|Capítulo 8: Algo más.

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Al siguiente día estaba más que ansioso, por la mañana se levanto tomando una ducha refrescante, comió un desayuno cargado e hizo sus series de ejercicios a la hora. Que era trotar, levantar pesas y hacer un poco de piernas.

En la tarde entabló una conversación amena con su madre comentándole por encimita sus avances y el gusto que le tenía al rubio, su madre aplaudió emocionada, ella era la que más le preocupaba la salud de Wonwoo y él se lo agradecía enormemente.

En la tarde, antes de su cita con Junhui, se baño, se perfumo y se puso su mejor ropa, se sentía seguro pero no podía con la expectativa. Quería al rubio de manera intensa, verlo reír o ponerse tímido le encantaba, hablar con él lo hacía sentir bien y a gusto, no podía negar que era hermoso y que el rubio era llamativo ante cualquiera. Solo quizás necesitaba conocerlo más allá y para eso era la cita.

Salió de su casa y fue a la dirección que le dio Junhui para poder ir a buscarlo. Claramente iba con el auto de su madre es por eso que se lo comentó, pero si fuera por él, no le diría.

Al llegar, tomo su teléfono y le envió un simple "Estoy aquí" que inmediatamente fue visto por el contrario. Suspiró varias veces y se miro al espejo retrovisor cerciorándose de que no tenía nada en la cara, él en realidad quería lucir bien para Junhui.

Quien luego de unos minutos bajo luciendo tan radiante y fresco con su atuendo; una camisa azul holgada y unos pantalones de mezclilla apretados en su cintura, con unas vans negras. Su cabello rubio estaba peinado y liso, viéndose tan tierno. Quería besarlo y apretarle las mejillas.

—Hola, Wonwoo.— saludo Junhui llegando a él, que con anterioridad había salido del auto para recibirlo.

—Hola Junhui, te ves hermoso.— halagó sincero, se acerco un poco a él y dejo un beso en su mejilla, muy cerca de la comisura de sus labios. Vio a Junhui ruborizarse un poco.

—Muchas gracias, tú también luces muy lindo.— sonrió, Wonwoo lo hizo igual viéndose a los ojos, el azabache espabiló, le abrió la puerta del auto para rodearlo y subirse él. Dando inicio a su cita.

—Hoy quiero llevarte a un lugar muy importante para mi y se que tú vas a poder apreciarlo como yo.— le comentó arrancando. Junhui lo miró detalladamente, viendo su aspecto físico y asegurándose que le llamaba la suficiente atención.

Pero después de unos minutos, cuando llegaron al lugar supo que el azabache era el correcto. Había elegido un lugar que para él también era importante; un parque verdoso, era una atracción turística, habían arboles con flores de colores, perfectamente podado, con bancos para sentarse, puestos de heladería y dulces. La vista era increíble, el aire era puro y el lugar era fresco.

—¿Por qué esté lugar?—. Preguntó por fin cuando se sentaron en un lugar alejado de la entrada; era turístico pero en ciertas partes del año era muy poco visitado, sólo por los residentes de ese lugar.

—Cuando era pequeño mi abuela me traía mucho aquí, siempre durábamos horas, ella sentada observándome mientras yo corría, brincaban, jugaba o hacía cualquier cosa divertida para mi.— explicó mirando entre el paisaje y Junhui—. En este lugar aprendí a manejar bicicleta, aprendí a patinar, aprendí a tenerle amor a las cosas y tuve muchas amistades que hoy en día han estado para mi en todo. Quería traerte a ti aquí porque mi corazón me dice que contigo las cosas son diferentes.— le confesó mirando sus hermosos ojos—. A pesar de que seas mi fisioterapeuta, me siento cómodo a tu lado y tu sonrisa no se me sale de la mente.

Para ese momento Junhui sonrió aun más, sintiendo su corazón cálido y cómodo con ese chico.

—Yo también me siento muy bien a tu lado, Wonwoo.— le hizo saber tomando su mano—. Esa historia con tu abuela y el significado de este lugar es muy bonito, mucho más al saber que yo también podría ser parte de eso, nunca antes me había sentido de esta manera con alguien pero me alegro que tú seas el primero.

—¿Y qué es eso que sientes?—. Preguntó acariciando su mano suave. Parecía que toda la piel de Junhui era así de lisa, entonces inevitablemente se imaginó tenerlo desnudo, pintándolo y luego tocándolo.

—No se si es muy pronto para decirlo, pero es que mi corazón late cuando algo tiene que ver contigo, mi mente siempre me dirige a ti y siento que quiero tenerte a mi lado para seguir conociéndote. Eres muy lindo y eres interesante... A demás, quiero saber como te pones cuando estas erecto.— confesó un poco avergonzado, Wonwoo amplio la mirada y soltó una pequeña carcajada.

—En cualquier momento lo podrías descubrir, tengo al mejor fisiatra para que me ayude con mi problema.— jugueteó un poco sacando una risita del rubio—. Y en cuanto a lo que me dijiste coincido mucho contigo, de hecho te he dibujado otra vez..— murmuró rascando su brazo.

—¿¡De verdad!? ¿Puedo verlo? ¿Cuando me pintaras en vivo y en directo?—. Preguntó con ojos soñadores.

—Si, bueno cuando tu quieras vamos a mi casa.

—¿Qué tal si nos vemos el domingo? El sábado tendremos la sesión y pienso que podríamos tener buenos resultados, ayer recibí un juguete estimulante muy bueno que planeo usar contigo.

—¿Tú de verdad quieres verme empalmado, eh?—. Bromeó empujando levemente sus hombros mientras sonreía. Junhui soltó otra risita y asintió.

—Para que negarlo sí, si.

—Entonces el domingo será, Junhui. ¿Quieres un helado?—. Preguntó mirando al puesto a la lejanía. Junhui miro en su dirección y asintió.

—Me encantaría, por favor.

—¿De qué sabor?

—Mmm, coco, me gusta mucho el coco.

Wonwoo sonrió y después de guiñarle un ojo se fue por los helados. El rubio le atraía de una manera única, genuina y bonita, antes hubiera pensado con la cabeza de abajo pero ahora que está estaba enferma pensaba cien por ciento con la de arriba.

Y con Junhui veía algo más allá, más bonito, duradero, natural. A pesar de todo.

Cuando pago ambos helados se devolvió por el camino encontrandose a Junhui con una mascota en sus manos. Sonrió confundido.

–Ehh, Junhui.– dijo llamando su atención, el rubio subió la mirada con esa bella sonrisa.

–¿Ah que no es lindo? ¡Llego de repente y se subió a mi regazo!– explicó acariando el pelaje del minino. El azabache asintió, no era muy fan de los animales pero si le parecían muy tiernos, como Junhui en esos momentos.

–Traje tu pedido. ¿Lo compartirás con el gato?–. Preguntó divertido sentándose a su lado. Junhui soltó una risita.

–No creo que le guste. Pero muchas gracias, Wonwoo.– el azabache le regalo un guiñó y le paso el helado, entonces su tarde se baso en eso, hablar, coquetear, pasear al gato y conocerse un poquito más.

Cuando se hizo tarde, ambos se fueron del lugar satisfechos y felices por haber pasado tiempo juntos. Wonwoo se encargó de dejarlo en la puerta de su casa junto con una sonrisa cariñosa.

–Gracias por haber venido a esta cita conmigo, la he pasado tan bien.. Siempre la paso bien a tú lado.– confesó y al rubio le brillaron los ojos.

–No.. En realidad gracias a ti por invitarme, también me gusta estar a tu lado, me llamas mucho la atención.

–Eso.. Eso la verdad me agrada, tú eres muy hermoso y tan amable.– dijo y acerco un poco a él para darle un beso en la comisura de sus labios, dejando al rubio queriendo más. Se despidieron con un beso en la mejilla y con la promesa de encontrarse el sábado para la cita pero de fisioterapia.

Cada uno durmió sintiendo mariposas en sus estómagos y una paz enorme por haberse conocido en momentos difíciles pero en busca de buenas y factibles soluciones para el azabache.

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Una buena mano | WonhuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora