POV Autor
Los pasillos en donde circulaban los trabajadores y pasajeros de la Iron-Line, ahora se encontraban vacíos, desprovistos de ruido o movimiento, consecuencia de la desafortunada situación en la que terminó el tren, si se ponía atención, se podía escuchar susurros provenientes de las habitaciones de los pasajeros que esperaban impacientes que terminara el ataque, pero aun así estos susurros eran opacados por unos pasos pesados que harían eco dentro del tren.
A través de las escaleras y los caminos en los vagones, una figura forrada en una armadura negra caminaba segura mientras parecía que se dirigía a los vagones inferiores.
Su porte era digno, levantaba la cabeza en una posición erguida y segura mientras avanzaba, como si la pesada armadura no supusiera ningún peso, su andar también estaba lleno de gracia, su movimiento era recto y equilibrado aún cuando pasaba por caminos accidentados causados por derrumbes en el tren.
Inclusive su atención era perfecta hacia el frente, el sujeto podía sentir las miradas y susurros, la mayoría provenientes de aquellos pasajeros lo suficientemente valientes como para asomar la cabeza y ver quien era el dueño de las pisadas, y aunque no se veía ningún empleado del tren cercas, él dedujo que probablemente de ellos eran las miradas que no podía identificar, y aún así su mirada nunca se apartó de su camino.
Todo él estaba cubierto de un aura de misterio y poder, lo cual contrastaba mucho con lo que estaba ocurriendo en realidad.
Dolor, era el pensamiento constante que le taladraba desde atrás de los ojos, cada parte de su cuerpo, desde el hueso mas pequeño hasta el tendón más largo era masticado por la sensación de dolor, el simple echo de respirar le costaba enormemente, viéndose obligado a prescindir de esto por momentos, cada una de sus extremidades le gritaban directamente en su cabeza por piedad, pero el no se detuvo.
Fue su decisión portar esa armadura, aun sabiendo que no tenía la fuerza necesaria para hacerlo, era la única que le daría la seguridad para cumplir su misión, al dejar que su peso descansara sobre él, no solo fue la fatiga y el cansancio lo que le atacó, sino también una molestia vampírica que le mordía desde el más fondo de su ser, mientras tuviera pociones de magia consigo no tendría problemas, pero al momento de querer usar su poder, correría el riesgo de que le arrebatara su vida en búsqueda de abastecer la magia requerida.
El avanzaba con paso firme a su objetivo, pensando en sus planes actuales y sus opciones a futuro, siendo lo único que le permitía concentrarse hasta donde lo necesitaba. Recitaba en un murmullo sordo sobre sus alianzas, sus recursos actuales, y cuáles eran sus prioridades pero sobre todo cuál era su objetivo en el tren, durante toda su vida había intentado mantener la mayor cantidad de información posible consigo, siendo esta la primera vez que se arrojaba al peligro con tantas incertidumbres rodeándolo, pero confiaba en la predicción de su madre, y en el riesgo beneficio que tendría el éxito de esta misión, por lo que amarrando su optimismo, obstinación y su intuición al cuello reafirmó su determinación una vez más rumbo a su destino.
Tuvieron éxito entrando al tren, tomando el control y evitando que arribará a la ciudad del Crisol, jugó mucho a su favor el que la matriarca y el monarca no se encontraran en el vagón principal, hubieron algunos problemas con el grupo que contrató para que identificaran las principales amenazas en el tren, pero él se sentía conforme habiendo separado a su objetivo de las principales.
Gisela, en el fondo sentía lástima por ella, el papel que ella tuvo que desempeñar desde la era de los héroes de los dioses, recordó la primera vez que supo de ella, de que se enteró de su verdad, al principio le dio rabia su existencia, lo inestable que era su posición en la Primera Sombra.
Entró en los pasillos solo de empleados, suspirando por dentro al estar tan cercas de su destino. Irónicamente pensaba que era una bendición, la confianza que le mostraron Dolores y ella para revelarle ese secreto, no sabía qué destino pensaban para él, pero ahora con la muerte de Dolores y la disolución de la Primera sombra, las bendiciones de estos dos elementos en el mundo se han esfumado, y le toca a el borrar a Gisela del nuevo panorama.
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La felicidad a basé del inventario
FantasyKevin, un joven entusiasta y astuto, que siempre aprovechaba cada oportunidad que se le presentase para aprender, emprender o experimentar, termino sin poder concretar sus objetivos al reencarnar en otro mundo de fantasía. Pero no todo es malo, ya q...