo solo estaba parada, a unos cuantos metros de él…

  Ahora, se detiene, justo en la próxima esquina que está a sólo 4 metros y cachito frente a mí; ladea un poco la cabeza al fijarse antes de cruzar. Por otra parte, reviso mi apariencia rápidamente y parece que todo está en orden, o eso pensé hasta que noté que debido al viento mi cabello estaba levemente alborotado. «No se notará mucho...»

  El viento sopla agradablemente. Miro al cielo, está nublado. Inhalo profundamente y luego centro mi atención a el que está frente de mi… Entonces, llega el momento.

  La señal de alto se ha puesto, los coches se detienen y las personas de ambos lados de la calle comienzan a cruzar. Mientras tanto, sigo parada enfocando la mirada en él, para así poder apreciar cada pequeño detalle de aquel momento incomparable.

  Aquel cabello castaño ondulado se mueve al ritmo que el viento le proporciona con delicadeza. Es sencillamente perfecto. Se quita los audífonos y los baja a su nuca; mira hacia el cielo y de la nada esboza esa maravillosa sonrisa, dejando a la vista esos lindos hoyuelos. Vuelve la vista al frente y…

… Y aquellos ojos azul celeste, cuyo brillo es igual al de los diamantes, lentamente se cruzan con los míos, transformando esta insignificante acción en un momento muy especial. Mi corazón parece que quiere estallar de emoción, además de que me va envuelve un escalofrío por todo el cuerpo. Le sonrío y él me responde de la misma manera. Ahora, puedo afirmar que esa sonrisa fue solo mía. Luego cruza junto de mí y me dice:

— Hello. Good morning!

  Yo me quedé helada y solo respondo:

— ¡Hola…!

  Estoy como… bueno, ni siquiera tengo palabras para explicar mi emoción. Él vuelve su mirada al frente y yo giro mi paso lentamente a la misma dirección, como jalada por un imán. Me quedo inmóvil, admirando ese momento… Se aleja lentamente, un metro, dos, tres…

  Pero, entonces, se detiene… Ladea de un lado la cabeza, parece confundido. «¡Oh, no, no, no! ¡Me va a notar, y solo verá que lo he estado mirando todo este tiempo!»

  Mi corazón se acelera y parece que se detendrá en un momento muy próximo. Pero cuando menos lo noté, él ya se había vuelto y parecía dirigirse a mí. Disimuladamente me giré un poco, para que así, tal vez imagine que voy a otra dirección. Conteniendo los nervios solo me consuelo: «Se ha vuelto, pero seguro es por otra cosa, cualquier cosa… Tengo que calmarme y así nadie notará nada.» Sin embargo en los últimos segundos mi cuerpo me traiciona poniendome inquieta y solo finjo que todo este tiempo he mirado el gris del cielo…

— ¡Hola! Buenos días... ¿Hablas español?...

«¡Dios mío! ¡Su acento es tan lindo!»

— ¡Hola! Buenos días. Sí, hablo español. En ocasiones olvido hablar en inglés, ya que aún no me acostumbro.
— ¿Entonces estás de visita?
— No exactamente, llegué a Londres esta semana por trabajo.
— Oh, ya entiendo… Tú español… ¿es americano?
— Sí, algo así. De hecho...

  «¡Vaya! Estoy conversando con él. El chico de ojos azules, cabello castaño, sonrisa perfecta. Es increíble todo en él…»

     … soy de México.
— ¿Enserio eres de México? Es un país maravilloso, lo he visitado antes. Pero… qué grosero he sido, lo siento, déjame presentarme correctamente.
— Tranquilo, no es necesario, yo soy la que necesita presentarse… Mi nombre es...

   «De verdad que no puedo creerlo. No solo puedo conversar con él, sino que además tengo el privilegio de notar el hermoso brillo de sus ojos, como articula cada palabra y cada vez que se forman sus hoyuelos al sonreír.»

… Eres muy buen actor y te admiro ya que haces un excelente trabajo.

  Él esboza una sonrisa tímida y luego contesta:

— Gracias de verdad, lo aprecio mucho.

   «¿Y ahora qué hago? Este es un momento que jamás repetiré.»

— Ahh…  No sé cómo suena esto ahora, pero… ¿te gustaría regalarme un autógrafo?...
— ¡Claro! No hay problema. ¿Tienes algo donde pueda apuntar?

  Entonces contesto con emoción:

— ¡Sí, sí! Aquí tengo una libreta y bolígrafo.

  Con rapidez se los entrego y después de un minuto me los regresa.

— Bueno, ya está... Me dio gusto conocerte Caitlyn. Espero verte en otro momento, pero por ahora lamento que tenga que retirarme.
— Oh claro, disculpa, no quería entretenerte.
— No es molestia, te lo aseguro.
— Gracias… De verdad gracias por todo.
— No es nada… Hasta luego.

  Me sonríe y entonces se da media vuelta. Conforme avanza, veo como su figura lentamente se pierde entre la gente. Mientras tanto yo, no tengo idea de cómo controlar tantas emociones que tengo dentro y solo suelto un largo suspiro…

  Después de un rato miro nuevamente al cielo, vuelvo la mirada al frente y con una gran sonrisa prosigo mi camino...

BEEP, BEEP, BEEP… (Suena la alarma despertador).

   (Despierto…)

  «¿¡Qué!? Solo fue un… un sueño...»

  Me incorporo y me siento en la orilla de la cama.

  «La verdad fue un hermoso sueño, lástima que solo fue eso…»

Dejo salir un suspiro desilusionado. Veo el reloj y son las 07:05 horas. Me paro y después de hacer la cama, noto por la ventana ese hermoso tono grisáceo del cielo. Voy al armario y me alisto. Busco un abrigo, una bufanda y una boina, lo que me hace recordar mi sueño. «Al menos nadie notó que mi cabello estaba algo despeinado»

  Reviso mi bolso para ver⁰ si llevo todo en orden. Parece que sí, pues tengo la cámara, los documentos, y…

  «Y, ¿esa libreta…?»

  La saco poco a poco, con mucho cuidado como si tocara algo delicado que estuviese a punto de desprenderse en cualquier momento. Creo que tiene un bolígrafo por dentro...

Parece ser que encontraré algo imposible, pero temo a desilusionarme. Entonces con delicadeza, entrecerrando los ojos la abro por completo y…

(Grito de emoción…)

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⏰ Última actualización: Nov 05 ⏰

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