📍Costa Degli Dei
Me desperté desorientado viendo a mi al rededor, tratando de enfocar mi vista. Reincorporandome sobre esa horrible y dura cama veo que estoy en una habitación, las paredes enmoecidas y viejas me dan mal rollo, así que no fue un sueño y realmente me secuestraron.
Escuché voces al otro lado de la puerta, un idioma que no entendía era acaso italiano.
Esperen eso significa que...La puerta se abrió lentamente soltando un horrendo sonido, asiendome estremecer.
Parado en el umbral de la puerta me observó—Al fin despertaste —el hombre frente a mi era alto, sus ojos gatunos no dejaban de verme, su cabello plateado caía a los lados.
—Quien mierda te envío a secuestrar me.
—Aqui no haces tu las preguntas
—Mira me vale una jodida mierda quien hace aquí las preguntas. Quien te dijo que puedes ir secuestrando gente a la zar
—¿Mi jefe? Déjame decirlo más claro. Mi jerarquía
—Metete tu jerarquía por dónde te quepa. —sostengo mi cabeza por el mareo repentino —Que carajos me diste.
—Eso ya no importa, veo que eres tú y no un rollo de sollozos y clemencidad
—Es la puta realidad, no un libro de mafioso y víctimas. Oh perdón, dañe tu ego al no mostrar miedo.
—No me digas, eres un rarito de los libros, que lees, ¿fantasía?
—Eres odioso y no leo, así que no pienses que me derrumbare ante tus pies a llorar y pedir que no me hagas daño, para que luego de días me enamoré de ti, y que diga que son sentimientos reales y no el maldito síndrome de Estocolmo. —
Su ronca risa se escuchó en toda la habitación. Es preciosa.
—Ha y también te recuerdo de que a ti te dará síndrome de lima. Y nos enamoraremos y ya no seré tu víctima si no tu amor verdadero.—Vale ya veo, entonces puedo preñarte las veces que quiera —joder este hombre sabe cómo enloquecerme.
—Oh, claro, claro, te pediré que me preñes y así expandir el reinado. —sus ojos negros y su sonrisa juguetona me ponían de los nervios, en que rayos te metiste Felix.
—Levantate, hay que subir.
Me acerqué hasta la puerta esperando una señal, tomándome del brazo empezamos a caminar.
Mis ojos recorrían todo el lugar, habían más de una habitación, las paredes estaban manchadas.
Cuando salimos de ahí el panorama cambio rotundamente, ya puedo imaginarme que era el lugar donde estaba.—En donde estamos
—Calabria, al sur de Italia
—¡Joder! —sobe mi entre ceño suspirando —Dime una cosa...
Hwang Hyunjin—¡Vaya!, ya hiciste memoria
Llegamos a una enorme puerta que fue tocada por el hombre.
Escuchando un "pase" mi piel se erizo, sintiendo un rotundo calor en todo mi cuerpo, esa voz—Que estas recordando que te ruborizaste —oí susurrarme en el oído
—¡Callate!
—Soltando una pequeña risa, abrió las puertas.Su oscura mirada estaba puesta justamente en mi.
—Ti consiglio di avere pazienza, è un gatto selvatico. —<<me dijo gato salvaje?>>
—Tu sonrojo me da a entender que te acuerdas de mí.
—Pense que los mafiosos eran más serios y no unos niños calenturientos —Observe su rechinar de dientes, esto sera divertido, o mi muerte.
—Te sugiero que calmes a tu fiera interior —mis ojos van del él hacia él chico que me trajo.
—Eres de esos perros fieles a su dueño, perdón cariño pero nosotros los gatos no somos fieles ni mucho menos esclavos de los humanos. No como ustedes, los perros.
—Me encantas. —senti mis mejillas calentarse, joder... Su cabello plateado era tirado hacia atrás, su traje negro se ajustaba a su cuerpo.
—Ya entiendo, es una clase de triángulo amoroso entre el perro el amo y la presa. Déjenme aclararles que no le entró a eso muchas gracias.
—Caro mío creo que no estás entendiendo.
Déjanos solos. —veo de reojo como da un breve asentimiento de cabeza antes de salir. Ahora era solo él y yo.—Esa noche te deje en claro que no quería meterme en problemas —La silla suena al tirarla para atrás y levantarse, maldita sea Felix porque tienes que ser de gustos extremos.
—Entonces debiste de coger mal para que no me obsesionara contigo.
—Sexo, sexo, ¿solo en eso piensas?
—Viendote a ti, si
—No quiero estar aquí, mucho menos meterme en un lío en lo que sea que estés metido. Solo fue de una noche así que, te sugiero que me regreses a mi país.
—Puedo obligarte, o matarte
—Entonces inténtalo. —mi dura mirada le hizo gracia, esto no me gusta.
—Oh, oh oh, me encantan los tigres, pero ahora mi fascinación será para los gatos montes
—Asi es como me vez, como un gato, bien déjame decirte cómo te veo yo. —cruzando sus brazos sobre su pecho sonrió de lado.
—Eres un idiota, calenturiendo y un niño que solo piensa con la cabeza de abajo. Oh, y también un enfermo.
—Tendre que cortarte esa sucia lengua —caminando hacia mi me acorraló sosteniendome de la cintura. —Aprenderas a saber respetar a tus superiores.
—Si, y tú deberías aprender a no meterte con un gato salvaje, hombres como tú no están acostumbrados a que alguien les diga "no".
Quiero irme—Desde que te trajeron ya no tienes vuelta atrás. —su agarre en mi cintura ya no era agradable
—Yo, yo no quiero esto —su ceño se fruncido observándome.
—Minho te llevará a recorrer tu nuevo hogar mia signora.
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Entre La Mafia Italiana
Fiksi Penggemar-"Él puede amarme Pero así como lo hace, también puede matarme". -"Él me ama, pero también me odia" © Está historia me pertenece en su totalidad, no aceptó adaptación sin mi concentimiento. © Si lees está historia en otra plataforma o user repórtalo...