Tras unas horas de conversación empecé a conocerla más, parecía una chica bastante agradable a pesar de su condición mental descubrí que solía usar un lazo rojo en su cabeza, que tenía un peluche de vaca muy grande en su habitación, que ese chico al que le gustaba era su vecino y amigo de la infancia, no sé por qué exactamente pero me molesta un poco que hable de ese chico, seguramente sea por la cantidad de tiempo que llevan juntos y el idiota no se haya dado cuenta que le pasaba algo, además que ni siquiera fue él quien lo salvo si no los padres de la chica que pasaron por casa antes de ir al trabajo
No sé que le pasen a sus padres pero tal que parecen nunca están, dejar tanto tiempo a una adolescente sola sin saber nada de ella claramente iba a afectarla emocionalmente, mis padres tampoco están mucho tiempo en casa por el trabajo pero mínimo tengo alguna comida junto a ellos, la enfermera nos llego a preguntar si queríamos dejar entrar a nuestros familiares cosa que ambos negamos, no creo que ninguna persona pueda verle a la cara a su madre tras un intento de suicidio
-Y a ti que te hace feliz?-
Me sorprendí ante la pregunta y me quede un rato pensando, he llegado a un punto que no siento felicidad haciendo lo que me gustaba, no sé que me hace feliz, tal vez solo lo que me hacía feliz
-Me...gustaba...yo...- no supe que decir
-Me gustaría encontrar lo que me hiciera feliz- finalice sin una respuesta exacta
-...yo...tal vez podría ayudar-
-Qué? Pero si tú estás igual que yo-
-Eso no significa que no te pueda hacer aunque sea un poco más feliz, tú lo has hecho, me diste tu galleta-
-Si pero-
-Por qué tú me puedes ayudar y yo no a ti?-
Me quede callada, era cierto es algo hipócrita de mi parte, suspire y admití mi derrota
-Bien...pero no seré la única, ambos nos ayudáremos para aprender a vivir en ved de sobrevivir-
Ella asintió con la cabeza finalizando nuestro trato
-Entonces pásame tú número y dime donde vives-
-Eso sonó creepy- me contestó
-Pues, tengo que asegurarme que sigas viva- respondí
-Entonces yo también necesito saber la tuya- me contra ataco
Suspiré y intercambiamos contacto y me di cuenta que vivíamos relativamente cerca, que estudiabamos en el mismk colegio, que nos iban a dar de alta dentro de poco tiempo y que seguramente estemos bajo vigilancia de nuestros padres para asegurar que no volvamos a intentar matarnos
También hablamos con nuestros padres para de vez en cuando yo quedar a cuidado de los padres de Sayori y ella de la mía cosa que les agrado mucho al ser un trabajo más llevadero de esta manera
El primer día fue intenso, a pesar de que cada una se fuese a su casa tuve una charla incómoda con mis padres respecto a aquello y lo más probable es que Sayori también lo tuviera, he de admitir que a parte de la charla el resto fue tranquilo, no fui al cole ese día y me la pase en casa con el móvil
A la mañana siguiente Sayori y yo fuimos al colegio juntas, me confesó que no estaba acostumbrada y se le hacía algo raro no ir con su amigo pero yo estaba feliz, es la primera vez que voy acompañada hasta el colegio
Tras la escuela me quede en la casa de Sayori
-OMG cuando dijiste que tenias peluches grandes no pensé que fuesen gigantes!- explame emocionada mientras me lanzaba a aquella vaca
-Wiii- ella se rio suavemente ante mi emoción
-Eres adorable-
-Qué?- pregunte pensando que escuche mal
-No sabía que te gustaban los peluches-
-Estás de broma? Son almohadas con forma de animales gigantes-
-Algunas personas piensan que soy infantil por seguir teniendolos- confesó
-La madurez no se define de los gustos y créeme, aquellos que te juzgan por ello son mucho más infantiles de lo que saben-
Me volvió a sonreír, cada vez que lo hacía sentía como mi pecho se calentaba, no entendía por que pero era agradable, antes de que pudiera decir nada su mamá nos llamó para merendar y bajamos a la cocina
Su mamá había hecho chocolate caliente con unas galletas, le di un bocado con entusiasmo para gemir por lo risas que estaban
-No hay nada mejor que un chocolate caliente cuando hace frío verdad?-
Asentí en respuesta mientras seguía comiendo pero antes de poder dar otro bocado sentí unos dedos en mis labios
-Estás manchada- dijo mientras me limpiaba el chocolate para después lamerse el dedo con el que me había limpiado
Me sonroje un poco ante la acción y seguí comiendo galletas ahora más lentamente mientras escondía mi rostro con los mechones de mi cabello
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2 depresivas en terapia
FanfictionUna de mis mayores razones de amar a Sayori es que ciertamente me identifico con ella y no creo ser la única por ello quiero crear una historia de amor con este tema TW: depresión, suicidio, self harm, etc.