Naruto x Georgina

Capitulo 24

Capítulo 24: Días de Paz en Familia

Después de toda la emoción y los viajes, Naruto y Georgina decidieron tomarse un descanso para pasar tiempo juntos como familia. Para ambos, la prioridad era disfrutar de momentos simples y tranquilos junto a sus hijos, alejados del bullicio de los estadios y los focos de las cámaras. Era un tiempo para reconectar, relajarse y fortalecer los lazos que habían construido a lo largo de los años.

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Un Día en Casa

Naruto y Georgina habían planeado pasar el día en casa, disfrutando de la compañía de sus hijos. La mañana comenzó con risas y juegos en la cocina mientras preparaban el desayuno en familia. Georgina sonreía al ver a Naruto intentando hacer pancakes en forma de estrellas para divertir a los niños.

"¡Mira, papá! ¡Ese parece una nube en lugar de una estrella!" se reía Boruto, mientras su hermana pequeña intentaba decorar los pancakes con trocitos de frutas.

“Bueno, ¡los pancakes con forma de nube también son deliciosos!” bromeó Naruto, abrazando a Georgina y sintiendo una paz que rara vez tenía en su vida de atleta.

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Tarde en el Parque

Por la tarde, decidieron llevar a los niños al parque para jugar. El clima estaba perfecto, y Naruto no perdió la oportunidad de enseñarle a Boruto algunos trucos de fútbol, mientras Georgina y su hija pequeña disfrutaban de un picnic bajo la sombra de un árbol cercano.

“¡Mira, mamá! ¡Papá es el mejor en el mundo!” gritaba Boruto con admiración mientras intentaba imitar a Naruto.

Georgina, observando la escena, se sintió profundamente feliz. La vida de Naruto estaba llena de momentos públicos y compromisos, pero ver cómo se entregaba a su familia le hacía recordar cuánto valoraban esos momentos juntos. “Tienes razón, amor. ¡Papá es increíble!” le contestó a Boruto con una sonrisa.

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Noche de Películas en Familia

Al regresar a casa, organizaron una noche de películas. Cada uno eligió una película para compartir, y los niños se acurrucaron junto a Naruto y Georgina en el sofá, rodeados de mantas y palomitas de maíz. Rieron, disfrutaron y se quedaron dormidos uno a uno, envueltos en la calidez y seguridad de estar juntos.

Cuando los niños se durmieron, Naruto miró a Georgina y le agradeció por todos los sacrificios que hacía para apoyarlo. “Gracias por estar siempre a mi lado. No sé qué haría sin ti,” le susurró, mientras le daba un beso en la frente.

Georgina le devolvió una sonrisa llena de ternura. “Este es el lugar donde siempre querré estar, Naruto. Contigo y con nuestros hijos.”

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Pequeños Momentos, Grandes Recuerdos

Con el paso de los días, Naruto y Georgina aprovecharon cada momento para disfrutar de las pequeñas cosas: caminatas al atardecer, cenas familiares, leerle cuentos a los niños antes de dormir. Estos días de paz se convirtieron en tesoros que atesorarían siempre, recordándoles que el amor y la familia eran los pilares que les daban fuerzas para enfrentar cualquier desafío.