7. CELDA

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Varios metros bajo tierra, en un maloliente y húmedo calabozo, estaba Edmund

Había maldecido, gritado, exigido que lo liberaran, había sacudido las rejas y buscado cientos de formas para escapar con Muriel, pero aun cuando el lugar parecía deteriorado, no había manera de salir de él

—¡¡SAQUENME DE AQUÍ!! — grito una vez más a través de la pequeña ventana que simulaba el exterior

Estaba tan furioso y que no fue consciente del hombre a que lo observaba a sus espaldas

—Sabes, esta habitación está insonorizada —soltó con los ojos clavados en el soldado —además es muy profunda, no existe criatura que pueda oírte — cada musculo en Ed, se tensó cuando reconoció al dueño de esa voz

Se giró molesto, frente a él estaba el que creía era su captor, alto imponente. Ed, sabía combatir con gracia y astucia, los años y su padre le habían dado mañas y habilidades importantes, pero había algo en este hombre que lo hacía ver invencible

—¿Quién eres tú? — siseo con recelo

El hombre se cruzó de brazos sin inmutar el gesto y lo observó, lo analizó y en segundos reconoció sus puntos débiles, más allá de que tuviera una pierna lastimada o un agujero en el brazo

—Kalon — soltó con simpleza

Edmund, frunció el ceño y aún más fastidiado se acercó lo más erguido que pudo hasta su captor

—Ese es tu nombre— aclaró y luego, con lentitud repitió —¿Quién eres tú?

Kalon sonrió

—¿Y tú? ¿Quién eres tú?

Ed frunció el ceño y sujetándose furioso a las rejas, hablo entre siseos iracundos

—Deberías saberlo, tú nos tienes encerrados

Kalon sonrió aun más y se dio la vuelta hasta una vieja silla de madera, se movía con soltura, como si con cada paso dominará el lugar, Edmund siguió cada movimiento y se encontró irritado cuando aquel hombre no solo le pareció que tenía una masa bruta, si no astucia, inteligencia y control

—¿Sabes? no entiendo el rol de Muriel ¿Es una princesa o una guerrera? O ¿Me he equivocado? Su atuendo era sofisticado pero su actitud… — arrugo la nariz y por algún motivo eso irrito aún más al guardia

—¿Dónde está Muriel? — preguntó entre dientes

Kalon, alzo una ceja ante el tono del chico pero decidió responderle

—Esta arriba—dijo sin más, observando la reacción del soldado, aun era joven y algo impulsivo aunque estaba dando todo de sí por mantener sus impulsos a raya

—Si la has tocado...

Kalon, sonrió, Ed, le había dado un arma mas, resulta que si se trataba de la princesita, los impulsos salían a flote, así que Kalon decidió presionar un poco más

—Tengo algunas teorías — se inclinó sobre la silla — sobre el porque te preocupas tanto por esa chica, la primera, es miedo pero — lo miro, Ed, tenía la mandíbula apretada— no hay rastro de miedo en ti — sonrió con astucia y siguió observando los gestos del chico — también pienso en la lealtad, hay lealtad pero hay algo más— lo miro con mayor atención —amor — murmuró y una sonrisa burlona surco su rostro cuando Ed aparto la mirada y un musculo en su rostro dio un salto— Ya veo

El soldado apretó los dedos en torno a los barrotes, sus dientes se apretaron, pero no lo negó, podía hacer cualquier cosa menos negar los sentimientos que tenía hacia Muriel

Kalon, asintió, se puso de pie

—Gracias — dijo con la voz grave observando la última reacción que quería de aquel chico

—¿Gracias? ¡Maldita sea, deja ya de jugar, vas a provocar una maldita guerra y matar a inocentes por unos gramos de oro! — gritó el soldado

Kalon se quedó quieto escuchando a Edmund, procesaba cada palabra a un ritmo impresionante hasta que le dedico una lenta y suave  sonrisa

—Disfruta tu estadía soldadito

Y sin más salió de las mazmorras dejando los gritos furiosos de Edmund

Mientras tanto en el palacio de Kendra, el Rey Baco ladraba órdenes para que encontraran a su hija

—Majestad, no hay rastro de la princesa — dijo uno de sus soldados

Baco golpeo la mesa donde leía papeles, revisaba mapas y posibles rutas para entrar al reino Black

—Quiero una ruta para encontrar a mi hija — dijo  con la voz ronca y llena de frustración — Este no era el plan quiero soluciones ahora

El guardia lo miro y sin decir lo que pensaba asintió retirándose

Era imposible entrar al castillo de Black

Después de todo un dragón lo habitaba

KalonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora