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La noche de la junta había llegado, y Hyunjin no podía dejar de pensar en lo que sucedería. Aunque había planeado mucho, la incertidumbre seguía acechando. Jisung, Yongbok, Minho y él mismo estaban a punto de pasar la noche juntos, en lo que parecía ser una reunión inocente, pero para Hyunjin, esa era la oportunidad perfecta para poner en marcha su plan.

Había sido difícil contenerse todo el día. No había querido parecer demasiado ansioso, pero la verdad es que no había podido dejar de pensar en cómo abordaría el tema con Minho. Había sentido una mezcla de enojo y tristeza, pero la venganza seguía siendo su motivación principal. Necesitaba que Minho lo escuchara, que aceptara su propuesta, porque esa noche todo cambiaría.

La casa estaba iluminada por luces suaves y la música de fondo se mezclaba con risas distantes. La tensión en el aire era palpable, aunque nadie parecía notarla. Los cuatro se encontraban en el salón principal, sentados cómodamente en el sofá. Yongbok y Jisung charlaban animadamente mientras Hyunjin intentaba mantenerse tranquilo, aunque su corazón latía desbocado.

“¿Cuándo tendré una oportunidad para hablar con Minho?” pensaba Hyunjin mientras observaba a Jisung y Yongbok. Sabía que no podría hacerlo mientras ellos estuvieran cerca. La charla fluía naturalmente entre los otros dos, y Minho, que estaba sentado en el sillón opuesto, parecía observar todo en silencio. Su mirada no era casual, era introspectiva, como si también estuviera procesando algo en su mente.

El momento perfecto llegó cuando Yongbok y Jisung se levantaron para traer más bebidas de la cocina. Hyunjin vio la oportunidad y, sin pensarlo mucho, se acercó lentamente a Minho.

— ¿Puedo hablar contigo un momento? — Su voz sonó más grave de lo que pensaba, como si todo el peso del plan recayera sobre sus hombros.

Minho lo miró, parpadeando como si no se lo esperara, pero asintió con una leve sonrisa.

— Claro — respondió, y ambos caminaron hacia una esquina del salón, apartándose de la vista de los demás.

Un silencio incómodo los envolvió. Hyunjin sentía cómo sus manos se tensaban, pero era ahora o nunca.

— Quiero que sepas que sé lo que pasó — dijo, mirando directamente a los ojos de Minho.

Minho lo miró en silencio, pero no mostró sorpresa. Había algo en su expresión que Hyunjin no pudo leer, algo que lo inquietó un poco.

— ¿Sabes qué pasó? — repitió Minho, como si ya estuviera al tanto de lo que iba a decir.

Hyunjin asintió, dándose cuenta de que Minho probablemente ya lo sospechaba. El vídeo no había sido una sorpresa para ninguno de ellos, pero el dolor seguía siendo el mismo.

— Yongbok... — comenzó Hyunjin, respirando profundamente. — Me hizo lo que me hizo, y quiero que él sienta lo mismo que yo.—

Minho lo observó en silencio por un momento, sus ojos eran penetrantes, pero había algo en su mirada que lo desconcertaba. Hyunjin no podía determinar si Minho estaba de acuerdo con él o si sentía algo completamente diferente.

— ¿Y cómo planeas hacerlo? — preguntó Minho, su tono neutral, pero con una pizca de interés.

Hyunjin se acercó un poco más, bajando la voz para que nadie más pudiera escuchar.

— Necesito que me ayudes. Quiero que Yongbok sienta lo mismo que yo, quiero hacerle pagar por lo que hizo. Y sé que tú también lo sientes, Minho. Sé que te dolió ver a Jisung involucrado, sé que quieres hacerlo sentir igual o peor de lo que te hizo sentir.

Minho no respondió de inmediato. Hubo un largo silencio, como si estuviera sopesando las palabras de Hyunjin. El aire entre ellos parecía espeso, y Hyunjin esperaba una respuesta, aunque no sabía exactamente qué esperar.

𝘈𝘮𝘢𝘳𝘢 𝘷𝘦𝘯𝘥𝘦𝘵𝘵𝘢 • HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora