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Jazmín

Soy una estúpida, una maldita estúpida.

Yo aquí pensando y creyendo que nuestro matrimonio sería algo bueno, que Esteban y yo seremos felices y tendríamos una gran familia y e quedado en ridículo.

Mi diosa luna debería estar en un manicomio por cambiar mi destino así; O más bien yo por pensar idioteces.
Solo nos casamos por compromiso, solo por eso, estamos unidos por ese cachorro que crece dentro de su vientre.
No hay amor, no hay nada.
Eso se termino hace mucho tiempo.

Mientras lo veo cambiarse para ir al trabajo me da una rabia.
Me pone en ridículo como Alfa y líder de nuestra manada, seré el hazme reír de todos cuando se den cuenta que mi Omega está trabajando con su gran barriga y yo permitiéndolo.

Maldita sea, si yo le daré todo a manos llenas, él no debe preocuparse por nada salvo estar tranquilo en casa gestando a nuestro cachorro.
Puedo manejar perfectamente los proyectos en puerta, si por eso me queme las pestañas estudiando.

¡Carajo!

Mi pie no deja de moverse en molestia y Esteban es tan lento cambiándose que me hace enojar más.

Fue tan incómodo dormir anoche después de nuestra discusión, no hemos vuelto a hablar y la tensión está en el aire.

Si tan solo obedeciera lo haría todo más fácil.
Como todo buen Omega, el seguir las peticiones de su Alfa. Está en sus genes, ¿Porque con él es diferente?.
Cuando éramos niños así era, un Omeguita que me complacía en todo.
El me daba, yo le daba, todo era tan sencillo.

Todo este tiempo le dio para volverse un Omega rebelde.
Pues claro si en la escuela era una molestia, más aún en las comidas de los domingos.
Siempre buscando atención dejándome mal a mí.
Lo más raro es que es su sola personalidad porque su lobo interior es el mismo lobo sumiso y complaciente de siempre.

Mi loba está feliz de emparejarse a él, parece que ya se olvido de Santiago porque desde que dije el si acepto me pide marcarlo.
Pero no puedo, aún no es tiempo, y más con toda esta situación no me dan ganas de hacerlo, solo la diosa sabe cuándo lo haré.
Si es que alguna vez lo hago.
Estando como estamos imposible.

Cuando sale del baño ya listo lo recorro con la vista, pantalones formales blancos y una camisa de botones rosa con su saco igual de rosa.
Tanto tiempo para escoger eso. Seguramente lo hace para hacerme enojar más, como es su especialidad.

- Vamos tarde Esteban - aviso al observar cómo se peina en el espejo del tocador.

- Ya casi estoy -

¿Porque tiene que tardar tanto?.
Pinta sus labios con un bálsamo que los deja algo rosados y se me aprietan las entrañas.
Esos malditos labios saben delicioso.
Tan carnosos y suaves.

¿Seré demasiado codiciosa si los quiero tener de nuevo?.

Cuando sale de la puerta sacudo esos pensamientos.
Déjate de idioteces Jazmín.

Me levanto y lo sigo hasta salir de casa, nos montamos al auto y nos vamos en un silencio aún más incómodo.

Maldición.
Que pésimo día.

- Debemos hacer las compras Jazmín - Esteban me recuerda y se digna a verme después de no hacerlo desde ayer.

Pongo los ojos en blanco. Que afortunada.

- Cuando termine vamos -

- Como quieras - se vuelve a girar y todo vuelve al mismo ambiente.

En tu nombre estoy Yo {ABO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora