Melancolía

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—¿No les parece extraño que Tzuyu no hiciera nada en contra de nosotras desde que volvió? —preguntó Heejin esa misma tarde, en el momento en que las cuatro se encontraban comiendo en la gran mesa de madera.

—¿A qué te refieres? —preguntó Hanni frunciendo el ceño.

—Me refiero a que la vieja es un psicópata —dijo con total seguridad —Ella, Tzuyu y la alfa puberta quieren matarte, podrían en un segundo llamar a la policía y ellos mismos te asesinarían mientras a nosotras nos enviarían al manicomio...

—Heejin —la interrumpió Jeongyeon en señal de advertencia pero la beta ignoró la reprimenda.

—A lo que quiero llegar es que es sospechoso que no hubiese hecho algo ya, ¿qué está esperando?

En la mesa se formó un silencio algo tétrico, no común en un lugar tan hogareño como lo era la casa de Jeongyeon.

—Chou me prometió solo atacar a Hanni si ella se metía en su propiedad —habló la mujer luego de un tiempo —puede que sea una psicópata pero no faltará a su palabra.

—¿Qué la hace estar tan segura? —preguntó Yeojin —ella es una alfa y lamento si la ofendo pero ustedes se caracterizan por ser de lo más sanguinarios.

Jeongyeon negó con la cabeza.

—Eso no tiene nada que ver con nuestra raza, Tzuyu no siempre fue así —aseguró.

—¿Tzuyu? ¿la conoce muy bien? —preguntó Hanni algo extrañada de la confianza que usaba Jeongyeon al decir el nombre de la alfa, como si la conociera de toda una vida. No sabía porque pero la imagen de la mujer que la crió junto con la de la mujer que cuidó a Minji juntas la hacía sentirse algo enferma.

Jeongyeon era muy dulce para alguien como la señora Chou.

—Claro que no —rió Jeongyeon —Pero las dos formamos parte de una resistencia contra el gobierno que había cuando éramos joven.

—¿Resistencia? —pregunto Yeojin con sorpresa —Creí que aquello no existía.

La mujer negó con la cabeza.

—Aunque no lo parezca yo soy una mujer muy vieja —bromeo pero no parecía del todo alegre —Recuerdo tener apenas siete años cuando empezó la caza —contó —Éramos una ciudad muy pequeña y a pesar que sí habían abusos en contra las omegas nunca se formó este odio que tenían las demás ciudades de nuestro país —afirmó —De hecho la mayoría de los niños tenía madres, padres, tíos y hasta hermanas omegas —informo —. En nuestra ciudad nosotras no fuimos las cazadoras, aquí las omegas empezaron a desaparecer y a morir por culpa del gobierno.

Jeongyeon sonrió con los labios temblorosos como si tratara de no parecer afectada.

—Recuerdo que el primer caso de una omega desaparecida, se trataba de una pequeña de tan solo unos tres años... no fue necesario secuestrar a la madre ya que esta se suicidó al momento después que encontraron el cadáver de su bebé en medio del bosque —dijo —después de eso las desapariciones tan sólo aumentaron... todos sabían lo que estaba pasando pero quién levantaba la voz tan solo era llevado a un manicomio del cual nunca volvía a salir.

—Cuando cumplí los dieciséis años me di cuenta lo envenenado que estaba nuestro país—aseguró —Y ahí fue cuando decidí unirme a una resistencia. —La mujer rió con tristeza —Éramos tan solo un montón de adolescentes, en verdad no creo haber hecho algo importante —confesó —Pero la líder de la resistencia era la que me convencía de seguir, la que a pesar de todo pensaba que nosotros lograríamos algo, que salvaríamos a alguien. —Pasó un segundo sin que siguiera relatando, como si le doliera siquiera recordar — Ella era como una luz, iluminaba a todos con sus discursos y llenaba de esperanzas nuestros corazones —exclamó con un brillo particular en sus ojos —Me enamore de aquella omega como si mi vida dependiera de amarla.

𝐈𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭 | 𝐁𝐛𝐚𝐧𝐠𝐬𝐚𝐳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora