𝙳𝚒𝚎𝚌𝚒𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎 𝚊ñ𝚘𝚜

Capítulo 24

Al acabar la canción Apple se llevó las manos hacia su rostro, todavía sin creerse que había bailado delante de un teatro llenó de público. No obstante, el vitoreo, aplausos y silbidos hacia ella demostraban que lo había hecho de verdad. Su compañero de baile la sacó de su incredulidad interna al abrazarla y decirle que lo habían hecho genial. Le correspondió el abrazo amistoso, sonriéndole, creyéndose un poco por fin el éxito de su baile, pero sobre todo el haber podido bailar en el evento favorito de su padre. Al bajar el telón mientras no cesaban los aplausos en el patio de butacas y en los palcos, muchas personas fueron entre bambalinas con flores y preciosos cumplidos sobre el baile de ella. Se sentía abrumada por tantos halagos, adjetivos y sonrisas para ella. Todos parecían tan orgullosos de la princesa de Lohr am Main, todos excepto una persona: la reina.

Blancanieves se acercó también con una sonrisa, pareciendo al principio que era una madre orgullosa de su hija e iba a felicitarla por el éxito de su baile sorpresa, Sin embargo, reconoció al instante la sonrisa cínica de su madre.

"¿Podéis dejarnos a solas? ¡Fuera todo el mundo! ¡Ahora!" Expresó irritada y muy enfadada la soberana, dejando de contener toda su indignación, ya sin sonrisa falsa e inmediatamente en pocos segundos quedaron a solas madre e hija.

A Apple le desapareció rápidamente la alegría, junto a sus mejillas sonrojadas y la gran sonrisa reciente que tenía ante la mirada de desprobatoria que la atravesaba mientras observaba a todos irse corriendo de la parte trasera del escenario, ante la voz tan enfadada de su madre.

"¿Un numerito en público de danza de la princesa? ¿Has perdido la cabeza?" Habló con un tono lleno de reproche y enfado ante lo que había tenido que presenciar en el final de la noche.

Un enorme dolor se instauró en el pecho de la royal, al no entender el contraste tan grande que había entre el júbilo y amor del público y el desprecio y la frialdad de su madre. Su corazón bombeaba nerviosa y agitadamente no sabiendo cómo poder calmar la cólera de ella. "Era una de las canciones favoritas de papá, quería rendirle un homenaje y recordar su amor por el ballet"

"¡No mientas! ¡Lo has hecho por ti! ¡Para volver a salir en la prensa!" Le contestó exasperada, sabiendo que quería únicamente llamar más la atención con esto.

"¡No! Quería compartir mis sentimientos con el público, los tuyos también, para que pudieran ver que papá sigue siendo una parte importante de nuestras vidas y de la familia real" La reina estaba totalmente equivocada con sus intenciones al bailar esta noche, únicamente quería recordar a su padre, el príncipe consorte en dos cosas que más le apasionaban: la música y el baile.

Blancanieves no creyó ni una sola palabra sobre su difunto esposo, pues no creía que lo hubiera hecho por ese estúpido hombre. Sabía que su hija había hecho esta escena horripilante, indigna de una princesa solamente por robarla más y más protagonismo en el reino. "¡Vives en una maldita fotografía!"

"Mamá, no es verdad, por favor, escúchame..." Le pedía rogando, intentando explicarse.

"¡No quiero escucharte! No soy como todo el mundo que hablas y todos ya únicamente te escuchan a ti mientras disfrutas de cada segundo de atención a ti" Contestó la reina con todo su rencor y envidia acumulada saliendo de ella, interrumpiéndola.

"Eso no es cierto..." Apple negaba.

"¡Cállate y escucha a tu madre! Siglos y siglos de protocolo, que has ignorado, todas las normas y tradiciones de nuestra familia real que no te han importado, la deshonras con cada una de tus escenas inapropiadas. Con este último ridículo espectáculo tan indigno de ver. Todo el daño que causas ignorando cada una de mis palabras, no obedeciéndome... ¡¿Acaso has olvidado que eres la futura reina?! Hay una gala, ¡y tiene que salir Apple! Se enciende una cámara y ¿mirar quién es? ¡Apple! Deseas acaparar todas las miradas ¡La vida es algo más que una fotografía en la primera página!" Los gigantescos celos y la envidia que llevaba soportando Blancanieves, explotó completamente siendo lo más cruel y mordaz que había sido nunca con nadie.