𝐒𝐃 ♱ 𝒎anipulada por el hombre en quien confió su alma, se encuentra atrapada entre la culpa, el pecado y la fe.
Cuanto más se revelan los secretos, más peligrosa se vuelve su devoción.
¿Hasta qué punto se puede distorsionar la verdad an...
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❝ Me sentí como una polilla atraída por la luz, pero sabiendo que el calor podría quemarme. ❞
― HERMANA LAUREN
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CAMINÉ VACILANTE por el largo pasillo que separaba mi habitación de la habitación del padre Charlie. La suave luz de los faroles iluminaba el camino, pero aun así, el ambiente parecía pesado y tenso. ¿De qué quería hablar? ¿Qué podría decir que no se haya dicho ya antes? Pero la verdad era que sabía que tenía que afrontarlo. Cuando llegué a la puerta de su habitación, vacilé, con mano temblorosa llamé.
― Puedes pasar ― escuché su voz al otro lado.
Respiré hondo y empujé la puerta. La vista que encontré me dejó en shock. El padre Charlie estaba casi desnudo, con sólo una toalla atada a su cintura, apoyado contra la pared de su habitación, con una expresión que mezclaba autoridad y algo que no podía descifrar. Un escalofrío recorrió mi espalda y no pude evitar dar un paso atrás, avergonzada y asustada.
― Cierra la puerta ― ordenó con voz firme.
Con cautela, cerré la puerta y el sonido al cerrarse resonó en el silencio de la habitación. Mis ojos estaban fijos en el suelo, sin poder apartar la sensación de malestar que me invadía. Su cuerpo era musculoso, las marcas de un hombre dedicado, y eso sólo me hizo sentir más confundida. Estaba mal sentirse así, todo se sentía tan mal.
