señor prohibido, tom kaulitz ✓

𝓒ap. 24

Narrador omnisciente

Ese mismo día, cenaron Tom y los padres de Juliette en la misma mesa. La castaña no salió de su cuarto en toda la noche. Tampoco al día siguiente.

El padre de la menor tuvo que llamar a Tom para que no llegara ese día, pues la chica se mostraba indispuesta.

Todo el domingo, Tom pasó llamando a Julie, esperanzado en que ella le respondiese, pero no fue así.

Al no ser respondido en las llamadas, probó con mensajes también.

Ninguno de sus mensajes fue respondido por Juliette. Ella no lo estaba ignorando, bueno sí, pero ni siquiera sabía de esos mensajes. No había cogido el celular para nada. Lo que también había preocupado a sus amigos, quienes llamaron a los padres de la chica para saber si estaba bien.

—Hija, Cam está preguntando por ti, dice que quiere hablar contigo —Norma habló, mientras entraba en el cuarto de su hija—. ¿Te lo paso?

—No, mamá —respondió la castaña abrazando un cojín—. Ahora no quiero hablar con nadie.

—Pero hija...

—Ya me cansé —Entró Cameron al cuarto, asustando a Juliette. Detrás de él venía Sarah—. Nosotros somos tus amigos y sabes que estaremos para ti cuando lo necesites —mencionó Cameron y ambos se sentaron en la cama al lado de su amiga.

Norma miró una última vez a su hija, para después salir del cuarto, dejando a su hija con sus amigos, quedando los tres jóvenes solos.

—Amiga, Cam tiene razón —Esta vez habló Sarah, acariciando el brazo de su amiga—. ¿Por qué no nos cuentas que tienes? A lo mejor podamos ayudarte.

—Nadie puede ayudarme —soltó Juliette entre sollozos, abrazando más fuerte su cojín.

—Cameron, ¿por qué no vas donde la señora Norma y le pides un vaso con agua? —dijo Sarah, intentando quedar sola con Juliette.

—Está bien, te traeré uno también a ti, Julie —Cameron besó la mejilla de su mejor amiga y salió del cuarto.

Aprovechando su soledad con la castaña, Sarah se atrevió a preguntar.