Los ojos de un cazador: La caída de la orden

Parte I: El Fin De La Guerra

"La guerra nunca acaba, solo evoluciona"
Luego de cientos de años de pequeñas escaramuzas entre los clanes circundantes al gran lago de cristal, se dió lo que por mucho tiempo fueron rumores nada más.
El clan Tsunigami, Sirachi, Darkun y Autsoni se aliaron creando la Confederación  asi para enfrentarse contra la facción de la Alianza Norte que se conformaba los clanes, Dakun, Urk, Wartaz, Korga y Tosoji.
El primer frente en ser testigo de una brutal batalla fue el campo a las afueras de la aldea capital de los Dakun, donde cerca de cuarenta mil soldados de la Confederación se enfrentaron a una fuerza de sesenta mil de la Alianza, tras la humillante derrota de la confederación las fuerzas de ambas facciones se desplegaron en diferentes locaciones cerca del bosque al sur de dicho campo, donde la batalla qué más importancia tuvo fue la del puente Hakor, donde un regimiento de soldados confederados lograron interceptar y destruir la principal línea de comunicación de la alianza, haciendo que estos se últimos perdieran todo apoyo logístico y por consecuente la retirada de los bosques.
Tras la derrota en los bosques las fuerzas de la alianza se contabilizaban en cerca de quinientos mil soldados aptos para el combate, mientras que a la confederación apenas sostenía una fuerza no mayor a trescientos mil soldados.
Esto último fue algo que hizo perder terreno durante los primeros años de guerra a la confederación pues el desgaste y el hecho que el enemigo tenía más del doble de sus fuerzas les impedía sostener las batallas en los distintos frentes en los que se desarrollaba la guerra.
Tras cuatro décadas de guerra, Exun Tsunigami asumió su rol como comandante del tercer regimiento de ataque del clan Tsunigami, su fuerza se destacaba por poseer la cantidad de seiscientos hombres especializados en el combate cuerpo a cuerpo.

-Arban: Es hora de marchar al frente norte...
Entra una figura imponente al cuarto.

-Exun: Arban amigo mio ven aquí.
Respondió estusiasmado Exun, dejando caer sus espadas.

-Arban: Hombre si es que no te veo desde el reclutamiento y eso que fue hace dos años.

-Exun: Qué te diré, las cosas han sido movidas en el frente sur, hemos golpeado duro a los aliados.

-Arban: Eso escuche del gran Exun, el monstruo de dos metros que partió de un golpe a tres soldados.

-Exun: Me hágalas, pero no es así apenas logre contener al enemigo para que mi unidad saliera con vida del lugar.

Exun, un joven de apenas diecisiete años, de una tez algo pálida, contextura esbelta, cabello azulado qué llegaba por sus hombros y los característicos ojos negros de su clan tomaba el rol de comandante pues el anterior había pisado una mina de púas y destripado en el lugar.

-Exun: Eh Arban me alegra tenerte en mi regimiento, es bueno ver a un amigo aquí.

Arban Tsunigami un gigante de dos metros cuarenta centímetros, de tez trigueña, cabello oscuro y una musculatura superior a la promedio, una promesa en el campo de batalla y futuro general cuyos méritos iban creciendo de más en más, se acerca a Exun y toma sus armas del suelo y se las da a su amigo.

-Arban: Debes cuidarlas, tu abuelo y tu padre te las dieron, recuerda que ellos vivieron y murieron utilizando estas armas para proteger a nuestro clan.

Los filos meguantes, dos espadas gemelas curvas, con una preciosa hoja con brillo azulado compuesta por un mineral extraño que le da propiedades magnéticas.

Exun toma las armas y las enfunda

-Exun: Gracias amigo, vamos debemos marchar hacia el norte, una guarnición de los Shirachi nos espera en el lugar, al parecer quieren dar un contra ataque contra las defensas de la aldea Dakun.

Consecuente a esta conversación los amigos se reincorporan a su regimiento para iniciar la marcha hacia el frente.

Tras tres días de marcha el regimiento Tsunigami llega a las afueras de los campos del silencio, lugar donde se dio la primera gran batalla entre las dos facciones hace más de cuarenta años.