Una buena mano | Wonhui

|Capítulo 9: Mmng, Jun...

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El sábado ya estaba muy presente para ambos enamorados, en diferentes parte de la ciudad pero con los mismo pensamientos.

Hoy sería una sesión más para Wonwoo, una esperanza para su problema y una oportunidad más para ver al rubio hermoso que lo traía tan coladito.

En la mañana hizo su respectivo entrenamiento; se ducho, comió e hizo un poco de pesas y algo de abdomen para matar el reto de mil abdominales por día, mucho esfuerzo pero una buena motivación. Antes dolía, ahora era parte de su rutina diaria, cuando te propones algo puedes lograrlo con perspicacia.

En su caso fue una dicha estar caminando cómodamente, sino fuera por la fe en sus padres y lo tanto que se esforzó no podria caminar o mover si quiera las piernas o el dedo pequeño del pie, tan sencillo como eso.

Pero ahora, tomaría muy enserio cada cosa que le pasará en su vida y en eso entraba el rubio, de verdad quería tenerlo en su vida, sobre todo porque veía en él algo mucho más allá que físico, sentía que Jun era la persona que debía estar en cada momento de su vida.

Lo quería para algo serio y duradero.

Con ese pensamiento termino de alistarse con su surtida ropa negra y se fue tomando por primera vez desdé la operación su moto, la sensación de estar tomando aire y pasar por las calles sin detenerte para él era algo tranquilizador, la había extrañado.

Cuando cumplió su mayoría de edad la obtuvo, era tan negra como su chaqueta de cuero y tan brillante como sus argollas, le encantaba a sobre manera. Siempre había sido su sueño desde pequeño tener una, haberla dejado fue algo realmente complicado pero todo por mejorar su cuerpo.

Ahora ya no había nada que los volviera a alejar.

Arrancó sin más y fue pasando veloz por las calles, sin pasarse del límite pero descargando toda su frustración contra el viento que golpeaba en su rostro. Llegó muy rápido al establecimiento donde trabajaba el fisiatra.

Tocó el timbre y Junhui apareció por la puerta, tan radiante como siempre, dándole una delicado beso en la mejilla como saludo.

–Bienvenido nuevamente, pasa.– dijo cortes haciéndose a un lado, él paso y lo siguió a la otra habitación– estaba muy emocionado porque llegaras.

–¿Ah, sí?

–Mhunm.

–Bueno aquí me tienes, puedes tomar todo de mi.– dijo coqueto en broma haciendo reír al rubio.

–Entonces empecemos de una vez, puedes acostarte baja tus pantalones y sube un poco tu camisa, por favor.– pidió mientras buscaba algo en un bolso. Wonwoo hizo caso y fue a acostarse haciendo lo que pidió Junhui.

El rubio no tardo mucho en adquirir un objeto muy interesante, más un vibrador común. Wonwoo miro dudoso el artefacto.

–¿No pensarás meterme eso, no?–. Preguntó inquieto. Junhui soltó una risita.

–¿Qué comes que adivinas?

–¡Ni de coña, Jun!–. Exclamó levantándose de la camillas y subiendo sus pantalones junto con su bóxer en tiempo récord. Junhui soltó unas carcajadas demasiado divertido con la reacción del azabache, él lo miro mal– No hagas eso, me asustaste.

–¡A-ahh!– más risas entre cortadas– ¡Que ri-sisa!–. Dijo con dificultad.

–Ya dejalo y ven a hacerme lo que sea que vayas a hacerme.

Junhui asintió recomponiendose soltando alguna que otra risita.

–Es simplemente un vibrador, no hará más que despertar tus órganos reproductivos o eso espero.– expresó ya un poco más calmado acercándose a él – anda bajate los pantalones.

–No lo sé, ya tengo dudas.

–¡No haré nada malo, anda!

Wonwoo dudo un segundo luego hizo aquello de nuevo y se acostó, mirándolo, Junhui bajo la mirada a su pene flácido y se lamió los labios. El azabache trago saliva sintiendo la expectativa.

Sentándose a su lado, Junhui prendió el vibrador pegándolo directamente a las bolas, con sus manos libres untó un poco de aceite y saco su masajeador en forma de carrito.

–Concentrate, disfruta y piensa en la sensación, es lo único que importa.– pidió en voz baja empezando a masajear el abdomen con sus manos pequeñas y suaves.

Wonwoo pudo asentir y cerrar los ojos en modo relajación, dejándose llevar por todo, aunque en algún momento solo pudo a llegar a pensar en Junhui, en como sería tenerlo desnudo y a su disposición, pensó en como sería tocar su cuerpo entero en repasar sus piernas con sus besos, imaginó tocarlo íntimamente y nalguearlo.

También pensó en todas las veces que había visto su trasero en esos pantalones que le quedaban a la medida, las veces que disfrutó mirando sus labios e imaginarlos alrededor de su muy duro miembro mientras se corría intermitentemente.

Se sintió extasiado, suave y maleable.

Mientras Junhui sonreía mirando la erección tomando forma, poniéndose más grande, por ahora lo soltó y apago el vibrador, ya había cumplido pero no quería que Wonwoo se enterara y como vio que se quedo dormido empezó a masajear sus hombros y sus piernas para liberar la tensión acumulada.

Ahora solo deseaba que mañana llegará veloz para poder alistarse y darle la mejor noche de su vida, y quizás quien sabe que algo más.

Él también había descubierto que quería a Wonwoo, su paciente con un problema completamente nuevo e inesperado para él, quien lo diría que se enamoraría. Ninguno buscaba algo más pero terminarían teniéndolo todo, el uno al otro.

Ya con eso bastaba.

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