Había una vez un rey en una provincia lejana, este rey se encontraba muy solo ya que nadie lo quería por ser muy gordo. El nombre del rey era Circulo, un rey tan redondo como grande y la gente se burlaba de él.
En eso tiempos se acostumbraba que otros reinos ofreciesen la mano de sus princesas para ser desposadas y así fortalecer lazos entre los reinos, pero a este rey no le llegó ningún ofrecimiento.
Emisarios fueron enviados a reinos lejanos ofreciendo desposar a este rey circular con la esperanza de que alguna bella dama fuese su anhelada esposa.
Pero nadie respondía sus misivas y los meses pasaban, hasta que un buen día uno de sus emisarios volvió con una respuesta a su ofrecimiento.
El rey Triángulo, de un reino muy, muy lejano había aceptado su propuesta y ofrecía la mano de su hija mayor para ser desposada, la bella Princesa Cuadrado.
El rey Círculo bailó de alegría y no tardó en mandar a realizar los preparativos para la boda, mandó a seleccionar las más bellas telas para su amada, decoró su palacio con flores y colores, llamó a los mejores músicos para que tocaran las más hermosas melodías e invitó a todos los habitantes de su pueblo a disfrutar de su matrimonio.
La princesa Cuadrado se puso en marcha junto a sus padres y hermanos geométricos hasta el castillo del Rey Cuadrado para el día de su boda.
Cuando llegó se encontraba muy nerviosa, su padre, el Rey Triángulo hizo las presentaciones y cuando la bella Princesa Cuadrado y el Rey Circular se miraron supieron que estaban hechos el uno para el otro y se enamoraron inmediatamente.
A ella no le importó que el Rey fuera un círculo y a él que ella fuera una joven cuadrada, solo se miraron a los ojos y sintieron el uno por el otro amor verdadero y eso les daba felicidad.
El día del matrimonio llegó, el Cardenal Trapecio fue llamado a oficiar la boda, el pueblo, óvalos, cubos y múltiples formas geométricas disfrutaba de la celebración.
Los rectángulos realizaban sus danzas mientras que los conos hacían malabares.
El Rey Circulo y la Reina Cuadrado, salieron a saludar al pueblo y fueron vitoreados por todos.
Este matrimonio fue muy feliz y duró muchos años, trajeron al mundo una estirpe de príncipes muy especiales, el primero en nacer fue el Príncipe Pentágono, quien fue una famoso espadachín que luchó en batallas defendiendo su reino, luego vino el Príncipe Hexágono quien fue conocido por su bondad y disposición para con su pueblo y la última en llegar fue la princesa Rombo, una pequeña muy hermosa, que se parecía mucho a su madre y que fue la princesa más querida de la historia de las princesas.
Y es así como llegamos al final de nuestra historia en donde el Rey Círculo y la Reina Cuadrado fueron muy felices junto a sus hijos por siempre.
Fin.
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Un amor Geométrico
Short StoryCuento del amor entre un Rey Circulo y la Princesa Cuadrado-