Los hermosos pétalos blancos de aquel árbol se movían una y otra vez con la ligera brisa del viento que estaba presente. Jeongin con su cabello rosado ligeramente ondulado y largo que caían sobre sus ojos, sacudió el abrigo y acomodó la bufanda roja que llevaba puesta, tratando de protegerse del frío que comenzaba a notarse. Esperaba pacientemente a su cita.
Frotó sus manos, buscando algo de calor, y se pasó una mano por el cabello, apartando los mechones desordenados por el viento. No quería que su Hyunnie lo viera así, nervioso y descuidado, pero la emoción de ver a su novio nuevamente lo ayudaba a mantener la calma.
Observaba a varios niños jugar con sus padres en el parque donde se encontraba. Lanzó un pequeño suspiro y miró el reloj que llevaba puesto en su mano izquierda: 17:50 horas. Cincuenta minutos habían pasado desde la hora acordada para la cita que habían planeado desde semanas atrás y el pelinegro aún no llegaba al parque. Quizás se había quedado atrapado en el tráfico. Las grandes calles de Busan eran muy conocidas por el denso tráfico que había en ellas.
Jeongin trató de mantener la calma, aunque la inquietud comenzaba a invadir su cuerpo lentamente. Se estaba preocupando. Pero mientras más pensaba en posibles excusas, menos convencido estaba y la realidad comenzaba a hacerse evidente. ¿Hyunjin lo había dejado plantado? Deseaba que no fuera así. Quería pensar en todo, menos en lo que realmente estaba ocurriendo.
Decidió esperar otros diez minutos más. Tomó su teléfono móvil y con las manos temblorosas, marcó el número de Hyunjin. La llamada fue directa al buzón de voz.
—Hola, mi niño. Soy yo, Innie —dijo mientras miraba a su alrededor, intentando discernir si había alguna señal de Hyunjin en el parque—. Estoy aquí… Esperándote.
La voz del pelirosa comenzó a quebrarse ligeramente mientras luchaba por mantener la calma con una pequeña sonrisa en sus labios.
—Si hay algo malo, por favor avísame... Espero que estés bien —pausó, su respiración ya se encontraba entrecortada por el frío invierno que se presentaba en el aire. Sentía angustia. Dio un suspiro profundo y continuó—. Te amo.
Colgó el móvil con una sensación de vacío en el pecho. El parque, antes lleno de vida, ahora se sentía frío y desolado. Volvió a echar un vistazo al reloj y la aguja de los minutos avanzaban cada vez más rápido, como burlándose de su situación. Se levantó del banco en donde se encontraba esperando para comenzar una ligera caminata de un lado a otro con pasos inquietos: un paso adelante y luego retrocedía dos, así sucesivamente.
Sus pensamientos daban vueltas en su cabeza, cada uno más preocupante que el anterior. Se preguntaba si había ocurrido algún accidente o si simplemente Hyunjin había olvidado la hora. La duda lo consumía. De repente, el sonido peculiar de su celular lo sacó de sus pensamientos. Miró la pantalla: Mi Hyunnie♡. Inmediatamente, una pequeña sonrisa se le dibujó en los labios. Rápidamente atendió la llamada.
—¡Hyunnie!
—Jeongin. —La voz de Hyunjin se escuchó fría. No lo llamó "Innie” como de costumbre. Era extraño. ¿Qué le ocurría a su lindo hurón?—. Jeongin, necesitamos terminar…
Las palabras de Hyunjin lo dejaron atónito. Jeongin dejó abrir sus labios, incapaz de procesar las palabras que acababa de escuchar. Estaba confundido. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba el chico rebelde que solía desafiar el mundo a su lado? Antes de que pudiera responder, la línea se cortó. El pelinegro había terminado la llamada. Con ello, algo dentro de Jeongin se había roto.
Una cosa estaba clara: Hyunjin no llegaría a la cita. Lo dejó plantado. Le había prometido ir, lo cual ahora ya era una promesa rota. Una promesa que pensó que nunca se rompería. Pero era aún peor, terminó con él. La confusión y el dolor lo invadieron.

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La última flor del Invierno | Hyunin - ADAPTACIÓN
FanfictionPuedes culparme por haber dejado atrás lo que parecía no tener fin. Entre promesas rotas y momentos fugaces, descubrí que, aunque lo intenté, jamás pude amarte como creí que lo haría. -- ❄️ Historia ficticia. Cualquier semejanza con eventos, persona...