Capítulo único

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Escrito con Namyukaulitz

—Tom, cariño, ¿dónde estás? —decía Bill mientras buscaba a su novio por los pasillos de aquel departamento, que era su hogar desde hacía ya unos meses.

—¡Estoy en la cocina! —le respondió Tom, sacándose los guantes de cocina en cuanto Bill apareció por el umbral.

—¿Cocinando de nuevo? —Bill sonrió, acercándose a Tom y envolviéndolo entre sus brazos, para luego robarle un beso.

—Encontré una nueva receta y pensé que podría gustarte —comentó, mientras corresponde al beso de su pareja.

—Pues huele delicioso pero, ¿sabes que está más delicioso? —Bill bajó una de sus manos hasta llegar al trasero del contrario para apretarlo ligeramente.

Tom se sonrojó y mordió ligeramente el labio de Bill. —Bueno, tendrás que esperar, porque yo estoy ocupado aquí en la cocina —dijo mientras lo apartaba con una sonrisa maliciosa.

—No creo resistir demasiado, te ves sexy con ese delantal de cocina puesto —reconoció Bill, observándolo sin vergüenza alguna—. Además llevas las trenzas sueltas, es un milagro verte así, guapo.

—Quería descansar un poco de las trenzas, me las haré de nuevo, no te preocupes. —Tom prestó atención a lo que se cocinaba en el horno y tomó el medidor para ver cuánto tiempo le faltaría—. Uhm... Faltan al menos cuarenta minutos —musitó para sí mismo, cosa que fue escuchada por Bill, quien se fue acercando con lentitud hasta agarrarlo por la espalda, tomándolo por sorpresa al cargarlo entre sus brazos.

—¡Hey, Bill! —se quejó Tom, soltando una risa. —¿Qué vas a hacer? —cuestionó, pasando sus brazos alrededor del cuello de Bill para sujetarse mejor.

—Cuarenta minutos son suficientes para nosotros —respondió Bill mientras lo llevaba hasta la sala que estaba contigua a la cocina, recostandose sobre el sofá.

Tom arrugó su nariz, era consciente de que no podría resistirse demasiado al novio que tenía, comenzando a besarse exasperadamente, beso que escaló al punto en el que terminaron despojándose de sus ropas, dejándolas a pies del sofá.

Bill lo besó por el cuello, haciéndolo suspirar, Tom sentía cómo una erección iba formándose contra el cuerpo de su amante, el chico de cabello corto seguía pasando sus labios por su cuerpo, delineándolo con su lengua, se detuvo en su pecho, succionando su pezón, sentía cómo iba creciendo en su boca, succionó con más fuerza, haciéndolo arquearse contra él, consiguiendo que su miembro comenzara a llenarse de preseminal. Luego siguió bajando, besando su vientre, consiguiendo que su piel se erizara, mirándolo con adoración mientras lo hacía, después volvió a subir a su rostro, volviéndole a meter la lengua a la boca, mientras acariciaba su miembro, masajeando de arriba abajo.

—Si sigues así me correré —masculló Tom luego de morderle el labio inferior.

Los ojos de su novio brillaron con lujuria. —No me basta sólo con tocarte... Déjate te preparo para mí —avisó para luego levantar sus piernas, y dirigió dos dedos a su boca, los cuales Tom chupó con gula, sabiendo para qué iba a usarlos, lo miró fijamente mientras pasaba la lengua jugando con ellos en su boca, excitando más a su novio con esa escena obscena.

Luego de un rato de estar chupándolos, Bill los sacó, para bajarlos en medio de sus piernas, tocando su entrada caliente, se puso a besar nuevamente a Tom mientras metía el primer dedo, moviéndolo en círculos, sintiendo cómo la apretaba deliciosamente, mientras que Tom lo miraba intensamente, mordiéndose el labio inferior de forma sexy, moviendo las caderas para mayor profundidad.

—Estás tan goloso... —dijo Bill, metiendo otro dedo, curveándolos para darle en su punto de placer.

Tom siguió gimiendo, aferrándose a los hombros de su amante, cuando de pronto Bill metió otro dedo, y chico quería más, se arqueaba para mayor profundidad, deseando más que sus dedos, que estaban estimulándole la próstata, su propio miembro estaba dando botes en su vientre, deseando ser tocado, y Bill, como adivinándole el pensamiento, comenzó a masturbarle mientras seguía penetrándolo con sus dígitos.

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