La relación de Kevin y Barbara continuaba creciendo día a día. Cada vez que estaban juntos, parecía que el mundo alrededor se desvanecía, y nada más importaba. Sin embargo, Kevin no imaginaba que algo, o alguien, estaba a punto de poner a prueba la confianza y los sentimientos que había entre ellos.
Un miércoles, mientras charlaban en una de sus videollamadas nocturnas, Barbara mencionó algo que de inmediato captó la atención de Kevin.
“Ah, por cierto, hoy me escribió Alex,” dijo ella, mientras desenredaba distraídamente un mechón de su cabello. “Hace mucho que no sabía de él, y bueno, hemos quedado en vernos uno de estos días, solo como amigos, claro.”
Kevin sintió una leve incomodidad al escuchar el nombre. Recordaba a Alex como alguien que Barbara había mencionado en el pasado, un amigo de la escuela con quien había compartido buenos momentos y, en algún momento, algo más. Aunque ella había dejado claro que Alex solo era parte de su pasado, una pequeña inseguridad comenzó a surgir en él.
Barbara, por su parte, parecía despreocupada. Para ella, Alex no era más que un viejo amigo; no veía nada de malo en volver a hablar con él y ponerse al día. Sin embargo, Kevin no podía evitar preguntarse si realmente sería solo una amistad o si, en el fondo, Alex tenía otras intenciones.
Al día siguiente, Kevin trató de no darle demasiada importancia al tema. Pero durante el almuerzo, su mente volvió a esa conversación. Recordaba lo emocionada que Barbara había sonado al mencionar a Alex, y por primera vez en mucho tiempo, sintió algo que rara vez lo afectaba: celos. No quería que Barbara pensara que no confiaba en ella, pero la duda lo carcomía.
Esa misma tarde, Barbara y Alex se encontraron en una cafetería. Kevin, aunque intentó ocuparse en sus propios asuntos, no pudo evitar que su mente divagara. Se imaginaba a Barbara riendo, compartiendo anécdotas y tal vez incluso recordando viejos momentos junto a Alex. Finalmente, decidió dejar de imaginar y esperar hasta que ella le contara cómo había sido el reencuentro.
Más tarde esa noche, mientras Kevin esperaba su mensaje, Barbara le llamó con la voz alegre de siempre.
“¿Qué tal estuvo la reunión con tu amigo?” preguntó Kevin, intentando sonar despreocupado.
“Oh, fue divertido, solo estuvimos poniéndonos al día. Alex me contó sobre su nuevo trabajo, y me dio risa porque, ¡no ha cambiado nada! Sigue haciendo esas bromas absurdas que hacía en el colegio,” dijo ella riéndose.
Kevin sonrió, pero un eco de inseguridad persistía. No era tanto lo que ella decía, sino cómo lo decía, como si Alex fuera una presencia que despertara en ella recuerdos de otra época. Aun así, trató de acallar sus pensamientos; después de todo, Barbara siempre había sido honesta con él.
Los días pasaron, y Kevin intentó ignorar cualquier sentimiento de desconfianza. No quería que sus inseguridades afectaran su relación con Barbara. Sin embargo, el tema de Alex no desapareció tan fácilmente. Barbara seguía hablándole de sus conversaciones y de sus planes para encontrarse de vez en cuando. Kevin no quería parecer controlador, así que solo la escuchaba, tratando de demostrar su apoyo. Pero, al mismo tiempo, la duda comenzaba a afectarlo cada vez más.
El viernes, al regresar de sus clases, Kevin recibió un mensaje de Barbara.
“Voy a ir a la casa de Alex porque quiere mostrarme unas cosas de su trabajo. No tardo, ¿vale?”
Kevin se quedó mirando la pantalla. Era solo una visita, y ella había sido honesta al contárselo, pero no podía evitar sentirse incómodo. Mientras intentaba relajarse, decidió que era momento de sincerarse un poco. Le respondió:
“Vale, cuídate. Oye, Barb, ¿segura que solo lo ves como amigo?”
Después de unos minutos, recibió una respuesta: “Sí, Kev. Alex es solo un amigo. No tienes nada de qué preocuparte.”
Las palabras de Barbara lo tranquilizaron un poco, pero el sentimiento de incomodidad aún estaba ahí. Recordó algunos consejos de su abuela, quien le había dicho que la confianza era fundamental en cualquier relación. Así que decidió confiar en Barbara y dejar de preocuparse por Alex.
Sin embargo, esa noche, mientras conversaban en otra videollamada, Barbara le mencionó que Alex había hecho una broma que la había incomodado.
“¿Sabes? Hoy, mientras estábamos hablando, me dijo algo extraño... Como que nunca entendió por qué terminamos tan rápido. Lo dijo como en broma, pero creo que lo dijo en serio.”
Kevin sintió que su corazón se aceleraba. No era lo mismo imaginarse que Alex tenía otras intenciones, que escuchar de Barbara que él le había insinuado algo. Pero, con calma, Kevin respondió:
“Bueno, quizás Alex aún no ha superado el pasado. Solo ten cuidado, Barb, a veces la gente no siempre dice las cosas como son.”
Barbara asintió, comprendiendo la preocupación de Kevin, pero también intentó restarle importancia.
“Sí, pero ya le dejé claro que estamos bien así. No quiero que piense nada raro; somos amigos y nada más.”
Kevin aceptó su respuesta, aunque el tema de Alex seguía rondando en su mente. Al día siguiente, Barbara recibió otro mensaje de Alex, invitándola a salir una vez más. Esta vez, ella lo pensó dos veces antes de responder. Aunque sentía que no había nada de malo en ser amiga de él, la insistencia de Alex comenzaba a hacerla dudar de sus intenciones. Además, valoraba demasiado su relación con Kevin como para arriesgarla por alguien que era solo una sombra del pasado.
Finalmente, decidió escribirle a Alex: “He estado pensando en que quizás no deberíamos vernos tanto. Estoy en una relación y quiero respetarla al cien por cien. Espero que entiendas.”
Alex respondió de forma ambigua, diciendo que lo entendía pero que siempre estaría ahí “por si cambiaba de opinión”. Barbara sintió un pequeño alivio, y esa tarde, se lo contó todo a Kevin.
Él la escuchó atentamente, sintiéndose orgulloso de su sinceridad y del respeto que demostraba hacia su relación. Las dudas que había tenido los días anteriores se disiparon al ver la claridad con la que Barbara había tomado la decisión de alejarse de Alex. Sabía que ese vínculo que tenían era más fuerte que cualquier sombra del pasado, y estaba dispuesto a confiar en ella, al igual que ella confiaba en el.
ESTÁS LEYENDO
El Laberinto Del Deseo
Teen FictionKevin es un joven enamoradizo que ha vivido intensas historias de amor, habiendo experimentado tres grandes pasiones en su vida. Atrapado entre el pasado y el presente, kevin deberá enfrentarse a sus verdaderos sentimientos y tomar decisiones que de...