El Instituto Vittorio Monti, ubicado en el corazón de Nápoles, es un lugar donde la historia y la oscuridad parecen haberse fusionado. A primera vista, es solo un prestigioso internado para la élite italiana y unos pocos estudiantes internacionales...
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Lugar: Instituto Vittorio Monti, Nápoles Italia Hora: 2:17a.m Fecha: 23/10/2024
—¿Bianca?...—Murmuro El pelirrojo, quien era sujetado de ambos brazos por los oficiales. Quienes habían recibido la denuncia de fuertes gritos provenientes del instituto
El sonido de unos pies arrastandose, Junto con el sonido de una ojilla corto punzante eran abrumadores, todo mundo se había empezado a preocupar cuando los gritos de aquel hombre cesaron, y solo se escuchaba el eco de los zapatos rechinar contra el suelo
—Preparen sus armas por si algo.—Hablo el oficial Richard, dando la orden de que estén alertas por si el criminal se revelaba o si traía alguna arma de fuego.
Pero no sé esperaban de que sería lo contrario.
Poco a poco en l a oscuridad se podía observar a una figura femenina salir de la oscuridad, su uniforme estaba lleno de sangre al igual que su rostro. Pero claro, este manteniendo la característica mirada sin emociones de Bianca, un rostro perfectamente inexpresivo.
—¿Bianca que has hecho?—Azkuna estaba más que preocupado, mientras aún luchaba por soltarse del agarre de los oficiales.
Nada.
No hubo respuesta de la chica, solo paso a su lado, sus ojos mirándolo con un vacío en su interior, como si no hubiera un alma dentro de ella.
Ella se acercó al Oficial Richard, mientras este mismo no bajaba la guardia. Pero fue para su sorpresa lo que salía de sus labios.
—Me entrego.
—¿¡Que!? ¡No Bianca!
El oficial estaba perplejo, mientras miraba a ala chica cubierta de sangre
—Quitenle el arma.
Un oficial llego y le quitó el hacha que tenía en sus brazos, ignorando el hecho de que esta misma estaba llena de sangre.
Eso le dió más libertad a Bianca de elevar sus manos en forma de rendición, lista para ser esposada.
—¡No Bianca! ¡Espera no hagas esto tu no tienes la culpa es mía! ¡BIANCA!—Azkuna rindió fuerzas para tirar a un oficial al suelo y acercarse rápido a la morena.
—¡¿Que crees que estás haciendo?!—Prehunto exaltado, mientras la sujetaba de los hombros.
—...¿Te sorprende? Después de todo, Era un juego para ti ¿no?, eh terminado mi parte Azkuna...pero ahora...empieza la tuya.
