50. Más Allá de las Palabras

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Mañana Tranquila

Los primeros rayos del sol comenzaron a filtrarse a través de las cortinas de la habitación de Adam y Darío. El aire estaba cargado de una tranquilidad única, esa calma que sólo se siente después de una noche compartida en cuerpo y alma. Adam abrió los ojos lentamente, sintiendo el peso y el calor de Darío a su lado. Sonrió al verlo dormido, relajado y sereno, respirando profundamente.

Adam acarició suavemente el rostro de Darío, como si no quisiera romper la magia del momento. No podía evitar pensar en cómo habían llegado hasta allí, en el camino que habían recorrido para reconstruir lo que tenían. Sus dedos recorrieron el cabello de Darío con ternura, cada caricia llena de promesas silenciosas y gratitud.

Adam pensaba en los detalles de la noche anterior, en la entrega mutua y en la conexión que había sentido. Cada movimiento, cada susurro, había sido una declaración de amor en su lenguaje propio, sin necesidad de palabras. Se quedó mirándolo unos minutos más, hasta que sintió que Darío comenzaba a despertarse.

Darío, aún medio dormido, estiró los brazos y lo envolvió en un abrazo cálido, estrechándolo contra su pecho.

Darío: – Buen día, amor... – dijo con voz adormilada, mientras su mano acariciaba lentamente la espalda de Adam.

Adam sonrió y cerró los ojos, dejándose llevar por la sensación de estar protegido y querido en los brazos de Darío. Sabía que estos momentos eran los que construían su día a día, su vida en común.

Desayuno en Familia

Después de un rato, ambos decidieron levantarse. Mientras preparaban el desayuno, Ainhoa entró a la cocina, aún en pijama y con el cabello alborotado, pero con una sonrisa radiante al ver a sus padres juntos. La pequeña los abrazó, contagiando su felicidad a todos en la casa.

Ainhoa: – ¡Papá Adam! ¡Papá Darío! Hoy quiero hacer pancakes con ustedes.

Darío y Adam intercambiaron una sonrisa cómplice y asintieron, dispuestos a pasar otro momento divertido en familia. Mientras Darío batía los ingredientes y Adam le enseñaba a Ainhoa cómo verter la mezcla en la sartén, todos reían y compartían chistes, disfrutando de la simplicidad de una mañana en casa.

Tarde de Rutina y de Planes

A medida que la tarde avanzaba, Adam y Darío se acomodaron en el sofá, compartiendo planes y sueños futuros. Darío le habló a Adam de sus metas en Boca, de su deseo de seguir mejorando. Adam, por su parte, le compartió sus desafíos y aprendizajes en River, y ambos acordaron que, a pesar de sus caminos profesionales, siempre harían de su hogar su prioridad.

Noche en la Habitación

La noche cayó sobre la ciudad, y en la habitación reinaba un ambiente íntimo y acogedor. Darío tomó la mano de Adam, y juntos se acostaron, enredados en las sábanas. Los ojos de Adam brillaban con emoción, y Darío lo miraba con una mezcla de amor y devoción, recordándole con cada mirada cuánto significaba para él.

Los dos se quedaron en silencio, disfrutando de esa paz que compartían. Sabían que este era sólo el inicio de una nueva etapa, una vida juntos llena de momentos como estos.

Me dediqué a perderte (Benedetto x Bareiro) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora