prólogo

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Para muchos, la reencarnación es una leyenda o un sueño imposible. Para mí, fue el inicio de un retorcido juego del destino. Morí, de eso estaba seguro, pero el despertar en este lugar, en un mundo rodeado de lujos inimaginables, cambió todo lo que creía saber.

Había visto castillos como estos solo en páginas de mangas y manhwas románticos. Majestuosos palacios, vestidos de ensueño, jardines llenos de flores que parecían respirar vida propia… Y entonces lo entendí. No estaba simplemente en otro mundo; estaba dentro de la historia de un manga que alguna vez había leído: "Las Joyas de la Princesa."

Aunque el escenario era de ensueño, mi nuevo rol estaba lejos de serlo. Había renacido cerca de la protagonista, Ariana, la princesa idealizada por todos. Para cualquiera más, su sonrisa angelical sería suficiente para caer en sus encantos, pero yo conocía la verdad detrás de ese rostro perfecto. Ariana era una reina de manipulación y crueldad. Una mujer que escondía ambición en cada palabra, que no toleraba competencia alguna, y que pisoteaba a quien se interpusiera en su camino hacia el poder.

Pero no estaba completamente desamparado. En este renacer, el destino me dotó de algo único: poderes. Habilidades que me permitían manipular el entorno y controlar, en parte, las emociones de aquellos que me rodeaban. Un secreto que mantendría a salvo, y que usaría para equilibrar este juego en el que me encontraba atrapado.

Durante años, había soportado en silencio la cercanía de Ariana, actuando como su mejor amigo, como el compañero inofensivo y leal que siempre la hacía brillar. Pero ahora, con cada día que pasaba, sabía que llegaría mi momento. En este mundo de intrigas y engaños, yo tenía el poder y el conocimiento para trazar mi propio destino. No sería más una víctima de sus caprichos.

Con cada paso, mi propósito se hacía más claro. No solo sobreviviría a este lugar, sino que encontraría la manera de transformar este juego, de poner mis propias reglas y construir mi propio camino. Después de todo, si el destino me había dado una segunda oportunidad, ¿quién decía que no podía tener un final diferente… y quizás, un harem de hombres guapos esperando por mí?

Fin del capítulo 1

apariencia pero sin los lentes

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Un Destino Innesperado (Las Joyas De La Princesa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora