-!Uyyy eso fue intenso!- dijo Wooyoung tirándose en el sofá de aquel apartamento que compartían todos los chicos.
-Solo quiero tirarme a dormír, estoy agotado- dijo san tirándose a su lado.
-Ustedes estuvieron fantásticos en el concierto de esta noche- dijo Hongjoong con una sonrisa de orgullo en su rostro. -Ahora vayan a descansar, mañana nos espera otro duro día-
-Gracias Hyung, buenas noches - respondieron los demás, dirigiéndose hacia sus habitaciones.
Jongho se quedo parado en medio de la sala, esperó hasta estar totalmente solo y se dirigió hacia la habitación del hombre que lo había vuelto tan loco esa noche que pensó que ya no podría controlarse.
Una vez que llegó ni siquiera tocó y se apresuró a encontrarse frente a Yeosang quien ya lo estaba esperando - Te tomó mucho tiempo, pensé que tenía que ir a buscarte- dijo el rubio con un sonrisa traviesa en su rostro.
Jongho comenzó a acercarse al rubio quien comenzó a retroceder, temeroso de la mirada del menor, hasta que su espalda tocó la pared.
-Sabes, fuiste demasiado lejos esta noche, tuve que usar todo el autocontrol de mi cuerpo para evitar arrastrarte fuera del escenario y follarte-, dijo el pelinegro con una sonrisa ladina, mientras con una mano acariciaba el rostro del rubio - ¿No crees que es hora de castigarte?- y mientras lo decía puso una mano alrededor del cuello de Yeosang quien soltó un gemido ante el gesto.
-Prepárate porque te follaré tan fuerte que hasta se te olvidará hablar- el rubio pudo ver una chispa de puro deseo en los ojos del otro que no hizo más que alimentar su deseo de tener al menor.
A Yeosang le encantaba esta parte de Jongho, a los ojos de los demás siempre era dulce y cariñoso, pero cuando se enojaba y la situación se salía de control, se transformaba, por eso al rubio le encantaba provocarlo, sabía qué reacción desencadenaría en él.
Jongho comenzó a dejar un rastro de besos en su mandíbula y cuello mientras se desabrochaba la camisa, luego corrió hacia los labios del rubio, uniéndolos en un beso lleno de deseo, cuando se separó y Yeosang se acercó para unir sus labios, Jongho lo apartó colocándole un dedo en sus labios.
-Aquí alguien está impaciente- dijo soltando una risa, luego llevó su mano nuevamente al cuello del otro y susurró - Ahora yo estoy a cargo, hazlo de nuevo y tendras que rogarme que me detenga- Yeosang gimió ante esas palabras, le encantaba ser dominado y Jongho lo sabía muy bien, así que solo asintió -Bien hecho pequeño- dijo, dejando un dulce beso en la punta de su nariz.
Jongho comenzó a desnudar al rubio, dejando solo sus boxers los cuales resaltaban su ahora duro miembro -Acuéstate en la cama boca abajo- y el mayor inmediatamente obedeció, se dirigió hacia la cama bajo la mirada inquisitiva del hombre de cabello negro, que estaba observando cada centímetro de ese cuerpo perfecto que nunca se cansaría de mirar.
Yeosang sabía que Jongho nunca lo lastimaría o al menos no más de lo que quería, así que estaba bastante tranquilo.
Lo que lo distrajo de sus pensamientos fue la figura del menor quien se subió a la cama y le colocó una venda en los ojos, gesto que dejó al mayor sorprendido, era algo nuevo para él, entonces no supo cómo reaccionar.
Se sentía desorientado, no pudiendo ver nada. Era alarmante pero sabía que podía confiar en el menor, así que se relajó.
-Sabes, quería guardarlo como sorpresa para tu cumpleaños, pero por la forma en que te comportaste esta noche, no pude resistirme, tenía que intentarlo- dijo para luego comenzar a dejar besos en la espalda del rubio -No podrás quitártelo a menos que sea yo quien lo haga, ¿ Está claro?- Yeosang solo asintió -¿Está Claro?- repitió con un tono más áspero, tirando ligeramente del largo cabello del rubio quien soltó un sonido de pura sorpresa mezclada con un gemido -C-claro-.
