Todos los días te veo, todos los días estoy detrás de tí, puedo percibir tu dulce aroma, ese que inunda por completo mi ser brindándome cálidamente paz.
Tú a mí no me conoces, pero yo conozco todo de tí.
¿Cómo es que pareces un ángel? ¿Será que solo has sido enviada para llenar este hueco en mi corazón?
Quiero atesorarte y nunca soltarte.
No te vayas nunca de mí, al primer intento consideranos muertos.
Esto que siento por ti es amor y admiración.
Solo espero ansioso el día en que tú también sientas amor por mí y dejes de verme como un cliente más.
Pronto estaremos juntos, no espero por tenerte entre mis brazos.
Tu sonrisa ilumina mis días, sonríe siempre para mí.
¿Por qué ahora que estamos juntos solo lloras? ¿Es acaso que no eres feliz aquí?
¿Por qué no sonríes como de costumbre?
Dime ¿Por qué? Dime, dime ¿Por qué? Dímelo ¿Por qué?¿Por qué?¿Por qué?
—
—¡Muchas gracias, que tenga un lindo día! - dije emocionada ya que había acabado mi turno.
—Ya te puedes ir Nari, regresa con cuidado a casa, es peligroso ahorita en la noche. - me advirtió Elena la dueña de la tienda.
Esta noche era más fría de lo usual, me hacía sentir de algún modo triste, estaba exhausta, estaba esforzándome por mantenerme de pie, pero a este ritmo solo iba a colapsar, con los horarios tan apretados que tenía con los trabajos y la escuela.
Llegar a mi pequeño cuarto hacia que me asfixiara de la angustia, el no tener a nadie a mi lado con el que compartiera un poco de lo que estaba pasando.
Hace unas cuantas semanas empecé a trabajar en esa tienda, la dueña era la mamá de un amigo que me ofreció el trabajo debido a mi situación , sabía que no contaba con familiares, y que hacía lo que podía para mantenerme por mi cuenta y no depender de nadie.
Esto era algo rutinario, ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que se acabe?
Viendo la hora en mi muñeca, decidí caminar más rápido, solo tendría 3 horas para dormir.
A unos cuantos minutos de llegar a la puerta de mi casa empecé a ver borroso, se me dificultaba caminar, de pronto solo ví oscuridad y caí.
—
Un fuerte dolor en mi cabeza se hizo presente, con ello mi despertar.
Mis ojos pesaban, pero los abrí encontrándome con mi alrededor nublado, parpadee unas cuantas veces para que mi vista se regulará.
¿Dónde estoy? Fue la pregunta que me hice al darme cuenta que no estaba en mi cama, ni mucho menos en mi habitación.
La habitación era modesta pero me sentía cómoda, el problema era que no sabía por qué me encontraba ahí.
Me forcé a recordar que había pasado y por qué me dolía todo el cuerpo, cuando alguien entró.
¿A qué hora despertaste? ¿Por qué no me llamaste? — era un joven que parecía preocupado
¿Disculpe? - apenas y pude formular una palabra, estaba en shock
— Nena, colapsaste, necesitas comer y descansar, aún tienes un poco de fiebre - la forma en la que hablaba era tan tranquila que me hacía olvidar la situación
—¡Iré por tu desayuno, no tardaré cariño! - ¿Cariño? Hace minutos que me quedé anonada con el sujeto y no podía hablar, pasaron unos segundos y el sujeto volvió a entrar a la habitación
—¡Aquí está! espero que tengas hambre, por qué hoy me esforcé demasiado en cocinar, verás no soy muy bueno ya que..
—¡Espera, espera! ¿Quién eres?- mi interrupción parece haberlo molestado, después de mi inesperada pregunta solo me dio una mirada muy seria
—Soy tuyo- dijo el castaño mirandome de una forma cálida mientras me tomaba de la mano
—No, esto debe ser una broma, no te conozco no se quién eres, no sé por que estoy aquí - empecé a levantarme de la cama donde estaba
— Tranquila cariño, estas conmigo, es aquí donde debes estar.
🌸᪲ ׅ ꆬ Saludos cordiales ㅤׁ 𖹭᭢
Encontré esta historia
en mis notas,
claramente está
incompleta, espero
seguirla aunque
ya olvidé la trama...
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Un ángel triste y una lágrima de amor
FantasySkyler, una chica de 19 años que solo trataba de ganarse la vida sin ayuda alguna, lo último que le faltaba, era tener un acosador que se salga con las suyas. Después cambio la descripción por una mejor, ahora mismo no recuerdo la trama. 🫠