Encuentro en la Penumbra

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La noche caía pesada sobre Praga, una ciudad cuyas calles antiguas y empedradas eran testigos de intrigas que trascendían fronteras. La lluvia dibujaba caminos irregulares en los cristales de las farolas, filtrando luces amarillentas que hacían danzar las sombras de los edificios.

 En ese entorno, Caesar Alexandrovich Sergeyev se movía como un lobo en la penumbra, su silueta alta y musculosa envuelta en un abrigo negro que le permitía fundirse con la oscuridad.

El objetivo de la misión era claro: un documento escondido en una galería abandonada, que contenía la clave para negociar un tratado que podría cambiar el equilibrio de poder en Europa del Este. Pero Caesar sabía que no estaba solo. Un sexto sentido adquirido tras años de operaciones mortales le advertía que otro jugador había entrado en escena.

"El viento arrastra más que lluvia esta noche", pensó mientras se adentraba por una puerta semiabierta, donde la humedad intensificaba el olor a piedra mojada y polvo. De pronto, un crujido sutil, apenas perceptible, tensó sus músculos. Sacó su arma en un movimiento fluido y giró justo a tiempo para ver una figura ágil que saltaba de una viga alta y aterrizaba con la destreza de un felino.

Yevgeny Vissarionovich Bogdanov, conocido por sus colegas como Zhenya, se incorporó con una sonrisa sesgada. Sus ojos, de un gris que reflejaba la tempestad exterior, encontraron los de Caesar en una fracción de segundo que pareció una eternidad.

—Sergeyev —dijo con voz grave, casi burlona, mientras levantaba las manos en un gesto que no era rendición, sino desafío.

Caesar no se movió, pero sus ojos recorrieron a Zhenya, grabando cada detalle. Era más joven, delgado, pero con una fuerza oculta en cada fibra de su cuerpo. Vestía de negro, con ropa ajustada que le permitía moverse como una sombra entre las sombras.

—Deberías saber que el juego terminó, Bogdanov —respondió Caesar, con voz firme y profunda, sin rastro de emoción.

Zhenya se rió, una risa suave y sarcástica que provocó un extraño nudo en el pecho de Caesar. La tensión en el aire se cortaba con cuchillo. Lentamente, Zhenya dio un paso hacia adelante, sin temor. Caesar sintió cómo la adrenalina aumentaba, pero algo en su interior le susurraba que aquel joven no era un simple enemigo. Algo más profundo y oscuro vibraba entre ellos.

—El juego apenas empieza, Caesar —dijo Zhenya, pronunciando su nombre con una familiaridad que lo descolocó.

Antes de que Caesar pudiera responder, Zhenya se lanzó hacia él, y el almacén se llenó con el eco de un forcejeo silencioso. Golpes precisos y movimientos calculados demostraron la igualdad en sus habilidades. Pero al cabo de unos minutos, ambos quedaron trabados en un extraño equilibrio de fuerzas, mirándose tan de cerca que sus respiraciones se mezclaban.

Caesar sintió el calor que emanaba de Zhenya, un calor que lo desarmaba más que cualquier golpe. Con un impulso repentino, Zhenya inclinó su cabeza y sus labios rozaron los de Caesar. Fue un contacto eléctrico, fugaz y lleno de una promesa que ambos no entendieron en ese momento. La sorpresa inmovilizó a Caesar, y en ese instante, Zhenya aprovechó para liberarse y deslizarse hacia una salida lateral.

—Nos veremos pronto —dijo Zhenya, antes de desaparecer en la lluvia.

Caesar permaneció inmóvil, con el sabor de la confusión y la osadía en los labios. Afuera, la tormenta rugía, pero en su interior, el verdadero torbellino acababa de comenzar.



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ahhh amo todo esto. barbiee-




En La Sombra De La Obsesión. CAESAR X ZHENYA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora