Desde el primer momento en que Jimin llegó a la vida de Jungkook y Taehyung los dos supieron que lo querían. Lo que empezó como un juego para conquistarlo terminó en un amor difícil de romper.
Jimin creció al lado de Jungkook y de Taehyung, son sus...
—Kook prepárate para bañarte cuando salga Tae — dijo Jimin en cuanto salió del baño.
Después de un par de minutos el castaño salió, Jungkook entró al baño seguido del rubio.
—Oh… Jungkook quédate quieto —reclamo Jimin, sus manos temblando levemente mientras intentaba limpiar la espalda del pelinegro.
Jungkook lo tenía abrazado por la cintura mientras estaba sentado y con su rostro apoyado en el vientre de Jimin, sonreía en secreto, antes de acomodar su posición dejó un beso sobre su estómago sobre la tela de su playera.
—¿Qué… qué estás haciendo?” preguntó de inmediato nervioso.
—Nada solo que tu camisa huele bien. ¿Qué marca de suavizante de telas usas? —preguntó el pelinegro tratando de desviar el tema, antes de volver a oler su cuerpo.
—Es de la misma marca que usan tu y Taehyung.
—¿Por qué mi camisa no huele como la tuya?
—¿Yo como voy a saber? Ahora acomódate y no me abraces tan fuerte, no me dejás moverme.
Jungkook aflojó su agarre y Jimin continuó, pero no pasó mucho antes de que volviera a detener sus movimientos, cuando la fuerte mano del pelinegro apretó suavemente su cintura y frotó alrededor de su trasero.
—¿Qué demonios me estás haciendo? —dijo con voz temblorosa.
—¿Estás más delgado? —preguntó Jungkook en un tono normal.
—No lo sé, creo que estoy normal —respondió Jimin, con el corazón acelerado, sintiendo aún las manos de su amigo en su cuerpo.
—Bien, pero lo que puedo tocar es demasiado delgado. ¿Por qué
no intentas comer más? —continuó diciendo Jungkook.
Mientras metía una de sus manos por debajo de su camisa insertando su mano en la camisa acariciando su cintura, logrando que se le pusiera la piel de gallina al rubio.
—Basta, deja de tocarme —se quejó agarrando la mano del pelinegro.
—No me gusta que estés tan delgado.
—Está bien, comeré más —respondió Jimin apresurado queriendo cubrir un poco su nerviosismo.
—Me gusta tener carne que agarrar —murmuró Jungkook mientras Jimin frunció el ceño.
—¿Te vas a lavar la cara o afeitarte? —preguntó Jimin queriendo evitar pensar de más.
—Solo lavame la cara, todavía no hay que afeitar —respondió Jungkook poniéndose de pie frente al espejo—. Aunque… ¿Puedes probar que tanta barba tengo? —preguntó mientras usaba sus manos para sostener los hombros de Jimin.
Luego bajó rápidamente la cabeza hasta la hendidura de su cuello, pasando su nariz y sus mejillas por la sensible zona haciendo que se le pusiera la piel de gallina al rubio.
—¿A qué demonios estás jugando? maldita sea —Jimin se apresuró a empujar a Jungkook a un lado con la cara sonrojada, mientras se pasaba la mano por su cuello haciendo sonreír al pelinegro.
—¿Por qué la piel de gallina? ¿Por disgusto o por emoción? —preguntó bromeando.
—Lávate la cara y maneja tu propio trasero, voy a buscar algunas cosas para limpiar sus heridas —dijo Jimin evitando responder y salió apresuradamente del baño.
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