Capítulo 5

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Capítulo 5.

Conversaciones



Marta observó el pecho de Fina subir y bajar. Aun la sostenía de la cintura. Fina esperaba su embiste, su rabia por ponerla entre la espada y la pared. La respuesta de Marta no se hizo esperar, y la rubia se lanzó a sus labios. Fina la sujetó de la cabeza y recibió su boca como el que lleva días sin beber agua. Marta la besaba con una posesividad que hacía que la otra gimiera sin remedio. Sus lenguas no tardaron en encontrarse y los besos se hicieron cada vez más profundos. Marta se sentía a punto de estallar, no podía soportar ni un minuto más no descargar todo lo que le provocaba Fina. Sus manos apretaban su cintura descaradamente. Fina la tenía cogida de la nuca para que el beso no terminara. Sin embargo, la falta de aire hizo que se separaran. Sus ojos encendidos se cuestionaban cuál sería el siguiente paso, quien tomaría el control, quien besaría ahora o quien de las dos empezaría a arrancar la ropa. Fina quiso tomar la iniciativa, pero Marta la detuvo.

- ¿Me vas a decir que no eres como yo? - cuestionó Fina, furiosa. Marta sonrió, Fina era como un revólver.

- Shhh... calla - Marta posó un dedo en sus labios y Fina se calmó. Le sonrió. - Tengo que volver... lo entiendes, ¿verdad?

Fina la observó un momento, su cabeza había entrado en órbita pero sabía que tenía que tranquilizarse.

- Sí... o sea, no lo entiendo, pero vale... lo entiendo.

Marta se dio cuenta de que seguía apretando la cintura de Fina. Aflojó la presión y suspiró.

- El lunes hablamos - le dijo la rubia.

- ¿Qué? - Fina la miró como si fuera un alien.

- Mi marido se va el lunes... no puedo desaparecer mañana de casa.

- Vale...

- Te prometo que el lunes hablamos - le confirmó de nuevo.

Marta soltó definitivamente la cintura de Fina y sintió que las manos le quemaban. Apenas había rozado la piel de esa zona y ya sentía que necesitaba más. Se debatió durante unos segundos si darle un beso o no, pero no tenía claro si sería capaz de parar a tiempo. Soltó el aire y salió del baño. Fina hizo lo mismo unos segundos después.


- ¿Todo bien? - preguntó Jaime al ver llegar a su esposa.

- Sí, todo bien... - "más que bien", pensó Marta.


Carmen y Claudia recibían a su amiga en otro lado del local.

- Oye, ¿esa de ahí no es Marta? - preguntó Carmen.

- Sí... - contestó Fina. Se mordió el labio y Carmen abrió los ojos.

- Fina... no me digas...

- Me ha besado - los ojos de Fina centelleaban como Candy Candy.

- ¡¿Qué?! - exclamaron las dos amigas al unísono.

- Que me ha besado - repitió.

- Pero si ese debe ser su marío... - Claudia seguía flipando.

- Me ha agarrado de la cintura, me ha estampado contra la puerta del baño y me ha dado un beso que casi me hace olvidar como se respiraba - detalló la morena.

- ¡Te dije que la jefa sentía algo!

- Me ha dicho que el lunes hablamos... - explicó Fina.

- ¿Y? - Carmen quería más detalles.

LA SECRETARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora