𝐀𝐑𝐓𝐇𝐔𝐑

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Su corazon latia con fuerza, bombeaba la sangre tan rapido que podria morir justo ahí, cada paso que daba era una oportunidad nueva de revobinar a momento justo en que perdio la cabeza.

Su respiración agitada se asimiliaba a la de esa vez, días atrás, cuando en medio de la multitud bailaba junto a esa persona, sus cuerpos chocaban mientras sus bocas se buscaban, tentandose entre ellos, jugueteando entre cuerpos insípidos.

Y su aroma, apenas perceptible le atrajo tanto que aún lo puede oler cuando llega al final de la estimulación de su falo, tenia que pegar su nariz al cuello pulcro para seguir gozando de ese dulce aroma, incluso lamio un poco lo que le provocho una oleda eléctrica.

Recuerda haber mordido un poco su cuello mientras movía su cadera tan cercas de su pelvis, recuerda ese sonido tan erotico que a penas logro escuchar, pues la música ahogaba a cualquiera que le hiciera frente.

Nunca antes habia disfrutafo tanto un baile, a tal punto de recordar cada maildito detalle, la música, las personas, el olor, los colores, todo, todo a excepción del rostro del dueño de sus erecciones.

Su mente había sido tan injusta que le impidió grabarse el rostro de esa persona. Por ello estuvo los últimos días recreando la escena en su casa para obtener tan siquiera una posibilidad de recordar lo que sea que le dice un indicio.

También salía a correr, pues su cuerpo lograba estar en un estado igual al que tenía en el baile, haciendo más fácil para el concentrarse y recordar. Sin emabrgo, nunca llegaba a nada, siempre terminaba con más detalles de otros y con él llegando casa rapido a masturbandose.

Era extraño, el podía bailar con cualquiera pero esta vez era diferente, esta vez habia algo más de por medio, un lazo extraño que su lobo le exigía.

— ¡Hey, Arthur! — grito un joven a los lejos.

— ¿Ah? — el monegasco paro su trote y se giro para ver a quien le llamaba — ¿Ollie? ¿Que haces despierto tan temprano?

El muchacho tardó algunos segundos en llegar hasta donde él, si bien, corría rápido y estaba acostumbrado a correr, no había calentado antes, lo que provocó que se agotará demasiado.

— ¿Ollie? ¿Te pasa algo? — se preocupo cuando tuvo que agacharse para recuperar un poco de aire.

Pero, solo obtuvo un dedo levantado, pidiendo un segundo para poder responder. Aunque, no le dio un segundo, si le dio su espacio para que se recuperara.

— Es...Espera — respiro profundo por última vez y luego se recompuso — Hola Arthur — sonrió en grande.

El monegasco un poco confundido respondió al saludo: — Hola, Ollie.

— ¿Que tal estas?

— ¿Bien? — encarnó una ceja mirándolo raro.

— Me alegra — sin aviso le tomo del brazo y lo obligó a caminar a su lado.

𝐀𝐑𝐓𝐇𝐔𝐑'𝐒 𝐁𝐈𝐑𝐓𝐇𝐃𝐀𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora