— Mateo, Mateo — mi papá me hablaba, sabía eso pero, una paja levantarse — Teo — ahora me movió un poco, no me quiero levantar, que paja — ¡¡¡¡Pendejo de mierda, levántate!!!! — ahora sí me levantó.
— ¡¿Qué mierda?! — puteé a por el susto de mierda, me gritó en la oreja el enfermo. Pegué un salto y me caí de la cama, la puta madre, y mi viejo cagado de risa.
— que vago que sos, dale, levantante — dijo mientras reía. — Manuel ya está abajo esperándote, apúrate — me pasé la mano por mis rulos por la frustración, la concha de la gorra, la alarma no sonó. Mi viejo me dejó solo en la pieza, yo corrí al baño con mi ropa en la mano, hice todo lo que tenía que hacer, me cambié, me puse unos jogin negro, un buzo blanco, mis zapas Nike blancas, agarré mis cosas y salí disparando de ahí, me miré al espejo del pasillo, me arreglé los rulos, la ropa y actué normal, fresco.
Bajé tranqui, mi papá estaba en el sillón, y Manuel estaba parado hablando con él, seguramente sacándome el cuero.
— perdón amigo, estaba un toque ocupado. — saludé a Manuel con la mano.
— si si si — dijo mi viejo con sarcasmo, yo le puse los ojos en blanco, Manuel sonrió como queriendo reír.
— bueno, viejito nos vemos — empecé a caminar a la cocina para agarrar unas galletitas para más tarde.
— Mateo, acordarte que yo no voy a estar hasta dentro de tres días, tengo que ir a Uruguay, por unas cosas en la casa de mi viejo — ah cierto, mi papá es uruguayo, pero creció acá, pero no niega sus raíces, chetoo casa sola.
Ya en el marco de la puerta — bueno pá, nos vemos — me acerco a él lo abracé y le dí un beso en el cachete — te quiero, buen viaje — agarré a Manuel de la mano y salimos.
Una vez en la vereda caminando — ¿Qué pasó anoche con Valentín? — Manuel se veía inseguro, ya veo por donde viene la mano.
— con, ¿Qué? Decís — me hice el boludo.
— Pedro me estaba contando que Valentín fue a tu casa en pedo a hacer bardo a tu casa —
— ah, bueno...— miré al piso — Valentín me vino a buscar anoche, creo que todavía no supera lo nuestro, bah, lo que pasó — me rasqué la nuca — me dijo que todavía me quiere, que ya no sabe qué hacer, que me extraña, y yo — Manuel me agarró de la muñeca para que lo mirara.
— Teo, decime que no lo perdonaste, decime que no le creíste — vi sus ojos llenos, de, ¿Tristeza?
— no, pero... — miré a otro lado — cojimos — Manuel me soltó y siguió caminando. — Manu, fue una despedida, nada más. — lo intente frenar agarrándolo del brazo, pero no se soltó. Ví la plaza, en la vereda de enfrente — Manu, vení, vamos a la plaza, y te explico — Manuel me miró, caminó hacia la plaza, yo sonreí. Nos sentamos en los bancos de la plaza — bueno, vos sabés que ya no tengo contacto con Valentín, y que yo ya no lo quiero — Manuel me miró como diciendo "dale, déjate de joder" — si anoche cojimos fue por la calentura, no fue porque lo extrañe o así, el coso es que, para mí Valentín ya pasó, y sé que sos mi mejor mejor amigo y que me cuidas, porque vos viste lo que yo sufrí, pero yo a Valentín no lo quiero más, no después de lo que pasó con Dani, o sea asunto superado, corta — Manuel me miraba atento, no es de decir mucho, ya sé pero siempre espero que diga algo — pero, boludo decí algo, o sea, yo posta no lo quiero más, y si que- — Manuel asintió y se levantó interrumpiendome.
— vamos Teo, llegamos tarde — empezó a caminar hacia la escuela. Lo seguí, caminamos dos cuadras, faltaba una más para llegar — Teo, ¿Me puedo quedar en tu casa a dormir? —