Capítulo 18

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AZURA

Han pasado dos malditos días desde que fue el funeral de mis padres, me siento mal porque su ausencia no hace gran hueco en mi interior, ya que toda la vida nunca estuvieron presentes, la casa se siente igual de fría, pese a que mi tía y mis primos se encuentran invadiendo mi espacio, sigue estando hueca. Mi tía ha resultado ser una verdadera caja de sorpresas, es tierna, atenta e incluso cuando hablamos con los abogados con respecto al testamento de mis padres, se aseguró de que me sintiera cómoda.

Tengo que esperar cerca de cinco meses para poder acceder a todos los millones que me dejaron aquellas personas que me trajeron a la vida y nunca estuvieron, lo cual me parece una aberración, pero era al final mi dinero. También me he enterado de que Dylan Campbell es un año mayor que yo, tiene veinte años, es alto, rubio natural casi pegándole a un color caramelizado, sus ojos son de un verde claro y su actitud arrogante, elegante, altanera y flirteante me estresa, es hijo del hombre del que se enamoró tía Rita, quien es una mujer sumamente delgadita, pero con copa B, ojos avellana como los de mi padre, y un montón de pecas adornando sus pálidas mejillas.

El hombre, que por cierto cabe destacar que no me ha dicho su nombre, le dejó al chico desde que tenía cinco años, lo ha tratado como su propio hijo y ahora me pide que lo vea como tal, ojalá pudiera, pero es tan... misterioso, siempre anda de aquí para allá, pegado a ella, le quiere mucho, se le nota, pero me inquieta cuando giro y noto que se me queda mirando a ratos. Luego de ese horrible sabor amargo, la vida hizo que se cruzara con otro hombre, en este caso el jefe de un club de moteros en Montana, y bueno, el resto es historia, se embarazó por milagro, siendo que creyó toda la vida que no podía tener hijos, y es así que nació la nefasta de Dayana Smith, una chica de cabello caoba corto por encima de los hombros, con un mechón blanco, una perforación en el labio inferior, tez clara, pecosa como la tía y ojos oscuros.

Pese a haber crecido con Dylan como hermanos, no se ven así, su relación es un poco... extraña, es silenciosa y siempre me mira mal, intenté hablarle, pero me ignoró por completo, y cuando logro que de su garganta broten las palabras, solo es para corregirme o para soltar monosílabos que de nada me sirven. Como sea, el punto es que son raros y extrañamente me siento cómoda a su lado. La idea es que se queden en casa conmigo por lo menos hasta que se lea el testamento de mi padre, ya que el abogado mencionó algo acerca de mi tía.

Tuve que hacer un par de arreglos, como el hecho de que en la recámara principal que era de ellos, y que cabe destacar que nunca usaban porque nunca estaban en casa, se la quedara mi tía, yo no iba a dormir ahí, me da algo que no sé descifrar, en cuanto a mis primos... bueno, ellos se quedaron con las habitaciones de huéspedes, amplias y equipadas con todo lo necesario, como un baño propio, Dylan prefirió quedarse con la habitación a mi lado, la cual son las únicas dos en el pasillo porque son las más amplias y están en el último piso.

Mientras que Dayana y mi tía se quedaron en el piso de abajo, parece ser que ellas no se llevan muy bien, que digamos, tía intenta hacer que se vista de otra forma, pero al parecer su hija no comparte ni los mismos gustos ni las mismas ideas.

Ella siempre va vestida con shorts cortos y tops negros con el logo de alguna banda de rock que no conozco, sus ojos delineados de un color negro súper intenso y los labios pintados de morado, me recuerda a Raven de los Titanes. Hoy vuelvo a la escuela, y ahora de pasar recibiendo pésames de todo el mundo, palabras de aliento en mis distintas redes sociales, estoy en el comedor con mi tía sirviendo jugo de naranja, Dayana colocándose más labial morado y Dylan mirándome fijamente en silencio mientras engullo una tostada francesa.

—No puedo creer que los días pasaran tan rápido —mi tía intenta mantener un tema de conversación.

—Lo sé, es de locos —murmuro.

Amor Posesivo © [COMPLETA]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora