El periodo del contrato con Felix estaba a escasos dos meses de expirar, lo que lo hacía meditar en lo mucho que había cambiado en ese corto periodo de tiempo, si viajara al pasado y le contara al Seo ChangBin de hacía ocho meses la clase de persona que era ahora, seguro lo vería con una expresión rara, tan dependiente de un chico del que conocía más su cuerpo que cualquier otra cosa.
Su mente divagaba en eso, para él representaba tal gravedad que incluso se anteponía a las suaves caricias que dejaba el rubio sobre su pecho, y eso que él las disfrutaba con el alma, pero su mente simplemente no estaba concentrada en ese momento.
— ¿Te preocupa algo? — murmuró Lee al notarlo inusualmente distraído.
— No. Estaba pensando en ti.
— Pero si estoy justo aquí, mírame — sus lindas, suaves, delicadas manos, tomaron ambas de sus mejillas, llevándolo a contemplar su bello rostro con esa preciosa sonrisa que no lograba hacer menos que encantarlo.
Felix era tan hermoso.
— ¿Por qué eres tan bonito?
— ¿A qué viene eso de repente?
— No lo sé, me gustan tus ojos, y tu nariz, y tus labios, y tus pequitas, también tu voz, y la forma de tu rostro, me gusta cuando sonríes, todo tú eres hermoso, me gustas.
Pese a que el tono de voz que había empleado era de lo más dulce, muchas alertas comenzaron a sonar en su cerebro. ¿Le gustaba? ¿Él le gustaba a Seo ChangBin? ¿Por qué? ¿Qué era lo que seguía? ¿Una relación? En su propia experiencia, las relaciones se terminan rápido, son efímeras, un día se dan cuenta de que no hay mucho por ahondar en ti y entonces se van sin más; las relaciones son algo horrible, lo das todo y ganas nada, te sacrificas tanto que terminas matando a la persona que eres con tal de encajar con el otro.
Desconocía qué clase de expresión facial estaba haciendo, pero su cuerpo parecía tener un poco de dominio propio. Se levantó del regazo del mayor, dejando de sentir sus grandes manos en su cintura una vez se hubo alejado lo suficiente, acomodó su ropa y se limpió el sudor con una toalla que tenía al alcance: aún sin ver, pudo notar que Seo se levantaba de su lugar, su mirada lo seguía con atención, y eso lo hacía sentir aún más nervioso.
— ¿Lix? ¿Estás bien?
— Mhm, solo que ya es tarde, deberías comenzar a recoger tus cosas, JiSung dijo que llegaba más temprano hoy.
— Oh, claro, tienes razón.
La incomodidad del ambiente hacía difícil que pudiesen prestar atención a algo más que no fuese sus propias respiraciones, el silencio gobernaba en la habitación mientras ordenaban el lugar.
Salieron ambos de la habitación, ChangBin cargaba con su mochila y Felix iba con los brazos cruzados para despedirlo, casi en contra de su voluntad, porque estaba consciente de que nada malo había hecho para merecer que lo corriera de su casa tras haber pasado la tarde juntos, estaba consciente de que el problema era él, como lo había sido siempre. Además, si iba a guardar su distancia de ahí en más, se merecía despedirse de él con un beso una última vez.
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Gym en casa
Fanfiction𝐅𝐞𝐥𝐢𝐱 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐚 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐫 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐢𝐫 𝐚𝐥 𝐠𝐢𝐦𝐧𝐚𝐬𝐢𝐨 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐨𝐬𝐢𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝. 𝐒𝐮 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨, 𝐉𝐢𝐒𝐮𝐧𝐠, 𝐥𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐦𝐢𝐞𝐧𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐫 𝐮𝐧 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞𝐧𝐚𝐝�...