Entre Enemigos y Aliados

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29 de Noviembre 2037

El escuadrón 27 se encontraba en una base militar china, rodeados de soldados y oficiales chinos que, aunque aparentemente amistosos, los mantenían bajo constante vigilancia. Desde su llegada, el equipo notó que algo no estaba bien: sus movimientos eran controlados, y los “amigos” chinos parecían más interesados en asegurarse de que no se fueran a ninguna parte que en ofrecerles ayuda.

Florencia, Clarissa, Pedro y Luis estaban reunidos en una pequeña habitación que les habían asignado. Desde allí, podían escuchar el murmullo de los soldados en los pasillos y sentir cómo la tensión aumentaba a su alrededor.

—“Algo aquí no me da buena espina,” susurró Florencia, mirando la puerta cerrada. “¿No sienten que estamos prisioneros, en lugar de refugiados?”

Pedro asintió, rascándose la cabeza.

—“¿Qué esperaba Putin? ¿Que nos quedáramos tranquilos sin hacer preguntas? Estamos muy lejos de casa, y esta gente no parece particularmente amistosa…”

Luis frunció el ceño.

—“No podemos hacer nada por ahora. Estén atentos y mantengan los ojos abiertos. Si algo va mal, necesitamos estar listos para escapar.”

Esa misma noche, mientras intentaban descansar en sus literas, escucharon un suave golpe en la puerta. Pedro, el primero en reaccionar, se levantó y la abrió con cuidado. Allí, parado en el umbral, estaba un joven con aspecto desaliñado, pelo revuelto y una expresión de ansiedad.

—“¿Quién eres?”

preguntó Luis en tono bajo, lanzando una mirada de advertencia al resto del equipo.

El fanatico de fútbol miró a su alrededor antes de responder en un susurro urgente.

—“Mi nombre es Alejandro. Soy sovietico y comunista, pero… no estoy aquí para ayudarlos a los rusos. De hecho, no deberían confiar en ellos.”

—“¿Qué quieres decir?”

preguntó Florencia, entrecerrando los ojos con suspicacia.

Alejandro hizo una pausa y, con un tono casi de orgullo, añadió:

—“He estado siguiendo al equipo de fútbol chileno La Católica desde que era niño. Mi familia pensaba que estaba loco, pero lo digo con orgullo. ¡Y eso me ha enseñado algo sobre lealtad! Putin y sus hombres no vinieron a ayudarlos; los trajeron aquí como una estrategia para usarlos y luego deshacerse de ustedes.”

Clarissa levantó una ceja, incrédula.

—“¿Y por qué deberíamos confiar en ti? Eres ruso, después de todo. Además un comunista, y yo odio el comunismo. Sin ofender Pedro.”

Clarissa le dio headpats a Pedro como en modo de apaciguarlo

Alejandro suspiró y miró hacia el pasillo antes de responder.

—“Porque yo tampoco confío en Putin. Hay muchas cosas de su régimen que no apoyo. Soy lo que llaman… un ‘rebelde’. Y ustedes, aunque no lo sepan, tienen información que él necesita para ganar esta guerra. Él los trajo aquí para sacárselas.”

Luis se inclinó hacia Alejandro.

—“¿Qué clase de información?”

—“Los rumores de su misión se han extendido. Todo el mundo sabe que ustedes estaban cerca de Javiera, y que podrían tener datos secretos sobre sus planes militares y su red de aliados. Putin quiere esa información… y si no la tienen, entonces él y sus aliados chinos no dudaran en eliminarlos.”

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⏰ Última actualización: Nov 07 ⏰

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